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jueves, 23 de abril de 2015

12 MILONGAS QUE HICIERON HISTORIA -Aquellas Canciones -Varios

Movilización en pro de la construcción de la carretera al mar, organizada por Don Gonzalo Mejía, en el Parque de Berrío en 192... Iglesia de la Veracruz, Edificio Olano y Edificio Gutiérrez.

Autor anónimo

© Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina.


Lado 1
MILONGA EN NEGRO  -(Arr. E. Rivera)  -EDMUNDO RIVERO CON ANIBAL TROILO
EL PAISANITO -(M. L. Pérez - Pascual Clausi) ALBERTO ECHAGUE
CARNAVALERA -(H. Manzi - -S. Piana)  -HECTOR MAURE CON JUAN D'ARIENZO
CIMARRON DE AUSENCIA   -(J. Larenza - M. Robles)  -FLOREAL RUIZ CON ANIBAL TROILO
SACALE PUNTA  -(Sandalio Gómez - Donato)  -HORACIO LAGOS CON EDGARDO DONATO
ENTRE COPA Y COPA  -(Marcó - D'Agostino - Attadia)  -ANGEL VARGAS CON ANGEL D'AGOSTINO

Lado 2
EN EL CORSITO DEL BARRIO  -(R. Yiso - A. M. Aznar)  -JULIO SOSA CON ARMANDO PONTIER
QUE TIEMPO AQUEL  -(C. E. Flores - F. J. Lomuto)  -JORGE OMAR CON FRANCISCO LOMUTO
MI PERRO  -(C. Allende)  -AGUSTIN MAGALDI
LA PUÑALADA   -(C. Flores • P. Castellanos)  -ALBERTO GOMEZ
TRAMPA   -(C. Bahr - D'Arienzo - Salamanca)  -ARMANDO LABORDE CON JUAN D'ARIENZO

EL BARRIO DEL TAMBOR  -(A. Sanguinetti - A. Bonavena)  -ALBERTO MARINO CON ANIBAL TROILO




CIMARRON DE AUSENCIA


EL CORSITO DEL BARRIO


EL BARRIO DEL TAMBOR



Las raíces de la milonga

Quintín Quintana es etnomusicólogo. Investiga las raíces culturales de la música rioplatense y el origen, evolución y desarrollo de los instrumentos de la región. En un extraordinario galpón del barrio de Boedo, ha coordinado, durante alrededor de diez años, el proyecto Dos Orillas, articulado al Centro Investigación y Difusión de Instrumentos y Música de América (CIDIMA).

Recientemente ha logrado volcar el resultado de sus actividades en un documental realizado con el apoyo del Fondo de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, plasmado en formato de DVD y acompañado de un libro donde expone las principales problemáticas concernientes a la disciplina que investiga.

Hace unos días nos entrevistamos con él, en el preludio de su partida a México, donde realizará durante algunos meses un estudio comparativo de la marimba como instrumento característico de la diáspora afroamericana.
En esta oportunidad, nos aclaró algunas cuestiones vinculadas a la milonga: su origen, evolución e influencia en nuestra cultura.

Quintín Quintana (QQ): —La milonga representa nuestros aportes afros y criollos mezclados, por lo tanto representa nuestros orígenes mulatos.
En realidad es casi imposible referirse en singular a cualquier género de la cultura popular. Deberíamos decir siempre las milongas, porque se trata de un género con muchas sub-especies.

El origen de la palabra milonga es indudablemente afro, aunque no es clara su procedencia exacta. A mí me parece que más allá del termino original del que provenga, lo importante está en que desde sus orígenes remotos representa al lugar de reunión, de comunión: desde las originarias rondas que hacen los pueblos bantúes, donde en el centro baila una pareja, hombre y mujer, representando así la fecundidad de la tierra, y pidiendo y agradeciendo una buena cosecha, hasta las posteriores rondas de baile entre compadritos, casi como una capoeira porteña, donde también se resistía al orden establecido. Y luego ya en los cafetines, donde de a poco iría dejando de ser milonga en lo musical, para pasar a ser lo que hoy ya se conoce como tango. Pero fijate que no dejó de ser hasta hoy milonga el término que denomina el lugar de reunión. Uno va a la milonga a bailar tango.
También en el campo, en el ámbito más criollo, denomina al modo de sentarse en ronda, es el modo de tocar las guitarras, de decir décimas y coplas, que toma aquel nombre original, pero que ya no se toca con tambores, ni tiene la danza a la que me refería antes, donde la pareja, al acercar sus vientres, de frente, entre sí, simboliza ese atributo fértil de la tierra y de todo aquello donde la vida se hace presente, que también significa esperanza en el porvenir.

