.
La Música Popular en Antioquia.(13)
Hernán
Restrepo Duque.
Años después, hacia 1875, se traslada desde Popayán a
Medellín don José Vitieri, a quien se deben muchas y muy bellas obras musicales
de carácter popular. Vitieri (1835-1913) fue quien trajo desde su Cauca nativo
a los Vidal; Pedro José, Francisco, y el entonces muy joven Gonzalo
(1863-1946), quien en un momento nos identificaría musicalmente a los
antioqueños, tanto en lo denominado culto como en lo popular.
Pero lo anterior cabe más dentro de lo académico, está un
poco fuera del cancionero propiamente dicho, para iniciar el cual habría que
remontarse a un ser mitológico, que sobrevive como nombre y referencia por la
admiración qué hacía él sintió el gran "Ñito" Restrepo, quien lo entroniza
en la historia de nuestra música popular como el símbolo sonoro del barrio
Guanteros.
CASITA BLANCA
AGACHATE EL SOMBRERITO
Arquitecto pródigo
y prestigioso do asió mosaico musical do Colombia es el maestro Luis Uribe
Bueno, el músico santandereano que unánimemente es señalado como uno de los
tres o cuatro "grandes", vivos, de nuestra canción. A él debemos al
montaje en fabula de esta docena de motivos musicales de una tierra que él
tanto ama y siente, y que tan densamente lleva en el metal licuado de la propia
sangre.
No sólo corriendo
por los ríos, ni únicamente repujando montañas o reposando en esteras. Tampoco,
solamente, cristalizando en arena y sal en la costa atlántica, o en palmera y
marea en la pacífica. No sólo piel sin cintura del Llano, ni exclusivamente
blancura de eternidades en Zipaquirá, o romería boyacense, oración y juramento
de arriero antioqueño, o verticalidad del espíritu, la tierra y el paisaje de
Manizales. No elementalmente corno algo tangible, como decorado que
continuamente nos liga y envuelve, ni como aire permanente, firme, y que exige
el perentorio afecto. Tampoco.
Es todo ello y
tanto más la música colombiana. Es el pleno "Kodakrome" de un pueblo,
que lo revela no sólo sentimental sino hasta físicamente, pues pinta ella, -
canta la canción I-, la plenitud de nuestros perfiles sobre el decorado físico,
- macho santandereano -, de fondas alumbradas por machetes, de carrieles
cómplices y querendones, de muleras que espantaron a trapazos la fatiga y de
amores y amoríos limpios, fáciles, con nunca nada fáciles mujeres. Cada una de
nuestras coplas, bambucos, pasillos y valses es momento estelar, hora
determinada y 9 determinante para el recuerdo o para el asombrado
descubrimiento.
Hallando por
segunda vez en los catálogos de SONO-LUX propia y propicia ruta y con más
canciones terrígenas, vuelven los Coros "CANTARES DE COLOMBIA" a
señalarnos con sus cuarenta voces, - cada una de ellas trabajado poro por el
cual respira la epidermis musical de la nación-, doce horas más, • estelares
como enantes decíamos -, del cancionero nativo, que ha encontrado madrugada
inédita en "El Marco de tu Ventana", enjabelgada con los versos de
Víctor Romero y la acuarela musical de Luis Uribe Bueno; buen viento y mejor
corriente en la "Canoíta" que talló con amores de bambuco el Maestro
Murillo, y encalado caserón para que habite su nunca perenne vigencia en el
"Pueblito Viejo" que nació siendo sabio en achaques de la vida y la
generosidad como su mismo autor José A. Morales.
Hay hora de fiesta
cuando estos primeros coros de Colombia entonan el "Agáchate el
Sombrerito" de Jorge Añez, y la hay, - también de diluida y nada
deleznable nostalgia desde el momento en que abren la puerta en tiempo de
pasillo de la "Casita Blanca" de Carlos Vieco. Dibujan el amable perfil
de la "Chapolera", .tallada en cristal en su aire propio-, y está
aquí también la hora de la dolorosa reiteración de que "Amor se Escribe
con Llanto", pues viene y se va con sandalias de lágrima. Y el paisaje se
va ampliando y fijando hitos y mojones bambuqueros cuando estallan en pluma y
trino "Los Cucaracheros" de Jorge Añez gigantesco, para luego tomar
un aire ácido, volverse isla taciturna al brotar las "Flores Negras",
para prolongarse en "saudade" con "Anhelo Infinito'" y
rehacer luego su galantería con "Hurí".
Así canta Colombia.
Desde cuando llega cada mañana con una clara movilidad de azogue, en su medio
día, cuando el aire se vuelve cálido y liviano aluminio, y cuando llega también
a nuestras ciudades una noche de chimeneas. En esta forma, - hermanos de todo
el continente -, va nuestra canción, enamorada línea doble que corre en tatuaje
y chispa por todos los luminosos socavones musicales de una nación que así
sueña, que así se refleja a sí misma...
Notas: Gabriel
Cuartas Franco.
Hola
ResponderEliminarBuscando una canción (música tiene tu boca - Creo que así se llama), encontré tu blog de casualidad, te felicito me ha encantado.
Me podrías decir si esa canción que busco la cantan los cantares de Colombia?.- Gracias