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sábado, 2 de mayo de 2015

BRISEÑO Y AÑEZ -Las Voces Legendarias Vol.4

Llegada del Presidente de la República, Enrique Olaya Herrera, en el Parque de Berrío en 1930. Edificio Hernández, Edificio Gutiérrez, Edificio Echavarría y Edificio Constaín.

Autor: Jorge Obando C.

© Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina.


LADO B
1. DESEOS   -BRlCEÑO Y AÑEZ
2. MI DESTINO ES AMARTE   -BRlCEÑO Y AÑEZ
3. MIJITICA MIJITICO   -MARGARITA CUETO -HELENA GRITO -BRlCEÑO Y AÑEZ
4. VIRGINIA  -BRlCEÑO Y AÑEZ
5. LOS PROMESEROS  -MARGARITA CUETO V JORGE AÑEZ
6. ME QUIERES   -BRlCEÑO Y AÑEZ con La Orquesta Latinoamericana
7. LIMONCITO  -GUTY CARDENAS Y JORGE AÑEZ

LADO A
1. RIENDO Y LLORANDO  -BRICÉÑO Y AÑEZ
2. ANTIOQUEÑITA  -BRlCEÑO Y AÑEZ
3. DESPUES DE AQUELLA NOCHE   -ALCIDES BRlCEÑO Y ANTONIO UTRERA
4 LATIDOS  -BRICEÑO Y AÑEZ
5. PUÑADITQ DE SAL - ALCIDES BRlCEÑO, solo con Orq.
6. AUN TE ESPERO  -BRlCEÑO Y AÑEZ

7. DESENGAÑOS  -ALCIDES BRlCEÑO  -HECTOR DE LARA




RIENDO Y LLORANDO


DESEOS


ANTIOQUEÑITA

A pesar de que nunca trabajaron juntos en Colombia, ni en fiestas sociales, ni en teatros, ni en programas de radio, Alcides Briceño y Jorge Añez, por tu labor fonográfica, conformaron uno de los duetos más representativos en la historiada la canción colombiana.

Jorge Añez era bogotano. Nació el 23 de abril de 1892, se levantó en el cálido ambiento bohemio de aquellos años y en 1917 formó pareja con Justiniano Rosales. Con el recorrió los países del norte del continente hasta llegar a los Estados Unidos en donde se vincularon al elenco de la Víctor. Después de registrar más da una docena de discos disolvieron la pareja.

Retirado un tiempo de las actividades artísticas pues se entregó de lleno al aprendizaje del idioma inglés, Jorge Añez retornó a la música tras el reencuentro con un viejo amigo a quien había conocido en Panamá cuando se desempeñaba como primer tenor de la ópera de esa ciudad, Alcides Briceño, y con él con el bogotano Carlos Molina, quien sería luego brillante director de orquesta , y con el mejicano Manuel Valdespino, integraron un cuarteto, “The South American Trobadours" del cual se destacó el binomio que por muchos años destacaría en la recién nacida industria discográfica como atracción de primerísima línea por sus hermosas versiones del cancionero iberoamericano en todas sus expresiones.

Además de las lindas canciones de su tierra, de las cuales muchas "clásicas" de hoy, como "Antioqueñita" y "Tiplecito de mi vida", llevaron por primera vez al disco, grabaron corridos mejicanos, tangos argentinos, cuecas chilenas y muchísimos pasillos ecuatorianos.

Las marcas de mayor prestigio, Columbia, Víctor, Brunswick, Durium, entre otras respaldaron sus voces.

Su vida artística duró entre 1924 y 1933 aproximadamente, y en sus últimos discos aparecen ya las influencias de le nueve música de América como el bolero.

Jorge Añez regresó al país, se vinculó a la radio como propietario de la emisora Ecos del Tequendama que se convertiría en la KJCK. Aun se presentó como solista e hizo dúos con Carlos Julio Ramírez y con Estanislao Farro con quien hizo su última gira al Ecuador. Publicó un monumental recuento de cosas del cancionero popular con el título de "Canciones y Recuerdos" y falleció el 22 de julio de 1952.

De él se sabe que era espléndido guitarrista, que hizo dúos con Margarita Cueto y con Guty Cárdenas, con quien compartió también autoralmente.

Que dirigió una magnífica estudiantina y que fue quien logró la vinculación a la música colombiana del célebre Terig Tucci. Con Briceño también hizo discos en dúo al lado da Pilar Arcos.