Fíjate que en Cuba, se llama rumba, donde a la acción simbólica ésta de juntar las panzas le dicen “vacunao”. En Brasil, se llama samba de roda, y le dicen “ombigada”.
La milonga tiene origen negro, del negro cimarrón, que trabajaba en el campo y vivía más bien solo, es decir que de a poco comenzaban a disolverse e invisibilizarse aquellas comunidades originarias, ya tomando forma de “sociedades secretas” (en el mejor de los casos) o “filantrópicas”, pero muchas de ellas ya se agrupaban sólo por su “color” y no por sus características culturales. Entonces se convertían en adoradores de nuevas tendencias o formas. Los más negadores de su cultura, las generaciones posteriores, comenzaban a estudiar la música clásica europea, con ánimo de “pertenecer” a la alta sociedad del momento. Otros veían lo caribeño como un buen estereotipo de “lo negro” en América. Y comienzan de este modo a consumir los distintos géneros de aquella región lejana.
Y aquel negro “gaucho” que no puede tocar ya de su forma social originaria, y que en la mayoría de los casos es un veterano de las guerras de independencia, queda hecho un cimarrón, le guste o no. Y aquel criollo, que también era medio paria, el peón de estancias, oportunista asalariado, la mano de obra no calificada de ese momento de posguerra, imita los toques de los tambores en aquellas vihuelas de antaño, que eran instrumentos muy “personales”, muy propios de cada tocador, aún no estandarizados. Posteriormente, esos toques tan individuales pasan a la guitarra, que aparece ya como un instrumento más legalizado y difundido.

Claro que es un “lugar común” entre quienes rastreamos nuestros orígenes musicales, decir que los primeros payadores fueron negros. Pero no lo eran todos. Y quizás aún ni siquiera se llamaban a sí mismos payadores. Ya en esa época se comienza a decir que se podía payar “por cifra” (los más criollos) o “por milonga” (los más afros).
No nos olvidemos de que luego de aquella historia verdadera, vinieron los nefastos historiadores y demás intelectuales a sueldo, a decir que esto fue así o asá, y a legalizar el blanqueamiento de este país. Eso, ahora, por suerte, es un tema en el que cual estamos haciendo un poco de justicia. Por lo menos ya hay suficientes investigadores de muchas disciplinas que profundizaron en el tema e intentan desbancar tanta mentira, hurgando en aquellas capas de tierra correspondientes a esos años. Daniel Schávelzon en la arqueología, Pablo Cirio en la etnomusicología, Alejandro Frigerio en la antropología, Tomás Platero, O. Natale, María Florencia Guzmán, y el ponchi Flores en la historiografía, entre muchísimos otros…

Y la palabra milonga… ¿qué significa?
QQ: —Están quienes lo relacionan con la capacidad creadora intrínseca de la naturaleza. Entonces, dicen que era “mironga”, que se traduciría como “madre”. Sobre todo en Brasil, donde también encontramos afrodescendientes congo-angoleños, como lo fueron casi el 90 % de los traídos aquí, al estuario del Plata.
Otros apuestan que viene de “mulonga”, lo cual la acerca al controvertido término “mulato”, que serían los seres que cultural y genéticamente provienen de las relaciones entre afros y criollos… de esa mezcla. Entonces, al no ser ya aquellos negros tan resistentes requeridos en la época de la esclavitud, estos descendientes “híbridos” pasaron a valer casi lo que una “mula”. Esta explicación es más difundida en Perú.
Vaya uno a saber… Igual te repito que no me parece muy importante la palabra en sí… caeríamos en el peligroso terreno de quienes explican la cultura desde ahí, y dicen que el tango puede venir de Japón, porque allá tienen una palabra que es “tangú”. Fuera de joda. Hubo historiadores musicolocos que han dicho mucho desastre, quienes se apañaban entre sí para colaborar con el “blanqueamiento” de nuestros orígenes.

