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miércoles, 9 de abril de 2014

PEDRO VARGAS - Rinconcito Criollo

Botica La Playa.

LADO 1
RINCONCITO CRIOLLO  -Julio Brito
ME GUSTAS MUCHO  -Miguel Ángel Pazos
GRACIAS  -Mario Fernández Porta
MAR  -Gabriel Ruiz
FRENESI   -Alberto Domínguez
DIME SI TE VAS CON ELLA  -Osvaldo Farrés
LADO 2
DIME QUE SI  -Alfonso Esparza Oteo
PECADO  -C. Bahr - Pontier - Francini
CUATRO PERSONAS  -Rafael Hernández
EN LA FRONTERA DE MEXICO J. Kennedy - M. Carr - López Méndez
ROMANZA DE AMOR C. López Narváez - E. Orozco

NUESTRO ENCUENTRO  -Agustín Lara




DIME QUE SI


FRENESI


PECADO


En la serie AQUELLAS CANCIONES hemos venido publicando una serie de grabaciones realizadas por el tenor mexicano Pedro Vargas en lo que hemos dado en llamar su época de oro, aunque bien podríamos decir que en este momento el famoso artista está cumpliendo todavía, la etapa cumbre de su carrera artística.

Sus canciones cuya aparición está comprendida entre los años de 1938 y 1950 doce años que fueron sin lugar a dudas definitivos en el gusto de la generación “directiva" actual. Que apasionaron a los enamorados de entonces. Que fueron a los bailes juveniles para ayudar en el romance y reforzar la declaración de amor que marcó la culminación de la cita.


Son discos que saturaron el ambiente de aquellos años de la segunda guerra mundial. De las felices promesas que llegaron con el armisticio. De los días en que en la radiodifusión se llegó al máximo, y la televisión asomó peligrosamente poniendo en jaque las más importantes audiciones.

Asistimos, como estos discos de Pedro Vargas, al más delicioso banquete de recuerdos. Y advertimos en ellos cómo fue virando el bolero primitivo, perfectamente influido por los antiguos danzones, a la suavidad romántica que precisamente comenzó a imponer Pedro Vargas.

Este cuarto volumen de “Aquellas Canciones dé Pedro Vargas" nos ofrece una de sus más acabadas creaciones, “Rinconcito Criollo" de Brito, que llegó a identificarlo en un momento dado como el mejor de todos los Intérpretes de ese autor. Nos hace vivir el furor que en todo el mundo causó “Frenesí”, cuando desde los Estados Unidos lo impuso Artie Shaw. Nos regresa a los días en que Carlos Ramírez, el gran barítono colombiano, impuso una melodía de Efraín Orozco y el gran poeta López Narváez, “Romanza de Amor". Nos recuerda las triunfales .temporadas de Vargas en Cuba, con “Gracias” y con “La Ultima Noche”. Y pone otra vez en presente el apogeo máximo de la canción romántica mexicana con “Dime Que Sí”, el vals de Esparza Oteo que todo el continente llegó a silbar enamorado.

Escuchar a Pedro Vargas es regodearse con la más bien lograda emoción de la canción de América. Es vivir otra vez la caricia enamorada de la novia. Es asomarse a la ventana enrejada que atestiguó, la serenata.

Nacido en el año de 1900 en San Miguel de Allende, rinconcito mexicano de ambiente colonial, y se crio con 12 hermanos. Sus padres le tenían destinada la carrera de medicina. El soñaba con ser torero.

Ni una cosa ni la otra. Cantante. Y primero, cantante de ópera. Después vocalista de la celebérrima orquesta típica de Lerdo de Tejada. Por fin, el triunfo definitivo cuando en un concurso de radio cantó el vals “Andy Hardlng", compuesto por el compositor Carlos Espinosa de los Monteros, que ganó el primer premio. Y el encargo de Agustín Lara da estrenarle sus canciones. Y los discos RCA Víctor que lo hicieron estrella máxima del cancionero romántico.

No hay canción mala en este disco. No hay canción mala cuando es Pedro Vargas el intérprete.

Pero en este caso, por los años que representa, y por la emoción romántica que recoge, el repertorio es tres veces mejor.