De Briceño tan solo se sabe que nació en Panamá. Que antes de grabar con Añez lo hizo con F. Aguirre del Pino y posteriormente con Héctor de Lora y con Antonio Utrera. Que fue el autor de ese bambuco maravilloso que es "Rio que posas llorando” y que, según Añez, sus años postreros los pasó en Panamá. Briceño también cantó como solista bajo el seudónimo de Gastón Flores.

PRELUDIO, en su afán de rescatar todo aquello que forjó en discos la historia de la música da América, presenta en esta disco documental virios aspectos de estos célebres artistas,

Alcides Briceño aparece como solista y en versiones con De Lora y Utrera. Añez con la Cueto y con Guty Cardanes. Los dos en un disco estelar junto a Margarita Cueto y Helena Brito, la hermana de Eleuterio (Eduardo), el fastuoso barítono dominicano.

Son discos muy viejos. Antiguos fonogramas con más de cincuenta años de grabados paro que revivimos por lo que velen como testimonio de una época y por la significación que tienen en la vida artística de una pareja que conmovió a las gentes de ayer y sigue interesando a las nuevas generaciones con el encanto privilegiado de sus voces y la emotiva autenticidad de sus versiones. Perdonen pues si le capacidad técnica, puesta al máximo, no alcanza a disimular algunos defectos de acústica y recíbanlo como un verdadero tesoro.

HERNAN RESTREPO DUQUE  

lunes, 2 de marzo de 2015

BRICEÑO Y AÑES -Las Voces Legendarias Vol.2


Desfile por la Avenida Junín, 1947. Aun no se iniciaba la construcción del edificio Fabricato -Junin con Boyacá.

Fotógrafo: Gabriel Carvajal Pérez


© Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina

1.- PALIDAS MANOS. – Bambuco  -Chino Trespalacios
2.- MADRECITA YO ME MUERO.-Tango  -Luis Teisseire  -ALCIDES BRICEÑO, solo
3.- ESPERANDO.-Pasillo  -R. Blacio Flor.- Cristóbal Ojeda
4.- LA CURUBERA. Torbellino  -Cantares Populares  -Eduardo Añez
5.- ULTIMOS RECUERDOS. – Pasillo  -Augusto César Saltos. J. C. Cañar
6.- CORAZONCITO MIO.- Bambuco  -Guillermo Quevedo Zornoza
7.- TE AMO. Bolero  -Jorge Añez  -TITO GUIZAR Y JORGE ANEZ

1.-OJOS VERDES.-Pasillo Amado Nervo. José I. Canelos
2.- MOCOSITA.- Tango  -Víctor Soliño G. H. Matos Rodríguez  -ALCIDES BRICEÑO
3.- LA MARGARITA.-Bambuco  -R. Darío.- Pedro León Franco
4.-CENIZAS DEL CORAZON. • Pasillo Carlos A. Flores.- F. Paredes Herrera
5.-ULTIMO CANTO OE UN SUICIDA.- Pasillo Dominio Público GUTY CARDENAS Y JORGE AÑEZ
6.-ALEJANDOSE.- Pasillo  -A. L. Araujo. Cristóbal Ojeda Dávila
7.-POBRECITA MIA.-Bambuco -Chino Traspalacios



MOCOSITA


OJOS VERDES


ESPERANDO



Pasan los días, los meses y los años, y se va acentuando en el corazón popular, más y más, el cariño por ese dueto legendario que integraron Alcides Briceño y Jorge Añez con fundamentales escisiones en la interpretación de la música popular colombiana. A ellos, a Briceño y Añez, les tocó afrontar el momento culminante de la fonografía. Cuando se pasó del sistema acústico al eléctrico, la música grabada comenzó a escucharse en forma distinta, y el intérprete tuvo que hacer mayores esfuerzos para la cuidadosa interpretación que exigía la posibilidad de una mayor fidelidad.

El repertorio nuestro había comenzado a llegar al surco mágico casi desde sus insipiencias. En 1908, y en México, Pelón y Marín grababan los primeros bambucos, pasillos y danzas de origen colombiano. Los Hermanos Uribe, con Emilio Murillo lo harían al año siguiente en Nueva York, en donde en 1910, la Lira Antioqueña con sus cantantes, Eusebio Ochoa, Cabecitas y Leonel Calle, registraron también, casi un centenar de aires criollos. Conformarían ellos, si se quiere, y con quienes se vincularon al disco en aquella visita que hizo a Bogotá la grabadora portátil de la Víctor, y desde luego con la serie de 1918/19 realizada en Nueva York por el Trío Colombiano - Wills, Escobar y Bocanegra - y de la cual se borró misteriosamente la palabra "bambuco", lo que podría ser la "prehistoria" de nuestro cancionero en su relación con la fonografía. En ella cabrían también, los discos de Romero y Baquero, casi extinguidos completamente, y aun los que el mismo Añez grabó a dúo con Víctor J. Rosales, en su primera salida, por el año de 1917, cuando visitó a México y recorrió ese país en compañía del poeta Porfirio Barba Jacob en históricos "espectáculos" que promovían la imagen colombiana y que no tuvieron el debido eco en nuestra patria.