¿Pero entonces la milonga proviene del candombe?
QQ: —El candombe y la milonga originalmente son lo mismo. La diferencia está en la percepción cultural. El tema es cómo lo percibe el “negro” y como lo percibe el “blanco”. Es la misma célula rítmico-melódica, pero desplazada una semicorchea.
Ahí está justamente el tema: el conocimiento cultural, el molde con el que la persona de cada cultura comprende el mundo, en la imposibilidad de percibir al otro sin ese conocimiento cultural previo, en estado puro. Por eso es que los criollos, al escuchar a los negros tocar candombe, escuchan otro resultado: lo que el negro toca como segunda semicorchea de cada pulso, el blanco lo entiende como primera, porque en ella se encuentra el acento y el sonido más agudo de la totalidad. Es un tema muy complejo como para pretender ahondarlo por completo y justamente a eso estamos dedicándonos actualmente: trabajando e investigando para la próxima edición de nuevos trabajos sobre el tema, como lo hicimos en el documental “Sonidos de nuestra Tierra”, editado a fines del 2006, que hoy ustedes pueden ver en DVD.
Hay múltiples esferas donde se puede ver la continuidad de los prejuicios, desencuentros y malentendidos. Fijate que aún hoy cualquier porteño que va y escucha “las llamadas” en Montevideo, canta el “tutátutá”. Sí… ese “símbolo sonoro”, nefastamente difundido por los “decadentes” de hoy… ¡¡es la continuidad de los de ayer!! Muchos Alberto Castillo han hecho abuso de este prejuicio de que “los negritos son todos alegres y tontitos…. sólo bailan… son unos vagos…” Y está el extremo opuesto: de que los negros son fieras diabólicas que no dejan de hacer magia negra y cosas malas. Son estereotipos extremistas, obvio resultado del inconsciente colectivo de esta sociedad negadora de la otredad, y de sus propias y genuinas raíces.
Aún hoy persiste el prejuicio. Se llama milonga a la cocaína, a alguna pelea o desorden social, o en general a aquello que no está dentro de las leyes “de lo que está bien”.
—Como te decía, la milonga es hija directa del candombe, no tiene aportes indígenas, que sí se encuentran en la baguala, la chaya, el wayno, el yaraví, etc… Es que a los pampas y querandíes ya los habían limpiado a todos.
El gaucho, denominación más difundida para ese actor anónimo de toda nuestra región rioplatense, que viene desde el centro del Brasil hasta casi el límite entre la Pampa Húmeda y la Patagonia, se traslada constantemente de un lugar a otro, y con él va la milonga, que en Entre Ríos se llama chamarrita, en Brasil es ponto, baiao, coco, forró, lundú, samba de roda, choro, etc. Más cerca de Paraguay es rasguido doble. En Bolivia es takirari…
Lo importante es lo que se está diciendo: décimas espontáneas o de autores desconocidos. Ésa es la raíz: la milonga como folklore. Luego nace la “canción” como formato. Y ahí comienza lo que llamamos la “música popular”, de autores ya registrados, un hecho ya urbano y contemporáneo.
—Gradualmente la milonga se va trasladando a la ciudad y se junta en los suburbios, y la milonga se va transformando, hasta que de ahí nace el tango. El mismo Gardel es una buena muestra de ese proceso: originariamente cantaba todos los géneros folklóricos argentinos. Fue el “cantor nacional” más conocido, pero enseguida vio que en ese entonces rendía más hacer tangos.
Entonces aquella milonga lenta se empieza a acelerar, empieza a tener una influencia del europeo que llega en la última inmigración de 1900, y empiezan a tocar aquellas milongas ya con clarinete, con flauta, arpa, otros instrumentos… y ya se hace bailable en salones. En esa nueva ciudad que se empieza a llenar de personas de distintos orígenes surge el tango con la base de la milonga como una nueva música. Pero ese tango que nace ya en una sociedad en vías de militarización y represión, características que distinguieron a nuestro país en todo el siglo pasado, se pone muy militar, muy marcha, ya casi sin sabor, sin sincopa, se pierden las improvisaciones y solos que si sabían hacer aquellos viejos milongueros.
Y todo comienza a pasar por el conservatorio, y para que se acepte aquí debe legalizarlo la “high society” de París. Nefasta historia, la nuestra.