Selección y Notas: HERNAN RESTREPO

martes, 11 de marzo de 2014

PEDRO VARGAS - El Tenor Continental Vol.3

Plaza de Mercado 1964.
Fotógrafo: Gabriel Carvajal Pérez

©Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina.


Acércate más
Borinqueñita mía
Confiesa
El mundo
Franqueza
Juguete
La vida en rosa
María del mar
Noches de Mazatlán
Pecado
Quién será
Tengo ganas de un beso





QUIEN SERA


PECADO


BORINQUEÑITA MIA

 Veinte años se dicen pronto, pero se necesitaría toda una vida para poder escribir algo sobre la carrera artística de nuestro gran Pedro Vargas.

 El “Tenor Continental” llamado justamente así por todos los públicos del mundo. Amo y señor de la simpatía y de la administración perfecta. Veinticinco años que han dejado a través de su voz inmortal miles de páginas escritas en el álbum de la canción eterna.

RCA Víctor Mexicana, se siente en esta ocasión, verdaderamente orgullosa de poder ofrecer a ustedes este nuevo disco de larga duración de su artista exclusivo y que lanza al mercado como un homenaje de admiración y cariño a quien por tantos años se ha sostenido en un primerísimo puesto de consagración total. Lleva en su contenido canciones de ayer y de hoy y que por el hecho de ir prendida de su voz,  serán de siempre.

martes, 27 de septiembre de 2011

PEDRO VARGAS –Humo en los ojos –Aquellas Canciones

Descargue del avión de SAM en el que llegaron las campanas donadas por Don Pablo Tobón Uribe para la Catedral Basílica Metropolitana de Medellín en 1952
Fotógrafo: Gabriel Carvajal Pérez
Fotografía del Patrimonio de imágenes de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina

En 1952, el empresario y filántropo Pablo Tobón Uribe donó a la Basílica la suma de doscientos mil pesos ($ 200.000) con destino al embellecimiento e iluminación de la misma, con lo cual se compraron nuevas campanas, confesionarios, 12 altares y mesas de mármol, una custodia y lámparas de alumbrado.

Conozco a los dos
Saca los nardos morena
Casablanca
Cuando vuelvas
Presentimiento
Humo en los ojos
Volveré
Jamás
Pecadora
Canción del viento
Chacha linda
Cada noche un amor 

____


CHACHA LINDA


PECADORA


CADA NOCHE UN AMOR


Habla Pedro Vargas

La entrevista con el tenor continental, Pedro Vargas, trata alrededor de su amistad con Agustín Lara y Mario Moreno Cantinflas, así como el nerviosismo que experimentaba cuando el cantante, nacido en San Miguel Allende, interpretaba canciones.

Agustín Lara siempre le compuso a una mujer porque era muy enamorado

-Creo que lo feo no tiene nada que ver con el alma interna. Lo que uno puede producir internamente es más que la belleza corporal. Y eso nos pasa a los hombres y a las mujeres también.

-No, no, a las mujeres feas les va mucho menos bien que a las bonitas.

-Pero hay mujeres muy inteligentes, que son bonitas por lo inteligentes. Mi compadre fue muy íntimo amigo; yo viví todos sus romances con él, le vi componer muchas canciones, muchas las hizo delante de mí, de repente le venía la idea y me decía: "Vente, vamos" y se sentaba frente al piano y la tocaba.

"Al final de su vida él quería poner una obra teatral musical y se estaba preparando para ello, pero no la llegó a terminar."

-En Tlacotalpan, a orillas del río, en unos carteles en la calle, los tlacotalpeños se ufanan de que Agustín Lara es de allí. La Casa de Cultura se llama Agustín Lara. Pero siempre hay una duda acerca de dónde nació, inclusive mucha gente dice que no es ni siquiera mexicano, que es español, de allí su afán por componer canciones a Granada, Madrid, Valencia, Murcia y no sé que otras ciudades.

