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miércoles, 2 de abril de 2014

VALSES INOLVIDABLES Vol. 2

Almacen Ford -  Palacé, después de la bomba de los Huesos.

Adoración.
El Viejo Vals.
Ensueño.
Ilusión Marina.
Ilusión Azul.
Las Tres de la Mañana.
Luna de arrabal.
Noche Calurosa.
Palomita Blanca.
Pedacito De Cielo.
Rosas de Otoño.

Un placer.




ENSUEÑO


ILUSION AZUL


PALOMITA BLANCA


Encantador destino el del vals... Su peregrina música, la única capaz de ser, a la vez, alegre y nostálgica, viene cruzando las dos  últimas centurias entre Europa y América, como una deliciosa mensajera sentimental de las almas. Nacida en el Viejo Mundo y adoptada como propia en el nuevo Continente, nunca ha cesado en su romántica tarea de acompasar el enlace de parejas, propiciando el amable torneo del baile y el juego sensitivo del amor.

El airecillo liviano del vals se disfraza de juglar frívolo y esconde un duende filosófico. Incita al festejo del Instante presente y memora otras horas felices del tiempo ido. En el trasunto de su ritmo se adivinan risas y suspiros; alburas lunares y luminarias de fiestas alumbrando romancee; nieblas de ausencia, penumbras de soledad  evocadora, juramentos, promesas, esperanzas, paisajes coloridos y crepúsculos melancólicos; besos y lágrimas...


Gloriosa misión la de los valses famosos del mundo, que por eso mismo se convierten en Inolvidables.

Aquí están, también inolvidables y revividos en este disco doce valses célebres nuestros, creados, armonizados y poetizados a la manera vernácula por relevantes autores y compositores nacionales.

Ahorcan distintos motivos, en un calidoscopio de temas que van desde la fina pincelada campera de "Palomita blanca” a la ternura de "Pedacito de cielo": desde una "Ilusión azul” y otra "Ilusión marina” a un "Ensueño” y una "Adoración"; de los recuerdos de una "Noche calurosa” o de una “Luna de arrabal" y las campanadas que anuncian "Las tres de la mañana”, hasta el vago perfume de la '‘Rosa de; otoño" y las añoranzas de "Un placer" y "El viejo vals"...

Tampoco peligran de olvido los intérpretes de este disco cuya desaparición  física ha sido superada por la firme trascendencia de sus nombres y la permanente reposición de su labor fonográfica en al sello EMI-ODEON. Son ellos Roberto Firpo. Francisco Canaro. Rodolfo Biagi y Miguel Montero. Por lo que atañe a los demás intérpretes titulares que figuran en este compendio: Héctor Varela, Alfredo De Angelis. Rubén Juárez. Osvaldo Pugliese, Los Indios Tacúnau y José 8asso, cabe reafirmar que plenos de activa popularidad, continúan contribuyendo sin pausa a la difusión de este música tan noble en su sencillez ágil y emocional, que es bálsamo de espíritus y grata animadora de la convivencia.

Estas grabaciones, por su propio carácter cronológico, participan de esa suave sugestión de reminiscencia que se desprende de los sones del vals. Es una especie de cabalgata pues sus realizaciones se suceden a través de tres décadas en los años 1945. 1946. 1947, 1950, 1951, 1958, 1959, 1967, 1969,1971 y 1973.

viernes, 21 de marzo de 2014

VALSES INOLVIDABLES Vol.1 -Varios

Almacén el Buen Tono 1914.

Carlos García & Orquesta - A mi Madre (02:48)
Corazón de oro -Francisco Canaro.mp3 ( 3:26)
Desde el alma -Francisco Canaro.mp3 ( 3:12)
El Aeroplano -Roberto Firpo.mp3 ( 3:14)
Flores de Alma -Alfredo de Angelis.mp3 ( 3:10)
Ilusión de mi vida -Los Indios Tacunau.mp3 ( 2: 3)
Lágrimas Y Sonrisas -Rodolfo Biagi.mp3 ( 2:48)
Olga -'Pirincho' y su Quinteto Tipico.mp3 ( 2:41)
Pobre Flor -Alfredo De Angelis.mp3 ( 2:43)
Puentecito De Mi Rio - Osvaldo Pugliese.mp3 ( 2:55)
Juan de Dios Filiberto y su orquesta porteña - Santiago del Estero (02:28)

Vibraciones del alma.mp3 ( 3:54)




LAGRIMAS Y SONRISAS


DESDE EL ALMA


POBRE FLOR


Hace un siglo tenía en Viena su glorioso apogeo un embriagador, meciente y ondulante ritmo bailable manejado por una dinastía musical: Johann Strauss, conocido por “el viejo”, había sido el padre del vals, su homónimo hijo, llamado “el joven” había superado el prominente título, pues se le reconocía como el rey del vals.

El genio armónico de los Strauss, padre e hijo, introdujo en Viena una alegría danzante que se matizaba con un poco de locura y otro poco de melancolía para estallar finalmente en burbujas de champaña.

El ondulante baile conquistó los salones de la ciudad imperial e hizo inmediato camino a los del viejo continente, no se detuvo allí y el joven continente americano fue otra de sus principales metas. Llegado a la Argentina, tampoco se detuvo en las salas fulgurantes de la alta sociedad.