La "historia" propiamente se inicia con Briceño y Añez cuando en 1925, finales, aproximadamente, firman contrato con la más importante empresa de discos de entonces y se incorporan al más fabuloso elenco de intérpretes internacionales de la música grabada. Los cantos colombianos, entonces, son acompañados por orquestas completísimas, sometidos a cuidadosos "arreglos" y presentados al mundo con ropa de gala.
Briceño y Añez también actúan con los grandes créditos internacionales del momento. Graban las canciones mexicanas de los años de la revolución; tangos, los tangos que Gardel "promocionaba" en Buenos Aires, y muchísimos pasillos ecuatorianos, de los mismos que en 1930 llevaron a Nueva York Ibañez y Safadi y que, aunque actualmente son recordados algo despectivamente por los comentaristas e historiadores del hermano país, debieron recibir buena acogida cuando repetidamente los colombianos eran requeridos para interpretarlos.

No fue muy larga la trayectoria artística de Briceño y Añez. Quizás seis o siete años solamente. Y como hemos dicho varias veces, nunca actuaron personalmente en Colombia como dúo aunque Añez si lo hizo como solista y en compañía de otros artistas, antes y después de su actuación con Briceño.

Individualmente puede sintetizarse así la biografía de cada uno de ellos.
Jorge Añez nace en Bogotá el 23 de abril de 1892 y muere ‘allí; en la ciudad que adoró, el 22 de julio de 1952. Según él mismo lo cuenta en su famoso libro "Canciones y Recuerdos" participó del ambiente bohemio del centenario y salió del país por primera vez, en 1917, haciendo dueto con Víctor J. Rosales, con quien grabó discos. Se retiró unos años de las actividades artísticas y se unió a un cuarteto, 'The South American Trobadours", junto al bogotano Carlos Molina, luego célebre director de orquesta, el mexicano Manuel A. Valdespino y el panameño Alcides Briceño, el cual dio origen al dueto. Ocasionalmente hizo discos y dúo, con Margarita Cueto, Pilar Arcos, Guty Cárdenas y Tito Guizar, estos dos últimos figures estelares del cancionero de América. De esas grabaciones algunas han sido rescatadas en la serie PRELUDIO. En 1933, estimulado por Olaya Herrera quien le facilitó la posibilidad de una emisora. "Ecos del Tequendama" -origen de la gloriosa HJCK- regresó al país.

Tomó parte en funciones teatrales con Proto Ramírez con el estelar Carlos Julio Ramírez y luego hizo una pequeña gira al Ecuador cantando a dúo con Estanislao Ferro. Y se dedicó a recordar y a investigar sobre la música popular colombiana.

Poco, supo de las andanzas posteriores de Alcides Briceño su compañero a quien tangencialmente se refiere en su libro de recuerdos. Briceño había nacido en Panamá, cuando ese país era una provincia colombiana. Un poco mayor que Añez, ya estaba consagrado cuando éste llegó a los Estados Unidos. Fue Briceño uno de los primeros intérpretes de la música "caliente", "tropical" o "costeña" colombiana, como vocalista de la agrupación que comandó Ángel María Camacho y Cano, la primera que interpretó los aires de la costa Atlántica en discos. Cantó a dúo con F. Aguirre del Pino, Antonio Utrera, Héctor de Lara, Ladizlao Orozco, y con algunas voces femeninas de quienes poco se sabe, como María Teresa Villatino y Anita Villate Quevedo, y con la celebérrima Perla Violeta Amado y con Pilar Arcos. Usó El seudónimo de Gastón Flores.

En 1950, cuando lo entrevistamos, Jorge Añez Suponía" a Briceño de regreso en Panamá en donde posiblemente falleció, antes o después de ese año.
Es lamentable el olvido total que Panamá manifiesta con respecto a ese artista que fue quien primero grabó en discos su "Himno Nacional'.