Lo importante de Agustín Lara es que él quiso ser jarocho

-Creo que las nacionalidades nada tienen que ver con la persona, ¿verdad? Sí, hubo una encuesta y los que anduvieron preguntando averiguaron que Agustín Lara nació aquí en la ciudad de México, en un barrio, pero la realidad es que sus padres vivieron en Tlacotalpan. (Se interrumpe) Lo principal de todo, ¿sabe usted qué es lo principal? Que Agustín Lara quiso ser Tlacotalpeño, quiso ser veracruzano y así murió: veracruzano. Así lo quiso él, así lo sentía.

-Pero en realidad no era jarocho, sino del Distrito Federal.

-Eso dicen, dicen porque a mí no me consta. Nunca le pregunté y nunca, nunca hablábamos de eso.

-Pero, ¿por qué el misterio?

-No lo sé. Lo que sí, yo le voy a decir a usted una cosa, que Tlacotalpan quería tanto a mi compadre Agustín que en el año de 1933, cuando se descompuso el trío con Ana María Fernández, y nos quedamos en Veracruz, hicimos una gira por todo ese estado, él y yo solos, y el día en que fue mi compadre a Tlacotalpan, cerraron las escuelas, cerró el comercio, fue el presidente municipal a recibirlo al muelle, oiga usted, ¡una sensación!

"Lo llevaron en hombros, él arengó al pueblo ante el Palacio Municipal, entonces, ¿qué quiere decir en cristiano? Sí, así lo recibieron en 1933, quiere decir que allí vivió años de gran participación, grandes años de su infancia, para él muy importantes. Su padre era el doctor Lara; allá ejerció él, porque parece que abandonó a su mamá.

"En Tlacotalpan hay muchos apellidos Lara, y también en Puebla. Allí también estuvo el padre de Agustín, ejerciendo la medicina."

-Y usted, ¿era igual de enamorado que su compadre Agustín?

-No, yo no. Yo sí he sido serio, yo he sido, sabe usted, yo he sido penoso, porque a mí me da pena, no, yo no.

-¿Penoso?

Soy penoso, nadie puede imaginarse mis nervios

-Más nervios que cuando canto, nadie se lo imagina. Nervioso, al grado de que... Cualquier temporada es lo mismo, cualquiera. El año pasado en Madrid, fueron tantos los nervios que se me olvidaron las letras, no daba, no, hasta que fui tomando la tranquilidad, consiguiendo dominar los nervios, después de la segunda, tercera canción. A las mujeres yo no sabría ni qué decirles. ¿Sabe usted cómo conquisté a mi mujer? Cantándole; le cantaba yo y Tata Nacho me acompañaba en el piano, y yo acompañándome de las canciones de Tata Nacho, diciéndole cosas bonitas, con la voz fue como conquisté a mi mujer. Esto fue aquí en México, pero ella, María Teresa, es de Querétaro.

"¡Yo quería mucho a Tata Nacho, ¡uf! Mire usted, el grupo de Lerdo de Tejada, Esparza Oteo, Mario Talavera y Tata Nacho era un grupo inseparable y yo los quise mucho a todos, conviví con ellos, hicimos giras; cuando ellos viajaban al único intérprete que llevaban era a Pedro Vargas y yo no sé ni en qué año, porque eso fue antes de 1928, quizá en el 26, en 27; empezamos por Torreón y fue tanto el éxito que terminamos en Guadalajara.

"Al principio, después de cada función iban al hotel, se repartían todo el dinero y me daban a mí cada uno 10 pesos redondos. Eran muy buenas entradas entonces. Mire usted, para el artista es muy difícil, muy difícil ahorrar dinero, porque un día lo tiene y al día siguiente lo gasta. De repente se pierde sin pensar cómo.

"Yo he perdido mucho porque una vez fui aval de un cabaret del que no me quiero ni acordar del nombre. Para mí en paz descanse, porque perdí lo que no puede perder un millonario, todo lo que yo había ahorrado en 30 años de trabajo. Y ahora aquí estoy trabajando mucho con mi voz, mucho para poder mantener lo poquito que tenemos, porque tengo una casa en San Miguel de Allende, aquí la casa en que está usted y que es de usted, y un departamento en Acapulco y para mantener estas tres casas tengo que cantar mucho."

El dinero se va y sigo trabajando para mantener lo poco que tengo: tres casitas

-¿El dinero se va sin que se sienta?