Un pueblo ávido de asimilar lo importado de Europa –fuere material o espiritual-  introdujo el vals en casas de familia, en patios suburbanos engalanados de farolitos de papel, en numerosos centros recreativos. El vals se acriollaba…y se hizo criollo del todo al cruzar el límite entre arrabal y campo, desparramando armonías por las rutas provincianas. Entró en una nueva clasificación muy nuestra “Vals Criollo”, con un particular giro rítmico; y de tan aligerado que se tornó ese ritmo: ameno, nostálgico sin tristeza, placentero sin desborde, la clasificación se hizo amablemente diminutiva: “Valsecito criollo”.

En este disco de larga duración que presenta EMI-ODEON, los valses que lo integran son inolvidables, como son también inolvidables algunos titulares, ya desaparecidos, de los conjuntos que los interpretan, cuyos nombres honraron y honran el elenco de artistas de esta Compañía. Roberto Firpo, nacido el 10 de mayo de 1884 y fallecido el 14 de junio de 1969; Juan de Dios Filiberto, nacido el 8 de marzo de 1885 y fallecido el 11 de noviembre de 1964; Francisco Canaro, nacido el 26 de noviembre de 1888 y fallecido el 14 de diciembre de 1964; y Rodolfo Biagi, nacido el 14 de marzo de 1906 y fallecido el 24 de septiembre de 1969.

Los demás intérpretes titulares de esta placa: Oswaldo Pugliese, Alfredo De Angelis, Los indios Tacunau  y Carlos Garcia, siguen aportando en plenitud de actividad y popularidad sus ponderados esfuerzos al enaltecimiento de una música que tiene palpitación nacional y regocija y conmueve con fórmulas sencillas, francas y afectivas. 

sábado, 25 de enero de 2014

VALSES INOLVIDABLES Vol.3 -Varios

Plaza de Cisneros 1952.

AMEMONOS - FRANCISCO CANARO y Su Orq. Típica CANTAN Arenas Lucero
BAJO UN CIELO DE ESTRELLAS - Miguel Caló y Su Orq. Típica CANTA Alberto Podestá
BARRERAS DE AMOR - Roberto Firpo y Su Orq. CANTA Carlos Varela
DESDE EL ALMA - HUGO DEL CARRIL Con Acompañamiento De Guitarra y Contrabajo
DOS CORAZONES - Francisco Canaro y Su Orq. Típica CANTA C. Roldán
FLOR DE LINO - Miguel Caló y Su Orq. Típica - CANTA Raúl Iriarte
LA FLOR DE LA CANELA - ANIBAL TROILO y Su Orq. Típica CANTAN R. Goyeneche - A. Cárdenas
LA PULPERA DE SANTA LUCIA - Ignacio Corsini Con Acompañamiento de guitarras
LOCA DE AMOR - Rodolfo Biagi y Su Orquesta Típica
PABELLÓN DE LAS ROSAS - HECTOR VARELA y Su Orq. Típica
SOÑAR Y NADA MÁS - Alfredo De Angelis y Su Orq. Típica CANTAN Dante - Martel
TU VIEJA VENTANA - HUGO DEL CARRIL Con Acompañamiento De Orq. y Coro




LOCA DE AMOR


LA FLOR DE LA CANELA


AMEMONOS



Rodolfo Biagi

Venia de un hogar pobre del barrio de San Tolmo. Dio los pasos de la primera infancia en la esquina porteña de las calles Chacabuco y Estados Unidos. Lo inscribieron en un conservatorio musical gratuito, cuyo director no tardaría en señalar que el estudiante de piano Rodolfo Biagi era una gran promesa para culminar como concertista.


Mas no era le música erudita su destino. El tango estaba esperando a Rodolfo, y no habría de ser con desesperanza, porque el muchacho fue encaminándose solo hacia el tango, en un tímido avance hacia el corazón de su Buenos Aires natal, que después tendría sobradas ocasiones de repetir el nombre de este hijo entre los favoritos populares. 

Con 13 años de edad, no más, se codeaba ya con figuras consagradas de la música ciudadana en las veladas de arte modesto del viejo cine Colón de la calle Entre Ríos al sur. Luego repetiría ese trato aleccionador en el cine Alvear de la calle Esmeralda, a poco trecho de la de Corrientes. El tecleo hábil del pibe Biagi ya pertenecía a las luces del centro y a las gentes del centro... El, por su parte, ya pertenecía en cuerpo y alma al ritmo de dos por cuatro.

Subió al palco orquestal del Café Nacional -aquella “catedral del tango" que existió junto al teatro del mismo nombro- teniendo apenas quince años y lo hizo como pianista de la orquesta típica do Juan Maglio, lo que equivalió a lograr el espaldarazo consagratorio apadrinado por el famoso "Pacho". Pasó luego al cabaret Maipú Pigall con otra orquesta y allí trabó relación con Carlos Gardel, que lo tuvo de acompañante en algunas de sus grabaciones con piano y violín.

 Integró otros conjuntos del tango y actuó en grandes espectáculos radioteatrales del también desaparecido teatro San Martin, de la calle Esmeralda. Integró, posteriormente, durante cuatro años una orquesta típica en la que se aunaban voluntades para salvar el arraigo del tango baile cuando se producía la primera gran Invasión de ritmos ajenos. Rodolfo Biagi, con sus inconfundibles efectos pianísticos le dio singular fisonomía a aquella agrupación. Resultado: que el público entusiasmado rebautizó con el superlativo de "Manos Brujas" al notable pianista.

En 1938 Rodolfo Biagi se independizó y formó orquesta propia, debutando en al dancing Marabú, de la calla Maipú, como director, en la noche del 16 de setiembre. Falleció el 24 de setiembre de 1969.