Esta es la segunda aparición de Briceño y Añez como estrellas totales en la serie PRELUDIO. El éxito de su primera grabación (007) nos animó a rescatar otras de sus joyas grabadas. Bambucos que les llegaban de Medellín y Bogotá, como los dos del Chino Trespalacios, uno de los cuales, "Pobrecita Mía", ha sido objeto de polémicas, puesto que José González, otro popular autor, quiso apropiárselo -la duda, en nuestro concepto, favorece al primero— y el 'Corazoncito Mío" de Quevedo y el célebre torbellino que su hermano Eduardo hizo sobre coplas populares, "La Curubera"; y uno del inmortal Pelón Santamarta con letra que el disco original acredita a Rubén Darío pero que algunos autores señalan como de Carlos Villafañe. Inolvidables, históricos pasillos ecuatorianos, que se identifican con el dúo Briceño y Añez, insistentemente perseguidos por los coleccionistas. Un bolero, posiblemente el primero de los "boleros" colombianos, cantado a dúo por Añez con Tito Guizar, y otro pasillo en donde su voz se une a la de Guty y que ofrece el mismo motivo de un célebre canto de Muñoz Londoño “La última Carta". Y dos tangos cantados en solitario por Briceño quien junto a Pulido, Moriche y Bonanova, entre otros, fue de los primeros promotores de ese música entre nosotros.

Un disco antológico, inolvidable. Una verdadera sensación histórica que enorgullece a PRELUDIO y para la cual contó con la asesoría, en la programación, regodeándose el hombre al esculcar en los más oscuros rincones de nuestra discoteca, de Guillermo León Hernández. Y en la técnica, de Mario Escobar Vélez, una oreja mágica para estas cosas quien colaboró eficientemente con Jorge Eliecer Cifuentes.

HERNAN RESTREPO DUQUE
Reconstrucción Técnica 1985:
Mario Escobar Vélez y Jorge E. Cifuentes
Fonogramas 1928 -1933

sábado, 5 de abril de 2014

BRICEÑO Y AÑEZ Vol.2 -Aquellas Canciones

Almacen Mora Hermanos-Bolivar con Boyaca.

LADO A
CORAZON DORMIDO - Pasillo (A. V. Ordóñez - Francisco Paredes H.)
QUIEREME CHINITA - Bambuco (Bayona Posada - Wills)
EL SUSPIRO-Canción (Lauro D. Uranga)
PALOMITA HELADA - Pasillo (M. Coronado - Eusebio Ochoa)
LOCA - Tango (Manuel Jovés)
EL VAQUERO Galerón (J. del Monte)

LADO B
EN EL CAFETAL - Bambuco (T. Gutiérrez C. - C. E. García)
YO SOY AQUEL-Pasillo (A. M. Camacho y Cano)
VUELA PALOMITA (Lauro Dávila - N. E. Safadi R.)
SUFRA - Tango (Francisco Canaro)
LA DESPEDIDA - Bambuco (Santiago Vélez - A. A. Giraldo)

CANTO LLANERO - Joropo (G. Quevedo Z.)




PALOMITA HELADA


CORAZÓN DORMIDO


EL SUSPIRO



No puede dudarse que el dueto Briceño y Añez fue uno de los mejores del cancionero latinoamericano, comparable a Valente y Cáceres, Moriche y Utrera y tantos más que hubo en esos tiempos lejanos cuando predominaba la canción romántica y sentimental. Briceño y Añez pueden haber formado un dueto incomparable, aunque ya los hayamos comparado con otros. Claro que la comparación no estriba en sus voces ni en sus condiciones artísticas, sino en la calidad que tuvieron aquellos binomios que conquistaron admiradores por doquier.

Jorge Añez Avendaño, nació en Bogotá el 23 de abril de 1892 y murió allí mismo el 22 de julio de 1952. Alcides Briceño nació en Panamá. Y en el libro de Jorge Añez, “Canciones y Recuerdos", es el mismo Añez quien dice: "Conocí a Alcides Briceño en la ciudad de Panamá, de donde es oriundo. Era el primer tenor de la ópera panameña y luego viajó a los Estados Unidos a perfeccionar sus estudios de canto. Dueño de una simpatía única y muy caballeroso, Briceño hacía amistades con una facilidad sorprendente. Así, desde Panamá fuimos buenos amigos y desde entonces admiré su privilegiada voz y sus extraordinarias facultades vocales.