-Sí, así es, el dinero se va, el dinero se va. Que a un hijo le hace falta cualquier cosa, a los hijos los ayuda uno, ¿verdad? El presidente Getulio Vargas fue un gran amigo mío y a la primera nieta que tuve, hija de Pedro, mi hijo mayor, yo le puse Alcira porque así se llamaba la hija mayor de Getulio Vargas. El me decía que los Vargas éramos una sola familia. Me decía: "Yo tengo un hermano que se llama Pedro también y es igual a usted, nada más que unos se fueron al norte y otros al sur; yo soy del sur y usted es del norte, pero somos de la misma familia". Fui condecorado por él con la Cruz del Sur.

Después de las de Lara, jamás cantaré una canción que musicalmente no valga

Detrás de Pedro Vargas, enmarcados en plata, nos miran los retratos de todos los presidentes de México (la fotografía más grande es la de Cárdenas, la segunda más grande es la de Miguel Alemán) dedicadas a Pedro Vargas desde Calles hasta Echeverría, con simpatía, con admiración y mucha estimación al tenor continental, al máximo exponente de la cultura mexicana, al gran artista, al amigo. Además de Frank Sinatra, Joan Crawford, Vicky Carr, Elvis Presley, Maurice Chevalier, Jorge Negrete, muchísimas fotografías de Agustín Lara, Carlos Arruza, Mario Moreno "Cantinflas"; una hilera de dictadores latinoamericanos de riguroso uniforme y hombreras, galones dorados y kepís demasiado altos dedican su efigie a Pedro Vargas: Marcos Pérez Jiménez, de Venezuela; Fulgencio Batista, de Cuba; Magloire, de Haití; Velasco Alvarado, de Perú (bueno, ese es el menos dictador).

-¡Qué horror don Pedro!, ¡qué mala onda! ¡Está usted rodeado de puro cochino dictador y le han de enviar muy malas vibraciones!

-Oiga usted, yo de política, nada, pero nada. Estos grandes personajes fueron muy finos conmigo, siempre me demostraron afecto, admiración, me recibieron en el palacio presidencial, ofrecieron cenas y banquetes para mí, tuvieron siempre toda clase de atenciones. Así es de que yo no tengo por qué juzgarlos políticamente. Tengo además muchas condecoraciones de los países hermanos del sur, pero muchas, la de Núñez Balboa, de Panamá; la de Carlos Manuel de Céspedes, de Cuba, y la Cruz Azul, de Brasil.

-Siquiera debiera usted de quitar la efigie de Batista.

Se me han muerto todos, el único que me que queda es Cantinflas

-Oiga usted, no Elenita. Fíjese que se me han muerto muchos amigos y amigos íntimos de familia, el que me queda nada más es Mario Moreno "Cantinflas". Pero mis grandes, grandes amigos fueron Jorge Negrete y Alfonso Ortiz Tirado. En el toreo tuve un amigo muy grande que me hizo padrino de casi todos sus hijos, Carlos Arruza. Los hijos están triunfando; Manolo es mi ahijado, está logrando ser un buen torero; a todos los veo muy seguido, les doy consejos, porque los consejos sí se pueden dar, eso sí, cómo no. Arruza fue mi compadre, pero el primer compadre que tuve en la vida fue Alfonso Esparza Oteo, le bauticé a una hija, ahora casada, porque cuando mueren los padres, como padrino queda uno en lugar de ellos. Por eso a mis ahijados los veo con gran frecuencia.

"Oiga, Elenita, ¿no quiere usted oír esta nueva canción mía, muy bonita, Con la arena de otras playas? Estoy seguro que le va gustar. Voy a cantarla este año en España, porque cada año hago una temporada en ese país, en el Florida Park, donde canto todas las noches. Es un cabaret."

-¿Y le pagan bien?

-Uno no debe pensar en el dinero; si le pagan bien, qué bueno, pero si pagan regular también, porque lo importante es cantar y que el público lo aplauda a uno. El pago más importante es el aplauso espontáneo del público.

Al cantar voy buscando la reacción del público y así escojo las canciones

-¿Y el aplauso sin dinero, para usted vale?

