martes, 15 de enero de 2013

COROS CANTARES DE COLOMBIA - Vol. 2


Palacio Nacional en construcción en 192...
Autor: Gonzalo Escovar
© Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina.

 La Música Popular en Antioquia.(13)
                                       Hernán Restrepo Duque.
Años después, hacia 1875, se traslada desde Popayán a Medellín don José Vitieri, a quien se deben muchas y muy bellas obras musicales de carácter popular. Vitieri (1835-1913) fue quien trajo desde su Cauca nativo a los Vidal; Pedro José, Francisco, y el entonces muy joven Gonzalo (1863-1946), quien en un momento nos identificaría musicalmente a los antioqueños, tanto en lo denominado culto como en lo popular.
Pero lo anterior cabe más dentro de lo académico, está un poco fuera del cancionero propiamente dicho, para iniciar el cual habría que remontarse a un ser mitológico, que sobrevive como nombre y referencia por la admiración qué hacía él sintió el gran "Ñito" Restrepo, quien lo entroniza en la historia de nuestra música popular como el símbolo sonoro del barrio Guanteros.





CASITA BLANCA


AGACHATE EL SOMBRERITO


Arquitecto pródigo y prestigioso do asió mosaico musical do Colombia es el maestro Luis Uribe Bueno, el músico santandereano que unánimemente es señalado como uno de los tres o cuatro "grandes", vivos, de nuestra canción. A él debemos al montaje en fabula de esta docena de motivos musicales de una tierra que él tanto ama y siente, y que tan densamente lleva en el metal licuado de la propia sangre.
No sólo corriendo por los ríos, ni únicamente repujando montañas o reposando en esteras. Tampoco, solamente, cristalizando en arena y sal en la costa atlántica, o en palmera y marea en la pacífica. No sólo piel sin cintura del Llano, ni exclusivamente blancura de eternidades en Zipaquirá, o romería boyacense, oración y juramento de arriero antioqueño, o verticalidad del espíritu, la tierra y el paisaje de Manizales. No elementalmente corno algo tangible, como decorado que continuamente nos liga y envuelve, ni como aire permanente, firme, y que exige el perentorio afecto. Tampoco.

Es todo ello y tanto más la música colombiana. Es el pleno "Kodakrome" de un pueblo, que lo revela no sólo sentimental sino hasta físicamente, pues pinta ella, - canta la canción I-, la plenitud de nuestros perfiles sobre el decorado físico, - macho santandereano -, de fondas alumbradas por machetes, de carrieles cómplices y querendones, de muleras que espantaron a trapazos la fatiga y de amores y amoríos limpios, fáciles, con nunca nada fáciles mujeres. Cada una de nuestras coplas, bambucos, pasillos y valses es momento estelar, hora determinada y 9 determinante para el recuerdo o para el asombrado descubrimiento.
Hallando por segunda vez en los catálogos de SONO-LUX propia y propicia ruta y con más canciones terrígenas, vuelven los Coros "CANTARES DE COLOMBIA" a señalarnos con sus cuarenta voces, - cada una de ellas trabajado poro por el cual respira la epidermis musical de la nación-, doce horas más, • estelares como enantes decíamos -, del cancionero nativo, que ha encontrado madrugada inédita en "El Marco de tu Ventana", enjabelgada con los versos de Víctor Romero y la acuarela musical de Luis Uribe Bueno; buen viento y mejor corriente en la "Canoíta" que talló con amores de bambuco el Maestro Murillo, y encalado caserón para que habite su nunca perenne vigencia en el "Pueblito Viejo" que nació siendo sabio en achaques de la vida y la generosidad como su mismo autor José A. Morales.
Hay hora de fiesta cuando estos primeros coros de Colombia entonan el "Agáchate el Sombrerito" de Jorge Añez, y la hay, - también de diluida y nada deleznable nostalgia desde el momento en que abren la puerta en tiempo de pasillo de la "Casita Blanca" de Carlos Vieco. Dibujan el amable perfil de la "Chapolera", .tallada en cristal en su aire propio-, y está aquí también la hora de la dolorosa reiteración de que "Amor se Escribe con Llanto", pues viene y se va con sandalias de lágrima. Y el paisaje se va ampliando y fijando hitos y mojones bambuqueros cuando estallan en pluma y trino "Los Cucaracheros" de Jorge Añez gigantesco, para luego tomar un aire ácido, volverse isla taciturna al brotar las "Flores Negras", para prolongarse en "saudade" con "Anhelo Infinito'" y rehacer luego su galantería con "Hurí".        
Así canta Colombia. Desde cuando llega cada mañana con una clara movilidad de azogue, en su medio día, cuando el aire se vuelve cálido y liviano aluminio, y cuando llega también a nuestras ciudades una noche de chimeneas. En esta forma, - hermanos de todo el continente -, va nuestra canción, enamorada línea doble que corre en tatuaje y chispa por todos los luminosos socavones musicales de una nación que así sueña, que así se refleja a sí misma...
Notas: Gabriel Cuartas Franco.



1 comentario:

  1. Hola
    Buscando una canción (música tiene tu boca - Creo que así se llama), encontré tu blog de casualidad, te felicito me ha encantado.
    Me podrías decir si esa canción que busco la cantan los cantares de Colombia?.- Gracias

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