Sigue Añez: “Cuando salí del colegio, en donde aprendí el Inglés, me encontré con Briceño en Nueva York. Y con Carlos Molina, bogotano, director de una orquesta que llevó Su nombre, y Manuel Valdespino, magnífico artista mejicano, formamos un cuarteto que apellidamos The South American Troubadours, con cuyo nombre recorrimos los Estados Unidos y el Canadá tocando y cantando música colombiana, contratados por un circuito teatral. Durante esa gira Los Trovadores Suramericanos, tuvieron el honor de figurar entre los artistas escogidos para inaugurar dos teatros de gran categoría: El New Orpheum Theatre, de Los Ángeles, California, el 15 de febrero de 1926, y el Ziegfeld Theatre, de Nueva York, Sexta Avenida con calle 54, el 2 de febrero de 1927. En Nueva York grabé con Briceño discos de prueba en varias casas fonográficas y al final se nos contrató como exclusivos de la RCA Víctor por un año. Pero luego se prorrogó ese contrato".


Prosigue Añez: “Los cantantes populares más famosos en esos días eran, entre otros, Margarita Cueto, Pilar Arcos, Carlos Gardel, Alfonso Ortiz Tirado, José Mojica, Alcides Briceño, Rosita Quiroga, Guty Cárdenas, Juan Pulido, Libertad Lamarque, el Dueto Magaldi y Noda, Tito Guizar, Juan Arvizu, José Moriche, Carlos Mejía, Mercedes Simone, Fortunio Bonanova y Rodolfo Hoyos".

Aun cuando el repertorio incluía de preferencia la canción colombiana, en la Víctor grabaron tangos, cuecas, joropos venezolanos, canciones peruanas y danzas mejicanas. Parte de esas canciones las ejecutaron acompañados por la famosa Orquesta Internacional, dirigida por Nathaniel Shilkret, uno de los músicos más versátiles que conoció Jorge Añez; y parte también con la Estudiantina Añez.

Terminado el último compromiso con la Víctor, anota Añez, se abstuvieron de firmar la prórroga porque aparecieron victrolas ortofónicas, época en que ese negocio llegó a su edad de oro. Se grababa por montones. Por lo tanto, no sólo siguieron con la RCA sino con la Columbia, la Brunswick, la Durium y la Aeolian, lo que redundó, como lo habían previsto, en provecho de Briceño y Añez.

Alcides Briceño también hizo dueto con Héctor de Lara, Antonio Utrera y otros. Añez formó binomio también con Guty Cárdenas, Carlos Julio Ramírez y Margarita Cueto, entre otros. Dice Añez: “Para 1933 la nostalgia de la patria lejana era en mí más fuerte cada día. Por lo que a fines de ese año resolví embarcarme para Colombia, trayéndome el recuerdo imperecedero que me dejaron tantos buenos amigos que allá dejé, especialmente el de mis compañeros Alcides Briceño, Manuel Valdespino, Miguel Bocanegra y Carlos Molina". Entonces el dueto de Briceño y Añez pudo existir de 1924 a 1933, tiempo durante el cual hicieron, en Nueva York, numerosas grabaciones. Varias de ellas se incluyen en este elepé de la RCA VICTOR, empresa que está empeñada en rescatar páginas musicales inolvidables para configurar estos discos de indudable atracción entre los coleccionistas y, sobre todo, entre los buenos melómanos. Que lo gocen, es el anhelo del productor de este elepé.
CARLOS E. SERNA S. Agosto de 1984

domingo, 3 de febrero de 2013

BRICEÑO Y AÑEZ -Aquellas Canciones Vol.3


Carabobo con Calibio 1946.

La Música Popular en Antioquia.(30)
                                       Hernán Restrepo Duque.

 - Sería mucho después, en junio de 1935, cuando la espantosa tragedia que segó en flor la vida de su más notable cultivador, Carlos Gardel, cuando esa tanguitud iba a adquirir carácter oficial, por decirlo así, y una increíble difusión internacional hasta el punto de exagerar la nota al calificar nuestra ciudad como "la capital del tango".

De pronto, Medellín se llena toda de música. Cafés, heladerías, bares, salones de té, contratan orquestas y estudiantinas —liras— en determinados días de la semana. Casi siempre se presentan por la tarde, en vespertina. Y esas figuras cuyos nombres aparecen en los discos, las encabezan Gonzalo Vidal (1863-1946), especie de centinela del ambiente sonoro, Nicolás Molina, Germán Solórzano, Pedro Begué, un español que ha recibido el legado del maestro Arrióla, Nicolás Torres y su aplaudido "Jazz Nicolás", sin que tenga nada que ver con lo de New Orleans, que aquí no pega sino en mínimos círculos de privilegiados, sino más bien con los foxes, one steps o shymmis de moda, y porque tienen banjo entre sus instrumentos.

