Al presentarles “COSAS DE LUCHO” les estamos entregando el tercer Lp. del gigante internacional de la música alegre y bailable de Colombia, LUCHO BERMUDEZ y su ORQUESTA, una vida y una historia del más cálido acento musical de las costas del Caribe sobre el país 'Puerta de Suramérica'.
Con este Lp. completo, (porque tenemos otros números suyos en discos simples y también en Long-Play's de variedades) cerramos con broche dorado el año 30 en la brillante vida artística del meritorio músico compositor y arreglista, quien con sobra de merecimientos recibió homenajes muy significativos, entre los cuales destacamos: La Gran Medalla de Oro al Mérito de la Radio Santa Fe, “El Caracol de Oro” de la Cadena Radial Colombiana, la Medalla al Mérito de la Asociación de Artistas de Colombia y un trofeo de Plata de los empleados de la Televisora Nacional.
Vida ejemplar la de este inquieto artista, quien no solo se dedica con amor a dar rienda
suelta a si temperamento creador, sino también a pregonar la música de otros autores como en el caso del presente Lp, donde aparece el nuevo paseo ' 'TIERRA MIA” con el cual hace su debut autora! el conocido locutor radial Andrés Salcedo. LUCHO, tan
exigente como meticuloso en sus creaciones e instrumentaciones, acogió esta partitura para darla a conocer en su formato internacional de notable impacto, esperando confiado en la aceptación del público que tanto aprecia la música alegre y expresiva de Colombia.
DiscosCBS se enorgullece de tener en su brillante elenco de estrellas mundiales,a LUCHO BERMUDEZ y su ORQUESTA .fabulosos representantes de la música caliente y sabrosa de Colombia, destinada a proporcionar alegría sin igual.
Lucho Bermúdez y su orquesta en el Hotel Nutibara en 195... Medellín,
MOSAICO1
-Tolú
-Cadetes Navales
-Nochebuena
-Los primos Sánchez
-Prende la vela
-Carmen de Bolívar
-Gaiteando
-Danza Negra
-Gloria María
-Borrachera
MOSAICO 2
-Colombia Tierra Querida
-Plinio Guzmán
-San Fernando
-Salsipuedes
-Tina
-Fiesta de negritos
-Palito de escoba
-Taganga
APARTE DEL MOSAICO Nº 2
-Colombia Tierra Querida
-Plinio Guzman
-San Fernando
-Salsipuedes
-Tina
La primera parte de este reportaje esta en el post. Lucho Bermudez : Tolu-
EL CAMINO DEL EXITO
Después de "Prende la vela", vino el resto. "Mi primer L.P., prensado en Estudios Fuentes, traía además "Las mujeres de San Diego", "Cadetes Navales", "Chucho Hernández", "Jabón con yuca", "11 de noviembre" y "El gallito". "Y como que estaba inspirado, porque un día de "rasca", bajo un terrible guayabo, me puse a escribir y . . ." Las manos de Lucho corrían nerviosas sobre el papel mientras la música iba naciendo lentamente:
"Borrachera, borrachera, borrachera ... Es la causa de mi pelea ... borrachera, borrachera, borrachera ...” El joven compositor se hallaba ya en el camino del éxito.
A TOMARSE LA CAPITAL
En 1943, la "Orquesta del Caribe" y su director, arribaron a Bogotá "Veníamos contratados por el "Night Club Metropolitan", de la Avenida Jiménez. . . el mejor en esa época". Durante dos años, la Orquesta del Caribe marcó la pauta de la música popular costeña en la capital. Lucho Bermúdez ascendió a pasos firmes por la escalera del éxito y por eso, en 1945, cuando se acabó el grupo musical, el nombre de su director estaba muy bien cotizado. "Me quedé en Bogotá, como arreglista de casi todas las orquestas. . ." Para asegurar su posición, la "Peer International" —una casa musical muy conocida— firmó un contrato por medio del cual se comprometió a administrar mundialmente, toda la creación musical del compositor. "Por ese entonces dejaron de decirme Lucho y comenzaron a llamarme "Maestro. . ."
PRIMERA SALIDA: A BUENOS AIRES
Un hombre de pequeña estatura, rostro cetrino y cabello engominado, camina rápido por la Calle Corrientes. Lucho Bermúdez ha salido por primera vez de Colombia... y por la puerta grande. "La R.C.A. Víctor me contrató para grabar en Buenos Aires. Yo acepté y así salí para la capital argentina, en el año 1946. Allá fui asesor de Eduardo Amiani y de Eugenio Nobile en su orquesta Panamericana". En total, el joven compositor permaneció 6 meses en Buenos Aires. Alojado por el pueblo argentino. Pero a ratos lo asaltaba la melancolía de su patria. "Un día, cuenta, estaba un poco enguayabado, escuchando música de mi tierra ... De pronto me senté al escritorio y comencé la letra de una pieza más ... casi sin saber lo que hacía. Y mira lo que salió...”