-Sí, se vale, se vale porque uno puede vivir de ilusiones también. Últimamente yo he vivido enormes ovaciones grandes, pero grandes. Hace pocos meses alterné con Julio Iglesias y con Roberto Carlos en el Madison Square Garden, en Nueva York y ¡oiga usted!, no me olvido de esa ovación que me hace vibrar y me hace vivir más. En todas partes están aplaudiéndome bonito.

"A un artista lo único que puede entristecerlo es que haya poca gente, pero eso a mí nunca me ha pasado, y de joven, cuando en alguna ocasión me sucedió, canté entonces con más vehemencia para darle gusto a mi público.

"Yo siempre busco la reacción del público; y según voy escogiendo ésta u otra canción, según como los veo busco la comunicación, porque he nacido con una sensibilidad muy especial, percibo el ánimo de la gente y me pregunto: '¿Qué canción le cantaré para que le guste?' y como mis acompañantes siempre son muy profesionales, puedo armar mi repertorio allí mismo, al gusto de ellos, según van reaccionando.

"Casi nunca tengo un programa hecho; yo tanteo y la orquesta me sigue. Esa es la ilusión que yo llevo ante el público y, por lo general, al final se levantan muchas señoras que me abrazan y me besan, por cariño a la canción, claro, no a mí. Siempre recibo cartas, siempre cartas tan divertidas que no sé si lo que allí me dicen es verdad o no. Algunas mujeres me aseguran que están enamoradas de mí."

-¿Y usted les contesta?

-A esas cartas no contesto, no puedo, porque, ¿qué les puedo decir? Sólo muy agradecido, y muy agradecido, como cuando me pidió Agustín Lara que fuera su intérprete personal, sólo acerté a manifestar cuatro veces muy agradecido, muy agradecido, muy agradecido y muy agradecido. A ellas también puedo decirles: "Muchas gracias, pero soy casado". También cuando hice mucho cine recibía cartas de admiradoras. Hice el corto Mujer, de la canción, en el que aparecieron las mujeres más bonitas de esa época, y en el corto destacó Ester Fernández.

"Después hice con los Calderón, México canta. Yo era el galán y el segundo era Pedro Armendáriz, imagínese usted, ¿eh? A esa le siguieron muchas películas cantando, siempre cantando. Recuerdo especialmente Los tres alegres compadres, con Agustín Lara y Luis Aguilar, con enorme éxito de taquilla."

Elena Poniatowska/ IV
La jornada domingo 8 de abril de 2007





lunes, 13 de junio de 2011

PEDRO VARGAS -En su epoca de oro -Aquellas Canciones

Primeras paginas "El Colombiano". Medellín.
Enero 13 de 1995
Tragedia Aerea en Cienaga colombiana 

LADO 1
AÑORANDO         -M. Valdez Leal
JANITZIO          -M. T. Lara
MUCHACHA DEL ALMA             -Gonzalo Curiel
LA CITA  -Gabriel Ruiz
ME DEJASTE  -D. R. de A.
DUEÑA MIA         -M. T. Lara

LADO 2
COSAS QUE SUCEDEN   -Agustín Lara
YA ME VOY   -Agustín Lara
COSAS DEL AMOR   -Monis ■ i. Ruiz Rueda
PORTEÑITA MIA   -Pedro Vargas
CANCION DEL CORAZON   -A. Esparza Oteo
LA GOLONDRINA   -Serradell

____


LA GOLONDRINA


CANCION DEL CORAZON


YA ME VOY



Importantísima transformación comenzó a sufrir en el año de 1930 la canción mexicana.

Sí, sí. Aceptamos que antes de ese año, y antes de 1925 también, hubo músicos ilustres que compusieron melodías deliciosas, de proyección mundial. Recordemos, por ejemplo: La Casita, la inmortal Estrellita de Ponce, La Borrachita, y Un Viejo Amor entre otras.

Pero,... quizá estaban más cerca de las romanzas hispanas o de las canciones marineras del Nápoles modelado en sueños, tan preciosas obras de arte. Mucho más cerca de París o de Roma que de los problemas mismos, no digamos del México agrario, revuelto y rebelde, sino del Distrito Federal. De la ciudad en donde ya existían arrabales sórdidos. Y parques cómplices. Y alfombradas alcobas rebosantes de pasión y de romance.