—El problema es la inconciencia de nuestra verdadera identidad, el desconocimiento y negación de nuestras distintas raíces culturales. La chacarera, por ejemplo, tiene raíz afro y española del sur, o sea, también “mora”, o de raíz árabe, o sea la “mulata” de allá mismo. Pero eso casi nadie lo sabe.

Y aquellos grosos y verdaderos artistas populares debieron pasar “a la clandestinidad” por así decirlo. No es que comenzó el tango “for export” y se acabó el sabor. Había que saber dónde buscarlo. Se daba en los suburbios, reductos, prostíbulos, corrales del gran Buenos Aires… que en aquel entonces eran Mataderos, Bajo Flores, Saavedra, Barracas, Pompeya… y en tantos lugares de la provincia de Buenos Aires, como Chascomús, E. Echeverría, Ezeiza, etc. No olvidemos nunca al increíble Gabino Ezeiza, símbolo de aquella época de tanta creatividad, espontaneidad y verdadera sabiduría popular.
Y ahí es donde va don Osvaldo Avena a aprender y compartir. Por eso tiene el toque único ese. Es una síntesis increíble la que él ha podido plasmar.

Lo que quiso hacer luego Osvaldo Avena, era un movimiento para el desarrollo de un arte propio de aquí del sur: el “Sur Realismo”, para contrarrestar tanta mentira, y dentro de él, la Nueva Canción Argentina (como paralelismo con el resto de América, que ya tenía estas movidas: la nueva trova cubana, el canto popular uruguayo (CPU), la música popular brasilera (MPB), etc., que debería tener la integración de los elementos de las distintas regiones del país. Si bien don Osvaldo es un gran referente de la milonga, él conocía y compuso infinidad de temas con bases de las demás especies de nuestra música argentina: chacarera, escondido, bailecito, gato, triunfo, zamba, etc.
El problema es que esas “músicas” no son músicas en sí mismas. ¡Son coreografías de danzas! Entonces se hace muy difícil explicar, diferenciar, generar un movimiento con basase sólidas bien arraigadas en un sentir nacional… porque hay mucha confusión… Por suerte, su hijo, Eduardo Avena, ha podido continuar, profundizar y aclarar muchos de estos aspectos, que son, me parece, para otra nota, o para leer dentro de poco, cuando salga el libro que estamos elaborando juntos, en el cual incluimos toda esta historia, desarrollada por partes, y cómo se fue dando entonces el nacimiento y desarrollo de cada género, instrumentos, etc. Él tiene una muy linda y didáctica teoría “rítmico-evolutiva” para enseñar todo esto, que la fue completando y enriqueciendo en los quince años que vivió en Brasil durante la época de la dictadura… ¡¡Imagínate!!

Entonces aquel proyecto que comenzara con don Osvaldo, y que llamara “El Milongazo”, continúa hoy con Eduardo como coordinador, con próximos discos ya casi terminados, y la relación constante con Dos Orillas, que es la parte del proyecto en la que nos encargamos más exclusivamente de los orígenes afros mismos: kandombes, szembas, charanda, nsaias, malembe, milongas negras y tangos de negros.

—En conclusión, entiendo por todo esto que hablamos y por lo que falta hablar, que milonga es el nombre más justo para denominar a nuestra identidad cultural del estuario del Plata, ya que, ante el genocidio que hicieron con los pueblos originarios de aquí, lo que se mezcló y dio este nombre como primer resultado mulato cultural, fue lo criollo con el infinito aporte de los pueblos bantúes esclavizados.

.Fuente: latitudbarrilete

jueves, 24 de enero de 2013

12 TANGOS QUE HICIERON HISTORIA Vol.2 -Varios


Sorteo de la Lotería de Medellín en las afueras del Palacio Municipal (hoy Museo de Antioquia) en 1939 (acercamiento)
Autor: Francisco Mejía
© Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina.

La Música Popular en Antioquia.(21)
                                       Hernán Restrepo Duque.
Era el año de 1908. A fines del siguiente, como consta en los registros de grabación, los hermanos Uribe, de la mano de Muri-11o, hacían en Nueva York más discos de música colombiana. Daniel cantaba sólo en dúo con el maestro, Luis y Samuel acompañaban.
Entre tanto Medellín se entusiasmaba. Ya no cabía duda sobre la importancia de nuestra música, de la capacidad de los ejecutantes locales y de la posibilidad de las voces criollas.
Jesús Arrióla convenció a un grupo de artesanos a quienes había reunido el músico Pacífico Carvalho, quien renunció a seguir dirigiéndolos por la difícil situación que se presentaba a causa de las guerras civiles, para que tomaran en serio su labor de intérpretes que querían seguir los pasos de Morales Pino y de su gente. Nace así, formalmente la celebérrima Lira Antioqueña, que, de pronto, fue seleccionada para viajar a Nueva York a grabar discos y a dar continuidad a los triunfos de los Uribe y de Pelón y Marín.