El maestro busca entre el cerro de papeles que está frente a él. Saca uno y nos lo entrega. Con solo mirar la primera línea, tarareamos automáticamente el resto del estribillo:
"Todo el mundo está bailando esta cumbia colombiana. Con el rumor, de las palmeras se escucha el eco de música lejana...
"Cumbia colombiana fue lo mejor que compuse durante mi estancia en Buenos Aires. También hice un porro dedicado a la ciudad que me acogió con los brazos abiertos... Entonces, me decidí a regresar a Colombia al concluir mi contrato, Lucho Bermúdez llegó a Bogotá en el mismo año de 1946. Se encontró con ciudad que bailaba y cantaba la música que él había impuesto. "Su" música.
"Me contrataron para dirigir mi orquesta en el famoso Hotel Granada, que quedaba en el parque Santander, donde ahora está ubicado el Banco de la República. Es decir, en plena Avenida Jiménez con séptima. Ahí, todas las noches, hacía mis presentaciones con una orquesta esta vez llevaba el nombre que había hacerse tradicional: "Orquesta de Lucho Bermúdez".
Los nueve primeros integrantes de la agrupación, ocupan todo un lugar en el mundo musical de América. Alex Tovar el maestro, ahora miembro de la Orquesta Sinfónica de Colombia y presidente de la Sociedad de Autores^ Compositores de Colombia (Saico); G Uribe, quien ahora vive en Medellín, pensionado por la Sinfónica, y al mismo tiempo es profesor del Conservatorio; Rodríguez Midero, de la Orquesta Sinfónica; Luis Uribe Bueno, director Arte de "Sonolux"; Gerardo Sansón, sigue tocando el piano en Medellín y grabando discos; el Negro Jack, un baterista peruano que todavía es figura en su país; Matilde Díaz, quien en esa época acababa de contraer matrimonio con Lucho Bermúdez en Buenos Aires y q: ahora vive retirada de la vida artística después de ser considerada (lo dice el mismo Lucho) "la máxima intérprete canción colombiana".
"Ah... las noches del Granada, son inolvidables. Ahí veía siempre en primera fila a Alfonsito Castillo Gómez, a quien le dediqué un porro muy conocido: "Alfonsito está de fiesta". El famoso periodista era uno de las más bohemias esa época... Éramos...."
"Carmen de Bolívar", "Caprichito", •Prende la Vela", y "Pachito el Che", se lanzó bajo la dirección del maestro Alex Tovar, eran las piezas musicales que más solicitaban en aquellos días a la orquesta de Lucho.
Luego en Medellín fue contratado por dos años por el Hotel Nutibara ... Desde el principio, la gente antioqueña me recibió bien, pero nunca pensé hasta dónde habría yo de ligarme a ese pueblo. Cuando terminé el contrato con el Hotel Nutibara, y contento de vivir en Medellín, acepté tocar un tiempo para el Club Campestre... Y me quedé 12 años más". Medellín, para el compositor que surgía a pasos agigantados, fue como un "trampolín" que lo lanzó a la fama. "Fue la única ciudad donde realmente valoraron lo que había hecho... donde me apoyaron. Allí, de verdad, me convertí en Lucho Bermúdez...." En la capital de Antioquia, el compositor grabó 25 L.P. Fue Director de Planta de la “Voz de Antioquia” dirigida por “el hombre que hizo la radio en Colombia: William Gil Sánchez”.
INVITADO A CUBA POR LECUONA
Cuando Lucho Bermúdez apenas comenzaba a surgir en Cartagena, con su Orquesta del Caribe", envió a una revista cubana uno de sus danzones que tituló "A Cuba".
Me lo reprodujeron en "Bohemia" y, poco a poco, me fui dando a conocer en La Habana ..." danzón, "A Cuba", lo hizo popular en isla con la interpretación del famosoAntonio María Romeu.
Años más tarde, cuando la calidad de la música de Lucho era conocida internacionalmente, el maestro Ernesto Lecuona -el grande- lo invitó por 15 días participar en la celebración artística e un centenario de la independencia cubana.