Todo eso, el amor desesperado de la obrerita y la tragedia burguesa del matrimonio incomprendido; y el noviazgo escolar, necesitaban una expresión. Debían decirse distinto a las estrofas guerrilleras de La Adelita, a la festiva historia de La Cucaracha o al candor emocionado de Cielito Lindo. Pero rechazaban también, porque aparecían demasiado elaboradas, demasiado finas, las expresiones de un Amado Nervo o de un Gutiérrez Nájera, cuyos versos suministraban excelente material a los compositoras de entonces para bordar adornados cantos de amor de los que se estilaban en las reuniones elegantes.

El primer transformador, fue sin duda alguna, Guty Cárdenas.

Porque la canción de Guty Cárdenas no daba un vuelco total. Tenía, todavía, algo de allá, de los campos enfervecidos en gritos revolucionarios. Pero poseía al mismo tiempo suavísimas sacudidas de serenata ciudadana. Eran poemas íntimos para decir con la media voz del autor.

Cabe anotar aquí que las canciones de Guty Cárdenas las que iniciaron su ascenso, inclusive su consagratorio ""Nunca", fueron concebidas como "boleros", dentro de la acepción del "bolero" que el joven compositor aprendió de los trovadores antillanos que llegaran a su Mérida soñadora y sensual. Pero como no se las aceptaron de esta manera, las convirtió en "claves yucatecas". Especie de bambuco colombiano con influencias habaneras.

Cuando Guty Cárdenas llegó a la capital, por allá en 1927, las gentes de México estaban dadas, porque no tenían más remedio, porque era la moda en el mundo entero y porque las canciones nacionales no estaban expresando su sentir de ese momento, -dicho esto sin que vaya en desmedro de los grandes autores de entonces, que pocos como eran significan la excepción-, las gentes estaban dadas al tango argentino.

Los cuplés estaban pasando de moda. Y los aires zarzueleros que ungieran a ese momento de arte y de gracia que es María Conesa, también. Y el ritmo "ciudadano" de México no aparecía por parte alguna.

1930 y sus alrededores marcan la hora de las nuevas modalidades de la canción con la compañía de revistas Campillo y sus espectaculares temporadas en el teatro Lírico. De la guitarra enamorada de Guty, y sus confidencias intangibles. De las primeras composiciones de Gonzalo Curiel que incorporan a la canción latina las inquietudes del jazz americano y los sentimentales blues de Al Jolson y compañeros. De Agustín Lara, el flacuchento pianista de los turbios cafetines pecadores, quien bebía su inspiración primigenia en las aguas barrosas del tango argentino. Y hasta podríamos decir que de María Grever, quien al renovarse abandonaba su estilo atangado o ribeteado de evocaciones zarzueleras, Júrame y Todo por Ti o Lamento Gitano, para echar al mundo el vuelo de unas campanas cancioneras que tocaron la gloria del bolero mexicano.

El continente joven quería cantar con voz propia en el concierto de la música popular que fascinaba al mundo.

La Argentina había puesto figuras de tango hasta en escenarios improvisados del Vaticano.

México maduraba su "Rancho Grande" creaba la XEW con poderosa laringe microfónica. Había hecho tandas a lo "Apolo" en el "Principal". Y Mojíca y Navarro exhibían en la pantalla, la blanca sonrisa de la alegría de las fuentes, de las rosas de Xochimilco y de los mariachis escondidos.

Ocurre entonces que tenores que habían soñado con las glorias de la ópera: Juan Arvizu, Tito Guizar, Alfonso Ortiz Tirado y Pedro Vargas, sienten el estímulo de los ventajosos contratos que ofrecen: la naciente industria radiofónica, las casas de discos y los teatros de variedades.

Un cantante que, teniendo facultades vocales más o menos poderosas, confía, sin embargo, más, en sus méritos de intérprete.

