miércoles, 30 de noviembre de 2011

DOCE CANCIONES DE AMOR VOL. 3 -Varios -Aquellas Canciones

Kiosco de la retreta en el Parque de Bolívar en 1930

Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina


Interior. El transepto o nave transversal, el cual, como ya se había mencionado antes, forma los brazos de la cruz, se extiende en sentido oriente-occidente o viceversa, tiene una longitud de 63,40 m y los mismos 14,50 m de ancho que la nave central. Está dividido en dos áreas, en el extremo de cada brazo se encuentra un retablo de mármol, y al lado de cado uno de estos, se encuentran dos puertas, las que dan hacia el sur se encuentran con los atrios laterales, las que dan al norte comunican con diferentes dependencias, la del brazo oriental comunica con la sacristía, y la occidental con el panteón de los obispos. Sobre el eje de dichas puertas se localizan cuatro cuadros de grandes proporciones y los muros entre el crucero y los brazos se encuentran 2 estatuas religiosas sobre repisas.

Finalmente, están las dependencias ubicadas en los ángulos superiores formados por el cruce de las naves longitudinales con el transepto. En el ángulo occidental se localizan dos grandes salones; en el del norte se encuentra el museo de arte religioso, y en el del sur está el Mausoleo de Obispos; además, debajo de estos se encuentra la Cripta de Osarios. En el ángulo oriental se localizan varias dependencias; al sur está el salón de la sacristía y al norte está la sala capitular, y otras dependencias menores de la Basílica.

LADO 1
1- CUANDO ME VAYA  María Gravar  JOSE MOJICA y Orquesta da Eduardo Vigil y Roblas
2- OJOS TAPATIOS  Elizondo - Velásquez CARLOS MEJIA con Orquesta
3- SERENATA  Schubert  ALFONSO ORTIZ TIRADO con la Orquesta RCA VICTOR
4- CASUALIDAD  Gonzalo Curial  PEDRO VARGAS con Orquesta
5- DEJAME LLORAR  A. Esparza Oteo SEBASTIAN MUÑOZ con Orquesta de A. Esparza Oteo
6- SOLO TU  Agustín Lara  TITO GUIZAR y su Grupo

LADO 2
1. CARIÑO  Jorge del Moral  NESTOR CHAYRES con Orquesta
2- SIEMPRE TE VAS  Agustín Lara  LUIS ALVAREZ con Orquesta Dir. A. Cibelli
3- TERCIOPELO  Gonzalo Curial  LUIS G. ROLDAN con  Gonzalo Curial y su Orquesta
4- PERFUME DE GARDENIAS  Rafael Hernández Wello Rivas y Orquesta de Raiael Hernández
5- DIME QUE SI  A. Esparza Oteo  JUAN ARVIZU con la Orquesta Casino de la Playa
6- LEJOS DE TI  Rafael Hernández RENE CABEL con Orquesta da A. Brito, dirigida por Rafael Hernández
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LEJOS DE TI


TERCIOPELO


OJOS TAPATIOS



En este disco, dedicado exclusivamente como los anteriores de esta serie, al recuerdo, asistimos al florecimiento de la canción popular entre los años veinte y cincuenta. Y tenemos la oportunidad de comparar voces y orquestaciones y de damos cuenta de cómo fue evolucionando el estilo de cantar obras ligeras en la América Latina.

Cuando Carlos Mejía, figura cumbre de la ópera mexicana, grabó "Ojos Tapatíos" en discos Victor de sello azul, no se pensaba siquiera en que las canciones se pudieran bailar. Y los cantos de amor se decían siempre con esa manera operática que enseñaban los italianos. Aún y cuando se trataba, como en el caso de "Ojos Tapatíos". He una canción simple, maravillosamente simple, que llegó a ser el símbolo de las serenatas o "gallos" mexicanos.

"Ojos Tapatíos" figuró en el segundo disco que apareció en Victor con el nombre de Carlos Mejía, "extraordinariamente popular en México, pero su fama ha traspasado las fronteras de su país natal, como justamente se merece un cantante de sus posibilidades", según el comentario de uno de nuestros catálogos de entonces (1922).

José Mojica como cantante de ópera propiamente dicho, era menos popular que Mejía.

Pero Mojica fue a los Estados Unidos y en los Estados Unidos se vinculó a la ópera y el cine hizo famosa su figura romántica. Y el cine comenzaba a tener voz y José Mojica fue una de las primeras, más dulces y más famosas voces del cine.