6  -COPA DE AJENJO  -C Pesce – J. Canaro  -ANGEL VARGAS y su orquesta
      Dir. A. Lacava


TABERNERO


CANTANDO


LA CIEGUITA


La jubilosa acogida que los discoyentes dieron al primer volumen de los TANGOS QUE HICIERON HISTORIA (LPC 179) hizo obligante esta segunda entrega.

La idea del segundo, como la del primero, es la de reunir, en un sólo álbum, títulos e intérpretes de trascendencia en los acaeceres de la canción bonaerense. Versiones grabadas que hicieron impacto en su momento y que luego, cuando corrieron los años y pasó la época de su apogeo, siguieron considerándose como hito, como identificación de un momento; como ejemplo dentro del proceso musical y poético del género.

No se trata pues de "antologías". Sino de hacer un poco de historia sobre realizaciones trascendentales; voces, letras, músicas y versiones que a ella se incorporaron definitivamente.
"Tabernero" fue durante muchos años la letra del tango "modelo" tal y como entendían al tango sus adversarios. La reacción del bohemio suburbano, enloquecido por la amargura y el desengaño. Sin embargo su significación llegó a ser mayor, tan importante que inclusive mucho tiempo después de haberse popularizado como tango, se convirtió en una carta triunfal para los ''boleristas" de la época de oro de la canción romántica centroamericana.

Su intérprete en esta oportunidad, el rosarino Héctor Palacios, fue calificado por el mismo Gardel, como uno de sus más posibles sucesores. Tiene una voz varonil y un gusto exquisito y llegó a Buenos Aires con Agustín Magaldi, casi adolescentes ambos, para convertirse en uno de los solistas más solicitados en una época de grandes solistas. Palacios fue aclamado también internacionalmente y en Cuba fue un verdadero idolo.

"La Morocha" fue con "El Choclo", el primer tango que se coló a los salones. Aún subsistía, en aquel 900 tan lejano, el prejuicio en torno a las letras "pecadoras" de los temas prehistóricos que dominaban los cafetines de Palermo y de La Boca. Su tema es blanco y amable. Se nota algo la influencia de la moda "cupletística" de entonces, que seguramente sirvió de base a esa especie de "papá del tango", "con pinta de criollo pobre" que fue Ángel Villoldo.

Villoldo, autor de la música de "El Choclo", fue también cantor; bailaba en los locales de fama, recitaba y tocaba el piano, todo con tal finura y expresión que pudo dominar en las casas honestas con aquellas extrañas melodías del arrabal, y entre ellas "La Morocha" del uruguayo Saborido que revistió con versos dignos de las tonadilleras de moda.

Libertad Lamarque la canta. Y Libertad Lamarque es, desde su histórico debut en el Nacional, el tango en mujer, íntegramente.

Con "La Cieguita" remozamos la voz de Roberto Quiroga, aquel cantor que por los años 44 en adelante, provocó una revisión tanguística al interpretar los cantos gardelianos en las cantinas de barrio, y hasta creó la impresión de que "El Morocho del Abasto" había reencarnado en él. Quiroga falleció hace poco, el 2 de febrero de 1964.

Claro, Gardel no podía faltarnos. Y Gardel, su voz de copla sin parangón, ni antecedentes ni sucedáneos, excita la emoción de toda una historia, con "Cuesta Abajo" de una de sus más famosas películas.