Legué a La Habana en 1952. Era la ciudad ideal. Con una vida artística increíble, con grandes amigos, con gente simpática y alegre. Los 15 días a que había sido invitado se convirtieron en 4 meses, y si por mí hubiera sido no habría salido de Cuba... nunca",
Lucho Bermúdez hizo televisión en CMQ, canal 4), radio (Radio Progreso, cadena Azul, etc.) y, por último, recibió el más grande honor a que podría aspirar un compositor en esa época, en efecto, una noche las luces se encendieron sobre un gran escenario y la voz del animador dijo:
¡Señoras y señores... en Tropicana... internacional: Lucho Bermúdez! "
Dirigí la orquesta del maestro Lecuona, con él acompañándome al piano, en el mismísimo Tropicana... Fue algo olvidable".
De La Habana, Lucho guarda gratos cuerdos: las interminables noches en la Bodeguita del Medio", al lado de René Cabell, Oswaldo Farrell ("Quizá... Quizá... quizá") y Jorge Roca; los paseos en el malecón, a la hora del atardecer; el sabor peculiar del ron y el tabaco, y la gracia y simpatía de la mujer cubana.
MEJICO Y LA CONSAGRACION
Cando Lucho salió de Cuba rumbo a Méjico, ya era conocido en el mundo, borrachera", "Las mujeres de San Diego" 'Carmen de Bolívar", habían calado en Europa y Norteamérica. Por eso, cuando llegó al aeropuerto de la capital del Distrito Federal, Lucho ya no tenía nada que aprender.
"Estuve en Méjico dos años, contratado por la R.C.A. Escribí en el editorial de "La Emi", dedicado a hacer arreglos musicales. Por último grabé un L.P. que se llamó "Lucho Bermúdez en Méjico”... Luego, regresé a mi país".
LUCHO... HOY
Los recuerdos han terminado. El jovencito de "la flauta de papayo" se convirtió en un hombre maduro, que piensa mucho antes de hablar y ha cambiado la vida bohemia por la tranquilidad del hogar y los hijos.
Está sentado en su apartamento, situado en el piso 17 de un céntrico rascacielos de Bogotá. Por la ventana se contempla una panorámica de la capital, que se extiende hasta perderse de vista. Un pequeño bar, amplia biblioteca, acogedora salita de estar... Ese es el mundo actual de Lucho Bermúdez.
-¿Después de todo esto, luego de más de medio siglo de "hacer música", se considera un hombre feliz?
—Sí. Estoy contento en mi profesión, porque he servido a mi país con desvelo incansable, y mi país, mi pueblo, ha correspondido. No las entidades oficiales, pero sí la gente... En mi vida personal, porque, aparte de haber conseguido felicidad en mi hogar, he tenido grandes amigos y creo al fin haber encajado en algo... haber llegado a alguna parte". El bohemio de otras épocas, llega ahora a su casa temprano. Se tiende a leer sobre la cama ("lee mucho, confirma su esposa, a toda hora") y duerme un rato hasta las 7 de la mañana en que se despierta y sigue leyendo.
— ¿Qué libros le gustan...?
Todo lo que sea importante... todo lo que conlleve conocimientos. .. Novelas, libros de ciencia, lo que venga...
— ¿Gabriel García Márquez?
-Muy bueno... Aracataca es Macondo, no cabe duda.
A las 9 de la mañana, Lucho sale de su apartamento y se dirige a la oficina en la carrera 9a. No. 17-45, donde atiende sus negocios hasta el mediodía, cuando sale a almorzar.
-Me gusta comer bien (como buen costeño), y como de todo. Por recomendación médica, mucha carne asada...
A las dos de la tarde, sale para el Grill Candilejas donde ensaya con su orquesta. Por la noche, el show. Y la historia se repite todos los días.
-Cuando descansa... ¿qué hace?
—Leer en mi casa. Ya no salgo. Casi no tengo vida social... Estoy bien de salud, pero debo cuidarme... Los lunes, martes y domingos, no trasnocho. La orquesta la maneja el subdirector, Efraín Herrera, un maestro en todo el sentido de la palabra, Yo, mi esposa y el bebé... Muy poco cine, y fútbol solo cuando hay clásicos.
EL FINAL
— ¿Puede usted comparar la situación de los músicos hace 50 años, con la de ahora?
—Los músicos colombianos, de antes y de hoy, tienen exactamente los mismos problemas... y no debería ser así, porque los músicos de antes no tenían legislación que los protegiera y los de ahora sí... A pesar de eso, la situación es la misma...
— ¿Por ejemplo...?