Cara A
SELVA OSCURA - Bambuco (C. Villafañe - Carlos Vieco)
DAME TU AMOR - Canción (Arr. E. Vigil y Robles)
BENDITA SEAS Pasillo (Emiliano Rey - León Franco)
EL NOVILLO DESPUNTAO - Corrido (The Marmless Steer)
COPLAS TOLIMENSES - Bambuco (E. Murillo)
EL PIBE - Canción (R. Chirre D. - J. G. Hernández)

Cara B
LA CANCION DEL REGRESO - Pasillo (R.M. Londoño - E. Ochoa)
ALMA SONORENSE - Canción (E. González Jiménez)
GUZLA CAMPESINA - Bambuco (E. Rosicler - C. Echeverñ García)
LA COPA DEL OLVIDO - Tango (Vaccarezza - Del fino)
MADRE DEL ALMA - Pasillo (Arturo Alzate Giraldo)
ADORO NIÑA TUS OJOS Bambuco (C. del Valle - H.J. Cárdenas)
Programó: Javier Yepes

MADRE DEL ALMA

LA CANCION DEL RECUERDO

ADORO NIÑA TUS OJOS

Jorge Añez

Músico, escritor

Compositor, autor, cantante e investigador musical nacido en Santa Fé de Bogotá el 23 de abril de 1892. Hijo del escritor Julio Añez, Santandereano, quien fue diputado de la Asamblea del estado Soberano y miembro y presidente de la Cámara de Representantes.

Conformó durante varios años el famoso dueto “Briceño y Añez” junto al cantante panameño Alcides Briceño. Durante 18 años residió en los Estados Unidos difundiendo la música colombiana; en ese país tuvo dueto con Justiniano Rosales, con quien realizó varias grabaciones a principios del siglo XX. A su regreso al país fundó la emisora radial “Ecos del Tequendama”.

En 1912 integra, junto con Luis A. Calvo, Carlos Escamilla, El Ciego, Manuel Salazar, Luis María Pinto, Blas Forero, Ignacio Afanador y Andrés Avelino Montañéz, la Segunda Lira Colombiana, grupo musical fundado por el maestro Pedro Morales Pino con el que difundieron el bambuco en todos los rincones del país, así como en diversos puntos del continente americano, logrando especial éxito en Estados Unidos y Centroamérica. Luego conformó su propia agrupación: "Estudiantina Añez" con la que grabó una serie de bellísimos temas instrumentales. Al lado de Estanislao Ferro ejecutó obras musicales que los llevaron a una exitosa y prolongada gira por varios países suramericanos.

Es autor de los libros: “De la voragine a Doña Barbara: estudio crítico a propósito de la originalidad de dos famosas novelas americanas”, y “Canciones y recuerdos. Conceptos acerca del origen del bambuco, nuestros instrumentos típicos y sobre la evolución de la canción colombiana a través de sus más afortunados compositores e intérpretes”, publicado en 1950, época para la que Añez ya había sido nombrado miembro honorífico de la Comisión Nacional de Folklore.

“Mis rosas”, “Amor secreto”, “Ausencia”, “Agachate el sombrerito”, “El cajoncito”, “Mi canción quisiera”, “Te acuerdas de mis cantares”, “Los cucaracheros”, “Pos nunca me has de olvidar”, “No hay como mi morena”, “Amor, qué pasa”, “Oye, amor mío”, “Ibaguereña” y “Mi dulce media naranja” son, entre muchas otras, algunas de las canciones que componen el importante legado musical de este importante compositor fallecido el 22 de julio de 1952.

banrepcultural.org


viernes, 17 de septiembre de 2010

BRICEÑO Y AÑES - Aquellas Canciones

Iglesia La Veracruz 1912.


                                Posteado de 78rpm33rpm




L A D O 1
LIMOSNA DE AMOR – Pasillo C. Maquilón Orellana - N. Safadi
MORENA MIA - Canción Colombiana Armando Villarraal
EL ROSAL ENFERMO - Canción Yucataca Lázaro Sánchez Pino - R. Palmerln
COMO OLVIDARLA – Bambuco Wills
FULGIDA LUNA - Pasillo Colombiano Dal Folklore
ARRIEROS SOMOS – Corrido Raúl Castall

L A D O  2
SUEÑO Y DICHA Nicasio Safadi
TRAPICHERO – Bambuco José Valásquez Garda - Luis F. Bermúdez
EL JACALITO Raúl Castall
 MIS FLORES NEGRAS - Pasillo Colombiano Julio Flores - A. M. Loreto
CUANDO TU ME DEJES – Danza A. Alzate Giraldo - L Parra Toro
TRISTE ANTIOQUEÑO – Bambuco A. Alzate Giraldo - L Parra Toro