En Mojica era tan importante el gesto, la sonrisa, como la voz. Posiblemente por eso, este "Cuando me Vaya" de María Grever, la compositora mexicana que se llamaba Joaquina Portillo y que surgía entonces prometedoramente, salió en una serie de la Victor que ofrecía, además del surco sonoro, la imagen del cantante impresa en la superficie del disco en algunas de sus escenas cinematográficas.

Mejía fue el principio del tenor de escuela haciendo música popular de América*

Mojica siguió la escuela pero comenzó a "decir" las canciones.

Alfonso Ortiz Tirado, llegó además, a interpretarlas como hoy se hace, y abrió el camino a Juan Arvizu, a Pedro Vargas y a Tito Guizar. Nosotros diríamos que con Ortiz Tirado el médico cantor que dejó su fortuna en obras de beneficencia y murió una tarde de septiembre sin dinero y olvidado de los mismos a quienes hizo el bien, fue el primer cancionista, tal y como hoy se entiende esa palabra.

Y posiblemente, y con todos los respetos del mundo, Shubert haya sido también el primer "cancionista" en su grupo. Sus Heder son los precursores de los modernos cantos de amor. Y la "Serenata" que Alfonso Ortiz Tirado interpretó como nadie en nuestro idioma el primer aporte de la música llamada clásica al mundo de la canción popular.

Pedro Vargas fue la superación de Ortiz Tirado, si es que en este caso puede hablarse de superación. Y Pedro Vargas además, llegó a ser la canción misma. El corazón, la expresión de los años cuarenta y cincuenta. "Casualidad" fue uno de sus primeros discos. Cuando aún no aparecía perfectamente definido el bolero. Y es una de sus más acabadas interpretaciones. De aquellas que lo hicieron ídolo de la juventud latinoamericana unos años antes de la segunda guerra mundial.

Pocos datos tenemos de Sebastián Muñoz, el barítono mexicano que nos expresa, con "Déjame Llorar", el luminoso estilo de Esparza Oteo, una de las figuras más grandes del México musical. El mismo Esparza Oteo lo acompañaba con su orquesta.

Y de "Solo Tú", de Tito Guizar, podemos contarles que fue una de las primeras canciones de Agustín Lara que se llevó al disco. Y que esta versión, precisamente, marcó la incorporación al elenco Victor del joven tenor Tito Guizar, quien ocho años después, porque esto data de 1929. se haría célebre en el mundo con "Allá en el Rancho Grande".

Luis Álvarez. español, de Gijón, fue por muchos años estrella de los célebres programas de Picot, por la XEW, y fue un intérprete que se hizo querido por sus versiones de temas folklóricos de todos los países de América. "El Tenor de la Raza" lo llamaban y su voz tiene por fuerza que figurar entre las inmortales.

Chayres, Néstor Mesta Chayres primero, Néstor Chayres simplemente en los años posteriores, fue uno de los últimos grandes tenores del cancionero mexicano. Llegó a actuar en importantes centros musicales de los Estados Unidos y se especializó en temas hispanos. "Cariño" no es de ellos, pero pertenece a Jorge del Moral que compuso inspirados pasodobles y que vivió una bohemia romántica en España y en México, la cual, desdichadamente, lo llevó muy pronto a la eternidad.

Juan Arvizu y Luis G. Roldán tienen, artísticamente, mucho en común. Los dos fueron celebradísimos en Buenos Aires. Los dos cantaron un repertorio romántico de extraordinaria dulzura y emoción. En las voces de ambos, el amor estaba idealizado por la suavidad de los intérpretes.

Arvizu fue uno de los grandes entre los más grandes de todos los tiempos. Y sigue siendo uno de los mejores cantantes de su género en el mundo. "Dime que Sí", además de ser una de sus mejores interpretaciones, glorificó el nombre de Alfonso Esparza Oteo y causó furor en Colombia abriendo prácticamente una nueva época en la canción popular.

Con Wello Rivas se asomó a México, triunfalmente, el repertorio de Rafael Hernández.

Wello Rivas, yucateco, recuerda, por muchos aspectos a su paisano Guty Cárdenas. El mismo "hilito" de voz, el mismo gusto exquisito para cantar. Y autor como aquél, de lindas melodías.

Y con René Cabel el repertorio de Hernández se impuso definitivamente. Y abrió las puertas, además, al ritmo bolerístico de las Antillas. Cabel tenía la voz de Vargas y el sabor de su tierra cubana. Traía el ritmo a la melodía. Y entre 1942 y 1943 sus versiones con las grandes agrupaciones orquestales de La Habana hicieron historia.