—Hoy tenemos un estatuto de radio y televisión donde hay disposiciones que apoyan a los músicos y compositores, a los cantantes y arreglistas. Por ejemplo: la radio colombiana tiene obligación de incluir en su programación un 25 por ciento de música colombiana, TODOS LOS DIAS... Tienen que programar además un 5 por ciento de música "en vivo", con cantantes y orquestas colombianas.
— ¿Qué se cumple de todo esto? ... Nada! Mientras habla, Lucho Bermúdez gesticula y se emociona.
—Todas las emisoras —absolutamente todas— han burlado estas disposiciones. En Argentina y Chile, la radio transmite un 70 por ciento de música autóctona... y los night-clubs también. En Méjico, un 50 por ciento. En Venezuela se toca en la radio un disco foráneo y otro nacional. En cambio en Colombia, las emisoras no tienen nada nuestro, nada de este pobre país...
— ¿Y los culpables...?
—Los culpables son los gobiernos que no han hecho cumplir estas disposiciones. En la televisión, para seguir con ejemplos, estamos en peores condiciones. Las empresas hacen y deshacen, presentan programas para aficionados en horas dedicadas a profesionales y hacen programas de invitación, para no pagar orquestas ni cantantes nacionales. Hay interés en acabar con las raíces que sembramos los cultores de la música autóctona. En TV debe proyectarse un 50 por ciento de música viva y eso no se hace... Mientras tanto, las glorias de este país se mueren de hambre. Ni siquiera mencionan sus nombres cuando se toca y se canta.
— ¿Ve usted alguna solución a todo esto?
—Ya es hora de que se cumplan todas las disposiciones vigentes y que nuestros músicos, cantantes y compositores, así como los letristas, no vivan tan desamparados.
— ¿Por qué estos reclamos los hace Lucho Bermúdez y no otros artistas? -Porque aquí la gente no se atreve a decir nada. Porque tienen miedo de que los barran de la televisión y de la radio. Porque los vetan y no los dejan trabajar si abren su boca para otra cosa que no sea cantar, o comer callados el pan de la amargura ... Ellos tienen temor de que las empresas tomen represalias. Pero yo creo que ha llegado el momento en que todos hablemos... y actuemos. Tenemos derecho como ciudadanos y como artistas a defender un patrimonio que hasta ahora no se lo hemos vendido a nadie.
Un pueblo caluroso y alegre, con casitas de adobe, pintadas de blanco, una plaza amplia, de tierra y tres calles largas y polvorientas que reverberan a (sol. Así era Carmen de Bolívar en 1917. En la época de la plata fácil, de las fortunas que nacían de la noche a la mañana, bajo el signo del algodón, del ganado y el banano, Carmen era un pueblo feliz. Tenía un maestro sabio y bondadoso, sitios gratos donde la gente se emborrachaba y un muchachito barrigón, que tocaba el flautín y se llamaba Luis Bermúdez. Muchos años antes, cuando Carmen era apenas un poblado de cuatro casas, extendidas a lo largo de la carretera a Cartagena, llegó don Arturo Bermúdez, viejo pedagogo, perteneciente a una de las más antiguas familias del corralito de piedra.
Su hijo, Luis Eduardo, nació en el Carmen. Una buena educación hizo de él un hombre de mentalidad abierta, poeta, escritor y político que llegó a ocupar cargos importantes, como la rectoría de la Universidad de Cartagena. Luis Eduardo casó en el Carmen con doña Isabel Acosta, formando una familia numerosa, con 9 hijos. Entre ellos Luisito, el muchachito alegre, que desde sus primeros años asombraba a todo el mundo por su habilidad para tocar toda clase de instrumentos musicales.
UN NIÑO PRECOZ
Cuando Luisito Bermúdez, hijo de Luis Eduardo, nieto de don Arturo, cumplió 5 años, su madre le regaló una flauta "para engañar la pobreza". Ya había pasado la época de las vacas gordas. Don Luis Eduardo había muerto dos años antes y Luisito se encontró de pronto en una familia arruinada. Entonces comenzó a tocar la flauta. Y mientras los vecinos se reunían frente a la puerta de la pequeña casa de doña Isabel Acosta, para escuchar al niño prodigio, desapareció el Luisito barrigón y mugroso, para dar paso a Lucho, el hombre y el mito. "Recuerdo ¡Mucho esa época, cuenta ahora Lucho Bermúdez, 57 años después. Carmen era un lugar feliz. . . sin agua, sin luz, pero con gente más bondadosa, más humana. . ."