SUEÑO Y DICHA MORENA MIA LIMOSNA DE AMOR
El Bogotá de principios del siglo tenía menos edificios con ambiciones de rascacielos.
No existían ni la Avenida Caracas ni los puentes famosos de San Diego.
Jamás sonaron los románticos tertuliantes de los viejos cafetines de la plazuela de Las Cruces, y de los piqueteaderos de moda, que algún .día habría de levantarse el hotel Tequendama, para gritar salves al progreso.
El frió bogotano tenía sabor de poema julioflorezco y de pasillo elegante y dulzarrón.
En ese ambiente de coplas y guitarras, tiples y violines y amanecidas poéticas, fueron pasando los primeros años de Jorge Añez, hijo de Julio, periodista de primerísimo orden, autor, entre otras cosas, de la compilación titulada "Parnaso Colombiano", que fue considerada en aquellos tiempos como una especie de "Biblia Poética".
Acontecimiento trascendental en la vida de Jorge Añez fue su conocimiento personal con Justiniano Rosales, hermano de uno de los más importantes músicos colombianos de todos los tiempos, Eustacio, quien se radicó desde su juventud en los Estados Unidos en donde llegó a ser organista de la catedral de San Carlos Borromeo, de Chicago.

Justiniano regresaba de los Estados Unidos a donde había ido a gravar discos con Daniel Uribe, -los primeros discos de música colombiana que se hicieron en el mundo-, luego de una vida aventurera y loca, que lo llevo hasta ser secreto privado del general Rafael Uribe Uribe.

Seguir esa vida trashumante era lo que quería Rosales. Y comenzarla, el deseo de Jorge Añez..

Se pusieron pues de acuerdo los dos muchachos, y liaron bártulos a mediados del año de 1917.
Y juntos se fueron por el mundo, hacia el Norte con la vista puesta en los Estados Unidos.
Rosales y Añes constituyeron asi uno de los primeros  y más famosos duetos da que se tiene notícia en la historia de la música nacional.

Y encontraron en su jira, gentes que vale la pena recordar.

 A Miguel Ángel Osorio, al inmortal poeta Barba Jacob en San Salvador primero y luego en México, en donde los conectó con gentes como Amado Ñervo, Luis G. Urbina. y el poeta hispano Francisco Villaespesa.

En San Salvador también a Luis Felipe Moreno, quien fuera compañero de Pelón Santamarta.

A Ignacio Afanador, antiguo miembro de la Lira Colombiana de Morales Pino, en Guatemala. Afanador se unió a ellos. Y el dueto de Rosales y Añez se convirtió en el Trío Colombiano. El grupo hizo triunfales actuaciones en la nación azteca en donde las canciones colombianas, sembradas por trovadores inolvidables, como Pelón y Marín, Ferruccio Benincore y Luis Felipe Moreno, eran auténtica atracción.

La casa Víctor de Nueva York los hizo ingresar a su elenco. Y en cuanto finalizó el contrato de grabaciones el dueto se desintegró. Rosales ingresó a una compañía de opereta y Añez se dedicó a estudiar el idioma inglés, interno en una escuela especializada y aislado totalmente de las colonias hispanas.

Al salir del colegio dos años después, otro hecho trascendental ocurrió en la vida de Jorge Añez.

Encontró a un viejo amigo, a quien había conocido en Panamá, cuando aquél era primer tenor de la ópera panameña y el trovador bogotano viajaba cargado de bambucos en busca de la consagración norteamericana: Alcides Briceño.

. Y Halló nuevamente en su camino a Alcides Briceño. Pero tropezó también con otro bogotano. Carlos Molina y con el cantante y guitarrista mexicano Manuel Valdespino
.
De estos encuentros sucesivos resultó un cuarteto que bautizaron, en inglés y todas esas cosas. "The Shouth American Trobadours". Un circuito teatral los contrató y recorrieron toda la Unión y Panamá.

Su crédito figuró en importantes marquesinas, y en las carteleras inaugurales de teatros como el New Orpheum Theatre. de Los Ángeles. California, el 15 de febrero de 1926 y el Zieqfeld Theatre. de Nueva York, sexta avenida con calle 24. en donde el 2 de febrero ce 1927 actuaron como parte de una revista que habría de hacerse “clásica”: RIO RITA.

De cuarteto se desprendió el  dueto de Briceño y Añes.

Por un año los contrató como artistas exclusivos la Víctor, compromiso que significaba una consagración internacional por la publicidad  extraordinaria que se hacia  en ese momento. La distribución completísima de sus grabaciones en todo el mundo, y la compañía de las figuras mas importantes del arte  popular.