Son doce canciones de amor.

Canciones que, en su día, fueron a las calles a golpear las ventanas de las novias aquellas. Y se mezclaron, en el júbilo de la fiesta, con el beso y el suspiro.

Ellas son un pedestal para el recuerdo adorado. Para la añoranza de los ayeres perdidos.

Selección y Notas: HERNAN RESTREPO D.

martes, 29 de noviembre de 2011

DUETO DE ANTAÑO -El Ayer y el Hoy -Aquellas Canciones

Catedral de Villanueva vista desde la Calle Bolivia con la Carrera Sucre en 1931
Autor: Melitón Rodríguez Márquez
© Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina

Interior. Continuando por la nave central, hacia el norte, se encuentra el área del crucero, siendo una especie de antesala para al presbiterio, dicha área es de forma cuadrada y cada lado tiene el mismo ancho que la nave central, además, en esta área se levanta la torre del crucero que sobresale en el exterior y cuenta con 3 ventanales a cada lado. Por último la nave central termina en el brazo superior de la cruz, el cual comprende el presbiterio, zona que contiene la cátedra, el altar mayor con el baldaquino y la sillería de los Canónigos, esta última rodeada por un ábside de 14,50 m de diámetro y a su vez cubierto por una bóveda de ladrillos, cuyas juntas de argamasa forman un encaje de perfecta ejecución.

Las naves laterales corren en casi toda la longitud de la nave central, tienen ocho metros de ancho y están delimitadas entre las arcadas ya antes descritas y el muro que da con el exterior. Cada nave tiene en su respectivo muro, cinco confesionarios empotrados a la pared, 8 ventanales con sus vitrales y coincidiendo con el eje de 6 ventanales, se ubica una estación del viacrucis; en los otros dos se localizan las puertas que comunican directamente con los atrios laterales. Luego, hacia el norte de las naves está la zona que comparte con el transepto, para luego rematar en los ábsides laterales que cobijan pequeños retablos de mármol.

LA DO 1
EL BOGA (Alejandro Wllls)
FUE MENTIRA (Chava Rubio - Camilo García)
LAGRIMAS  (Gilberto Gallego Rojas - Camilo García)
ES MEJOR QUE NO VUELVAS (Libardo Parra Toro - Camilo García)
CANCION DE PRIMAVERA (Augusto Duque Bernal - Camilo García)
LLOVIZNAS DE AUSENCIA (Darlo Ángel Ángel - Camilo García)

LADO 2
CORAZON ANTIOQUEÑO  (Hernando Montoya - Camilo García)
BAJABAS DE LA MONTAÑA  (Francisco Moreno R. - Camilo García)
DESTINO  (Julio Flórez - Arr. Dueto de Antaño)
FLORECER  (F. Prieto A. - Camilo García)
DE MIS RECUERDOS (Alex Bonnet - Camilo García)
LA GLORIA DE TUS OJOS (Mariaester Arango - Camilo García)
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DESTINO


EL BOGA


BAJABAS DE LA MONTAÑA


LAGRIMAS



Aunque el célebre DUETO DE AÑTANO, conformado por Camilo García y Ramón Carrasquilla grabó sus primeros discos en la RCA Víctor, poco más de un lustro después de su fundación, fueron esos discos, realizados en Medellín con impecable técnica, los que pusieron su estilo en la cumbre de la popularidad, a partir de 1948.

Carrasquilla y García grabaron luego, de nuevo, casi todos esos números. Pero sus admiradores quieren sentir el calor de aquellos viejos registros que inicialmente salieron a 78 RPM, y precisamente los que faltaban por salir son los que en este volumen presentamos, complementados con cuatro que los ilustres intérpretes grabaron en el año de 1971, en los modernos estudios de SONOLUX, de Medellín especialmente para la RCA INTERNACIONAL.

Ya tienen pues oportunidad los "duetoantañistas", que se cuentan por centenares de miles en Colombia, de tener al día las históricas grabaciones de sus predilectos.

Desde "El Boga", realizado cuando aún estaba fresco el recuerdo de su autor, el glorioso Alejandro Wills, hasta la última composición del maestro García, hecha sobre versos de la distinguida periodista antioqueña Mariaester Arango.

Y darse cuenta también, de cómo han conservado sus voces y han mantenido su jerarquía, estos notables cultivadores de la canción criolla. Como si no hubieran pasado desde entonces 25 años, convertidos en laureles para Camilo García y Ramón Carrasquilla. Hechos historia viva y cancionera del arte popular colombiano.