Hugo del Carril tiene mucho de Gardel. Lo tuvo desde sus primeras apariciones, encarnando precisamente al ídolo inmortal Y el cine lo hizo sustituto en el cariño de América, "Mano a Mano", original de Gardel y Razzano, fue interpretada por del Carril en la mejor película de tangos lograda hasta el momento. "La Vida es un Tango", y en una escena inolvidable.
Joaquín Mauricio Mora, negro brillante y genio impresionante de la música popular de Buenos Aires, "hacedor" de estrellas y de melodías exquisitas, hizo con los versos del popular comentarista y locutor Julio Jorge Nelv. Margarita Gauthier', un tango cumbre que nos traslada con la voz fina, atenorada pero al mismo tiempo porteñísima y ciento por ciento tanguera de Alberto Gómez, a los años en que el tango canción llegó  su plenitud.

rector estrella del Buenos Aires de los veinte y autor entre otras cosas del celebérrimo "Madre" (Yo nací en no sé que mundo, yo viví desorientado,...).

Se trata de una de las grabaciones de Agustín Magaldi, menos conocidas en Colombia. Y una de las mejores que realizó para la RCA Víctor. De ahí que para representar a tan ilustre figura de la canción porteña, la hayamos seleccionado. Magaldi murió el 8 de septiembre de 1938.
Aparece nuevamente la mujer, y esta vez revestida con doble carácter, intérprete y autora, y bajo un nombre que es gloria y bandera, y que comparte con Libertad Lamarque y con Azucena Maizani, la trilogía máxima de las voces femeninas que han triunfado en la canción porteña: Mercedes Simone.

A los lugares claves entramos cuando Cátulo Castillo nos abre las puertas del "Café de los Angelitos", aquel viejo y querido centro bohemio de la esquina de Rivadavia y Rincón, donde refugiaron sus inquietudes Betinotti y Gabino Ezeiza. Don tertuliaban Gardel y Razzano. Escenario de payadas y de nocturnos romances.

Las dice uno de los gigantes de la actualidad, Alberto Marino, en un disco grabado en la época en que hacia los estribillos de la orquesta de Aníbal Troilo.

Y pasamos al "Sur" de Homero Manzi. ese Homero Manzi de quien Ernesto Sábato dijo recientemente que ambicionaba "pisarle los talones" escribiendo tangos. Edmundo R vero el otro gran gigante de hoy, lo canta, con "Pichuco tan en envolviendo su voz enfebrecida en su bandoneón de mil gro que es grito y es poema, y en el compacto impresi nante de su orquesta, que resume medio siglo de tango.

"El Ciruja" es la consagración del lunfardo. El tango que ofrece más palabras de ese dialecto del "cuchillo y de! coraje que diríamos con la venia del maestro Borges. Julio Sosa, en los « tiempos de su actuación con Francini y Pontier lo canto así como aquí nos Suena, apreciándose ya su estilo viril, testicular y apasionado que lo llevaría a compartir con Rivero y con Mancel cetro del tango contemporáneo. Julio Sosa terminó sus días trágicamente el 26 de noviembre de 1964.

Otro que ya no está remata el desfile. Uno que desde el 7 de julio de 1959 vive en el mundo de Gardel y de Magaldi de Quiroga y de Julio Sosa: Angelito Vargas.

Su voz ''ruiseñora", voz de calle amanecida, de esquina delatora, de dolor estrangulado, comparte con las estrofas de ''Copa de Ajenjo", la emoción de los barros sin asfalto en la mesa compañera del cafetín donde esconden su dolor sin esperanza los desposeídos sentimentales y donde juegan la baraja de los recuerdos, la depresión y el coraje.

Vamos con todos ellos al encuentro de uno de los géneros musicales más controvertidos del mundo, pero con estatura poemática indiscutible y apasionante

Selección y Notas: Hernán Restrepo Duque








miércoles, 15 de junio de 2011

12 TANGOS QUE HICIERON HISTORIA VOL.3

Primeras paginas "El Colombiano". Medellín.
Sept 12 de 2001
Atentado a las torres gemelas 

Lado 1
LO HAN VISTO CON OTRA Tango (H. Pettorossi) CARLOS GARDEL
HASTA SIEMPRE AMOR -Tango (F. Silva D. Rassiatti) JUAN D' ARIENZO Canta: Jorge Valdez
AMANDO EN SILENCIO - Tango (F. García Jiménez - J. Pécora) EDGARDO DONATO Canta: R. Gavio-H. Lagos
QUE NADIE SE ENTERE - Tango (Alberto Gómez) FRANCISCO J. LOMUTO
LA ULTIMA CARTA - Tango (C. Pesce-Magaldi-Noda) AGUSTIN MAGALDI
CUANDO ME ENTRES A FALLAR • Tango (Aguilar-Flores) AGUSTIN IRUSTA