Eran los días de apogeo dé Moriche y Utrera, de Juan Pulido, de Margarita Cueto y de Magaldi-Noda.

Briceño y Añez grababan con acompañamiento de la Orquesta Internacional que dirigía el maestro Nathaniel Shdkret y de la Estudiantina Añez. para la cual arreglaba especialmente el cantante bogotano. Y en donde figuraban entre otros, el violinista argentino Eduardo Zito, y El Negro Ernesto Boada. Posteriormente director de  la orquesta de Radio Caracas y de la Radio Nacional, de la misma capital venezolana.

La Estudiantina Añez hizo historia en el mundo diplomático latinoamericano de esos felices tiempos, con sus actuaciones en el Café Sevilla, de la Quinta Avenida, a donde solía asistir el doctor Enrique Olaya Herrera, quien siempre recordó aquellas noches con singular cariño.

Precisamente a Olaya Herrera fue dedicado el último disco que grabaron Briceño y Añez para la Víctor. Una larga canción sobre los sucesos internacionales que afectaban al país - aquel absurdo conflicto con el Perú, que apareció con dos caras con la bandera colombiana impresa. 

A fines de 1933, Jorge Añes regresó al país, Alcides Briceño, quien nunca conoció a Colombia, en donde se le quiso tanto, se quedo en Nueva York. Nunca más a partir de 1952, cuando Jorge Añez nos que estaba residiendo en Panamá, supimos de él.

En el teatro Faenza, el célebre compositor y cantante se presentó con gran éxito, cantando como solista. Pero su viejo Bogotá  había muerto, y la nostalgia no lo abandonó ya nunca.

Aún formó un tercer dueto, con Estanislao Ferro, y con él recorrió el país y algunas naciones vecinas entre ellas Ecuador, en donde compartió con Ibañes y Safadi, los grandes artistas de ese país –de Nicasio Safadi, compositor, fueron Briceño y Añez extraordinarios intérpretes - y al regreso, un año después, se dedicó de lleno a otra clase de actividades. La de radioman, con una emisora, Ecos del Tequendama, de donde habria de salir años mas tarde la HJCK, orgullo de Bogotá de hoy. Y a la de escritor. Un libro polemico, “De la Vorágine a Doña Bárbara", y un histórico que es el más importante estudio publicado en torno a la canción colombiana, "Canciones y Recuerdos", quedaron como muestra de sus triunfos literarios. Un segundo tomo de las "Canciones y Recuerdos" quedó inédito. Y ojalé se recobre algún día para bien del arte típico nacional.

Jorge Añez tuvo en sus últimos años carácter de reliquia.

Recién llegado de los Estados Unidos solía vérsele en las tertulias del Bar Chateau. en la calle 13 entre carreras séptima y octava, propiedad de Jorge Bernal Rojas (El Chato), sitio de reunión de los inolvidables trovadores Wills y Escobar. Con Alejandro Wills cantó a dúo Bernal. a la muerte de Escobar.

Compañera inolvidable de sus últimos años fue doña Mercedes González, con quien contrajo matrimonio en Bogotá. "Mi dulce media naranja", la llamaba el ilustre artista. Y era un pozo de miel esta mujer maravillosa con quien compartimos, invitados por Añez y por el periodista Alberto Yepes. noches que grabaron en la memoria la figura amable, el gracejo sencillo y querido de quien fue una auténtica gloria del criollismo.

A los 59 años de edad, el 22 de julio de 1952. Jorge Añez falleció en su adorada Bogotá.

Y al cariño con que ha conservado su antigua discoteca, parte apenas por desgracia de la abundante discografía de Briceño y Añez debemos el regreso de estos viejos discos de antología que durante años alentaron, con carácter de joyas imposibles de adquirir a las nuevas gentes, en las viejas tiendas de las veredas suburbanas. En las "Catedrales" de la música popular, que hacen gratas las noches en los barrios del viejo Bogotá o en la calle Maturin de Medellín. en donde el "Málaga", el "Idilio". y otros centros semejantes., guardan permanente homenaje a la música de ayer.

Feliz reencuentro este con Briceño y Añez pareja musical que se identifica con los mejores de la música nacional.

Tonadas que son toda una época.

Canciones ecuatorianas y mexicanas. Colombianas y argentinas. De todo grababan Briceño y Añez. Lo que la Victor les encargaba, por encargo, a su vez. de los distribuidores de sus discos en el continente, en donde las grabaciones de Briceño y Añez tenían extraordinaria cotización.
Música incorporada al recuerdo. Hecha recuerdo, oración y caricia.

Selección y Notas HERNAN RESTREPO D.