Selección y notas de HERNAN RESTREPO DUQUE.

viernes, 25 de noviembre de 2011

JOHNNY ALBINO Y SU TRIO SAN JUAN -Epoca de Oro Vol. 6 (Fuentes)

Incendio en la Catedral Basílica Metropolitana de la Inmaculada Concepción de María el 7 de Septiembre de 1928

Autor anónimo
© Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina

Interior. La nave central tiene 14,50 m de ancho y una longitud de 98,45 m incluyendo en esta medida el grueso de los muros; está separada de las laterales, entre el sotacoro o pronave y el crucero, por dos arcadas a lado y lado, conformadas por dos series de ocho columnas cada una (16 en total), las cuales miden, incluyendo bases y capiteles, una altura de nueve metros por 1,20 m de diámetro y están unidas por arcos de medio punto de 1,70 m de diámetro. Sobre estos arcos, en la parte alta de la nave central se encuentra a lado y lado una serie de triforios o arcadas ciegas que cumple una función solamente decorativa, y sobre estos, están dos series de 8 ventanales cada una, luego la nave es cubierta por un techo a dos aguas formado por gruesas vigas de madera.

  Aquí en mi regazo
  Basta con un beso
  Cuando estemos solos
  Hipócrita
  Lo vez
  Locura
  María Dolores
  Sin un amor
  Te felicito
  Timidez
  Un siglo de ausencia
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SIN UN AMOR


UN SIGLO DE AUSENCIA


BASTA CON UN BESO


Johnny Albino deja un extenso legado musical tras su muerte

Por Inter News Service el 9 de mayo de 2011 en Escenario

Por Hiram Guadalupe Pérez

San Juan – No hubo escena musical que el cantante puertorriqueño Johnny Albino pisara sin marcar sus huellas con brillo y esplendor.

Por eso, hace años que el artista, quien falleció de un infarto el sábado, a las 2:00 de la tarde, se había convertido en una de las grandes leyendas de nuestro cancionero popular romántico, habiendo logrado una inmensa cantidad de éxitos musicales que aparecen consignados en más de 300 discos, la mayoría grabados con su Trío San Juan y Los Panchos.

El famoso bolerista murió a los 93 años en un hospital de Long Island, en Nueva York, donde fue recluido el viernes tras confrontar varios episodios de mareos que, horas más tarde, le complicaron su condición de salud, según conoció la agencia Inter News.
Al momento de su inesperado deceso estuvo acompañado de su esposa Mary, hijos y nietos.

Orvil Miller, portavoz de la familia, informó a Inter News que los restos del cantante serán cremados mañana, martes, en una ceremonia privada, mientras que esta tarde tendrá lugar un servicio de recordación, entre 6:00 de la tarde a 9:00 de la noche, en una funeraria del condado de Queens.

No se ha precisado si sus cenizas serán esparcidas en aguas de mares puertorriqueños, como ha trascendido era su voluntad.

Nacido en Yauco el 19 de diciembre de 1917, pero criado en Guayama, Juan Antonio “Johnny” Albino Ortiz despuntó en el ambiente musical en la urbe neoyorquina, donde fundó su Trío San Juan el 24 de junio de 1948.

Su afición musical, sin embargo, nació temprano en su adolescencia fascinado por las interpretaciones de boleros que, entrada la década de 1930, realizaban las grandes orquestas del sur de la Isla.

Fue, precisamente, en varias de esas agrupaciones en las que el entonces aficionado vocalista inició sus pasos por el arte de la canción, entre ellas el Conjunto Colegial de Vives, Conjunto Orquestal Siboney y Caribben Kids, según narra el historiador Pablo Marcial Ortiz Ramos en su gran obra “A tres voces y guitarras”.

En 1940 Johnny Albino ingresó obligatoriamente a las filas del ejército de guerra estadounidense en las que permaneció por seis años, más nunca sin dejar de cantar.

En su estancia como militar creó un cuarteto en el Batallón 130, además de destacarse como vocalista de la Banda del Regimiento 295.

A su regreso a la sociedad civil, en 1946, se instaló en la ciudad de Nueva York donde desarrolló un negocio de reparación de radios y, al cabo de dos años, fundó el Trío San Juan junto a sus amigos José Ramón Ortiz y Jaime González.

Relata el investigador Ortiz Ramos que esta primera versión del trío, que fue muy breve, se consignó con la grabación del primer disco de larga duración que Johnny Albino trabajó para el sello Verne, en el que destaca los boleros “Contestación a comprensión” y “Contestación a siete besos”.