Dicen. Expresan. Cantar, entonces, era otra cosa. Cantar era lo que habían hecho Caruso y Fleta. Ellos frasean, se toman libertades interpretativas más o menos audaces, Vocalizan a la manera americana. Se olvidan de las erres italianas y de las zetas españolas. Se inspiran, creemos, un poco, en los "chansoniers" de las orquestas de baile norteamericanas, que inclusive usaban megáfonos para hacerse oír.

Y ya tenemos, formalizado, un nuevo estilo. Un arte americano, para los latinoamericanos.

De esta carnada, como uno más inicialmente, con fuerza de bólido poco después, surgió el colosal tenor de las Américas: Pedro Vargas.

Pedro Vargas quería ser estudiante de medicina. Los sucesos revolucionarios, la pérdida de los bienes familiares, le hicieron cambiar de idea. Tenía que vivir, ante todo.

Pensó entonces en su voz. Sus amigos le alababan las facultades vocales a Vargas que en su pueblito de San Miguel de Allende, en Guanajuato, había cantado de niño, el Ave María en la Iglesita Parroquial.

Y a cantar se dijo.

No dudó sino un día. Cuando Pepe Ortiz, que apuntaba ya como una de las grandes figuras de la tauromaquia mexicana, le propuso un cambio: "enséñame tú a cantar, yo te enseñaré a torear".

Y llegó a torear becerradas Pedro Vargas. Así como Pepe Ortiz cantó en alguna película boleros románticos.

Fue solo un capricho momentáneo.

El destino de Pedro Vargas tenía trazos firmes.

Los grandes programas de radio de México. Sus actuaciones en fiestas y teatros comenzaron a abrirle el camino. Los discos consagraron su voz y su estilo continentalmente.

Ya entre 1935 y 1940, su nombre comenzó a figurar entre los favoritos. Pero fue a partir de este último año, efectivamente, cuando comenzaron a identificarse como una sola cosa, Pedro Vargas y la canción popular.

Los años 40 fueron los de la segunda guerra mundial.

Los del definitivo estirón de los grandes países americanos.

Los del cine en español. Los de la moda de radiodifusión... Los años del bolero.

Pedro Vargas es un poco de todo.

El cantor feo de Guanajuato endosaba con su voz los romances. Las quinceañeras dibujaban casitas blancas en sus sueños románticos, mientras él edificaba "Noches de Ronda" en discos de tirajes inmensos. Y "Solamente una Vez" solicitaban los enamorados, actualizando uno de sus discos, cariños y besos en las serenatas.

Era Pedro Vargas quien cantaba las impresiones de "La Cita". Y su voz era la que marcaba compases de besos furtivos cuando cantaba sobre las "Cosas que Suceden" o insinuaba el "Naufragio" de un dolor aferrado a los recuerdos.

Pedro Vargas llegó a ser, en aquella década del 40, amarga de guerra y desatinos, lo reconfortante e irreal. El hada buena de los adultos.

Muchas de las canciones que entonces cantaba, "Casa-blanca" por ejemplo, y "Humanidad" y "Despedida", insinuaban la angustia de la hora en alguna frase discreta. Y fue la representación de la alegría cuando llegó la paz.

Pero Pedro Vargas. Su voz inconmensurable. La clarísima sencillez de su canto. La emoción de su estilo. No murieron, ni mucho menos, con los años 40.

Vargas fue aclimatándose en todos los ambientes que siguieron a ellos. Caminó al paso de los distintos estilos populares. Cantó tangos en un momento. Pasodobles en otro. Agitó su voz con los locos compases del mambo, de la guaracha y del rock. Siempre con la misma voz. -Exactamente igual que en los tiempos de "Porteñita Mía", su primer disco para la RCA Víctor.

De ahí que se conserve su vigencia. Y que cada colección suya en discos de larga duración, merezca la atención de los discoyentes, maduros y viejos, jóvenes y menos jóvenes. Porque todos tienen de Pedro Vargas un grato recuerdo. Porque en un momento de su vida coincidieron con su canción.

Este disco es uno de los que en la serie AQUELLAS CANCIONES estamos dedicando a evocar los grandes momentos de "El Tenor de las Américas’, viva voz del romance, cuyo influjo gana al tiempo batallas, diariamente Y esta siempre con nosotros.

HERNAN RESTREPO DUQUE