Lado 2
EL ADIOS Tango (V. Sanclemente-M. Pacheco) HUGO DEL CARRIL
POCAS PALABRAS Tango (E. Carlícamo R. Tanturi) RICARDO TANTURI Canta: Alberto Castillo
SOMBRAS NADA MAS Tango (J. M. Contursi F. J. Lomuto PORFIRIO DIAZ Canta: Jorge Abril
QUE FALTA QUE ME HACES Tango (F. Silva-A. Pontier-M. Caló) ANDRES FALGAS
MI DOLOR Tango (M.A. Meaños-C. Marcucci) ALBERTO GOMEZ
ADULTERIO Tango (Carlos A. Sánchez A. Bonasco) ARMANDO BONASCO

____


QUE NADIE SE ENTERE


QUE FALTA QUE ME HACES


ADULTERIO



Falgas, Andres

 Nació en la Capital Federal el 15 de enero de 1916.

Debutó cantando en Radio Splendid después de ganar un concurso organizado por la firma PULOIL. En 1933 participó en la orquesta de Federico Scorticati, y entre 1934 y 1938, integra la de Enrique Rodríguez.

Ese mismo año se incorpora a la orquesta de Francisco Canaro. E

n 1940 se une al maestro Carlos Di Sarli, iniciando una gira por toda América Latina. En la ciudad de México la orquesta se disuelve, y Falgas decide quedarse en ese país, en el que forma su propio conjunto llamado "Los Reyes del Tango".

En 1944 regresa al país y se incorpora a la orquesta de Rodolfo Biagi. En 1946 inicia una gira por Sudamérica que llega hasta Estados Unidos.

Falleció el 15 de mayo de 1995


Francisco Lomuto
Llamado "Pancho", nació en Buenos Aires en el barrio de parquea de loa Patricios el 24 de noviembre de 1893.

Su madre le enseña la teoría musical y el piano hasta que se mejore al conservatorio de Santa Cecilia. Sus tres hermanos se consagrarán también a la música. Su hermano Enrique lo acompañara al piano en sus primeras orquestas. Es el padre de Daniel Lomuto, bandoneonista y componedor.

A 13 años, compone su primer tango "EL 606", luego "el rezongona, registrado por Francisco Canaro, el revoltosa, EL Chacotan", rápidamente reanudada por Roberto Firpo.

Con el interés creciente del público para los cantantes, compone a "Muñequita" crea por la cantante, María Luisa Notar en 1918. Escribe a "Nunca Más" cantado por Carlos Gardel. Frecuenta, regularmente, el Real Cabaret donde Francisco Canaro le deja jugar del piano en su orquesta. Compondrá también pero, la lista no es exhaustiva, "si soy así, Tierra del Fuego y Pa' que ti concedidos" recompensado en la primer ayuda de tango organizada por Max Glüksmann.

En 1923, fomentado por sus éxitos de compositor, se funda su propia orquesta con los cantantes, Fernando Díaz y Jorge Omar, unidos por Charlo.

En los años cuarenta por Miguel Montero. Consciente de sus límites al piano, se orienta rápidamente hacia la dirección de orquesta. De factura clásica, bien sostenido por una sección ritmica irreprochable, su orquesta se apreció por la danza por la buena sociedad argentina muy en sus apariciones en los cabarets, Club Progreso, Mar del plata, Trocadero. Aparece también en las películas "Melgarejo" en 1937 y "La rubia del camino" en 1938.

Famosos músicos cruzan su carretera de director de orquesta tales: Brillan Brignolo, brillan Zinkes, Haroldo Ferrero, Federico Storticati y Daniel Álvarez al bandoneón, Carlos Taverna y Leopoldo Schifrin, el padre de Lalo Schifrin, al violín, Juan Carlos Howard al piano y Alberto Celenza al contrabajo.

A partir de 1918, fue un ardiente partidario de la protección jurídica de los compositores y cantantes. El 1 de agosto de 1936, participa en la fundación de la sociedad nacional de los escritores.

Entre 1923 y 1950, registra más de 900 partes musicales. La simpatía que atrae está a la imagen de su buen hombre físico, redondo y jovial, una boquilla siempre presente a su mano derecha. Se apaga, desgraciadamente demasiado pronto, el 23 de diciembre de 1950.