El Trío San Juan logró su mayor esplendor a partir de 1949, para cuando se armó del talento del requintista Ola Martínez y de la segunda voz del compositor Santiago “Chago” Alvarado.


A partir de entonces, se comenzó a escribir uno de los episodios más importantes en el devenir de la música romántica latinoamericana, en la que Johnny Albino le imprimió un matiz sonoro sin igual a la música de tríos gracias a la forma de armonizar sus boleros y los recursos interpretativos de sus integrantes.

Con esta fórmula, el Trío San Juan se hizo inconfundible, selló su identidad sonora lejos de la musicalidad que impuso en la época el dominio comercial de Los Panchos y pudo proyectar un estilo único y, hasta el momento, inigualable.

El historiador Ortiz Ramos, autor también del libro “Los Panchos: historia y crónica”, destaca en sus investigaciones la nueva forma de cantar los boleros en formato de voces y guitarras que impuso Johnny Albino, con fraseos distintos y una manera novel de realizar los punteos de la guitarra.

“Muchos tríos copiaban la modulación y la gravedad de sus voces; la rapidez del punteo y la limpieza de sus adornos… eran distintos al estilo panchista y eso los hizo inconfundibles”, asegura Ortiz Ramos.

El impacto de ese trabajo creativo provocó que muchas agrupaciones, dentro y fuera de Puerto Rico, optaran por imitar el estilo del Trío San Juan colocándolo como uno de los más importantes conjuntos de la década de 1950 y el más famoso en países de fuerte tradición triófila, como Colombia.

Temas como “Siete notas de amor”, “Amor qué malo eres”, “Imprescindiblemente”, “Cosas como tú”, “Las seis de la mañana” y “Dos palabras” se establecieron como paradigmas de la interpretación bolerística de la época.

La carrera de Johnny Albino en el Trío San Juan duró hasta 1958, cuando pasó a formar parte del famoso trío Los Panchos sustituyendo a Hernando Avilés, en su segunda etapa junto al grupo.

“Los Panchos estaban cumpliendo con una presentación en el Teatro Puerto Rico (Nueva York) y Avilés enfermó. Johnny lo sustituyó por dos semanas y, meses después, lo llamaron desde Argentina y le ofrecieron ingresar al trío”, narra el Ortiz Ramos en “Los Panchos: historia y crónica”.

A partir de ese momento, Johnny Albino se estableció por un año en Argentina y, luego, otro más en Brasil, donde grabó sendas producciones musicales que habrían de sellar la nueva ruta musical del reconocido trío.

Es, precisamente, con la voz de Johnny Albino que Los Panchos alcanzaron su más alto sitial internacional, logrando sus primeras apariciones en el Lejano Oriente, dándole la vuelta al mundo en dos ocasiones y estableciendo récord de presentaciones en Grecia, Tailandia, Australia, India, Irán, Egipto, Líbano, Italia, España y la vieja Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Su mayor impacto mundial, en tanto, fue en China, Japón e Indonesia, al extremo de provocar la fundación de tríos en esos países al estilo panchista.

Junto a Los Panchos, Johnny Albino grabó 350 canciones, logrando éxito gracias a su interpretación de “Ahora seremos felices”, “Amorcito corazón”, “Caminemos”, “Capullito de alhelí”, “Desvelo de amor”, “El álbum de mi vida”, “Quién tiene tu amor”, “Poquita fe”, “Sin ti” y “No me quieras tanto”, entre otros.

El versado cantante boricua abandonó el trío en 1967, habiendo dejado su nombre grabado en casi un centenar de producciones discográficas y tras haber triunfado en los principales escenarios musicales del mundo, en los que también compartió con grandes figuras de la canción como Frank Sinatra, Sammy Davis, Nat King Cole, Bobby Vinton, Xavier Cugat, Eydie Gormé y Steve Lawrence.

Su paso por Los Panchos lo resaltó más como solista que como voz integrante del colectivo, a diferencia de lo ocurrido antes con la participación de los cantantes puertorriqueños Hernando Avilés y Julito Rodríguez.

Su último trabajo con el trío de origen mexicano fue la grabación de la película “El Jibarito Rafael”, una producción cinematográfica sobre la vida del compositor boricua Rafael Hernández Marín y cuyo estreno se realizó en diciembre de 1969.

Tras su salida de Los Panchos, Johnny Albino instaló su residencia en Puerto Rico, revivió su Trío San Juan, grabó como solista y, años más tarde, retornó a Nueva York, donde vivió los últimos años de su vida cantando hasta el último de sus suspiros.