"Mi padre fue un político. Luchó por Rafael Uribe Uribe y llegó a ser secretario del Directorio Nacional Liberal. Cuando murió yo solo tenía 2 años y es por eso que no guardo recuerdos de él. Crecí en un ambiente pobre, pues la muerte de papá nos dejó prácticamente quebrados. La casa era pequeña, incrustada en una esquina polvorienta. . . Creo que existe todavía.
El compositor vivió en el Carmen hasta los 9 años. A esa edad, ya había terminado toda la' primaria en el colegio José Prudencio Torres, con las más altas calificaciones.
"Fui siempre un niño precoz. . . A los tres años, sumaba, restaba y multiplicaba con gran habilidad. Pero lo más importante es que a los 5, estaba en capacidad de tocar cualquier instrumento y empecé a tocar música. Tocaba flauta, flautín, gaita y millo. Incursionaba en los solares de los vecinos y arrancaba los canutos de papayo que se convertían en flautas bajo sus manos mágicas. Cuando cumplió los nueve años, su madre decidió viajar a Santa Marta en busca de nuevos horizontes. "Salí de Carmen de Bolívar con los ojos llenos de lágrimas. . . Una de mis mayores alegrías la tuve —muchos, muchísimos años más tarde— cuando hice conocer el nombre de mi pueblo con un porro que hizo furor. . ." El muchachito de pantalón corto que salió del pueblo polvoriento, agarrando con una mano la falda de su madre y con la otra la flauta de caña, había de escribir después:
"Carmen querida, tierra de amores, tierra de ensueños y de ilusiones. . ." "Pero por lo pronto, todo lo que me importaba era ganar algún dinero para matar el hambre. . ."
UN SOLDADO DE NUEVE AÑOS
Cuando llegaron a Santa Marta, Luchito se presentó donde el obispo, Luis García Benítez, quien se admiró como todos, de las extrañas cualidades musicales del pequeño.
Entonces ocurrió lo increíble. "Entre el obispo, el presidente Abadía Méndez y un ministro, de apellido Rengifo, tramaron una de esas "trincas" tan comunes en la costa, y el resultado fue asombroso: a los 9 años me aceptaron en el ejército. Me convertí en soldado apenas tuve uso de razón". Luchito Bermúdez ingresó a la banda militar de Santa Marta, tocando el flautín. Y la gente que lo aplaudía cuando recorría las calles en medio de los otros soldados, ni se imaginaba que en el futuro ese muchachito sería uno de los primeros en hacer conocer la música colombiana en todo el mundo.
LA LUCHA POR LA VIDA
El "soldadito" de 9 años, comenzó a estudiar música ¿con el maestro Carlos Rodríguez y en la academia de un profesor francés, que permanece en los recuerdos de la época como "Le professeur Rico".
"El maestro Rodríguez era un hombre serio y disciplinado, muy estricto en cuestiones de música. Me ayudó mucho. Me enseñó a tocar 8 o 10 instrumentos. . . ."
Por eso, a los 10 años, el muchacho utilizaba tranquilamente la flauta, el clarinete, trombón, alto, barítono, trompeta y flautín.
A los 12 años, Lucho Bermúdez se convirtió en el arreglista oficial de la banda militar de Santa Marta y a los 15, comenzó a dirigir sus propias marchas, compuestas después de largas noches de insomnio. "No puedo decir en qué momento comencé a ser músico. . . yo creo que nací con la flauta en las manos. . ."
LAGRIMAS DE UNA MADRE
Lucho Bermúdez escribió su primera canción. "La dediqué a mi mamá y se llamaba
"Lágrimas de una madre...” Por esa época, el compositor de música popular , típicamente costeña, aún no había surgido. Lucho se dedicaba a los pasillos y danzas, los tangos y los valses.
"A pesar de no conocer el interior del país, componía música de allá . . Los ritmos costeños no existían. Había una serie de sonidos dispersos, de percusión, sin cohesión ni orden. . . Esas eran nuestras cumbias y porros. . ."
Para poder viajar a Bogotá, desde Santa Marta, los costeños tenía que hacer enormes sacrificios. No había carreteras. Ni aviones. El transporte se hacía por el río Magdalena y desde Girardot, a lomo de muía hasta la capital.
"Yo soñaba con ir a Bogotá y seguía componiendo música "cachaca". Pero todavía me faltaba mucho para cumplir mis deseos".
Cuando cumplió los 21 años. Lucho era el más joven y tal vez el más prolífico compositor colombiano. "De los 15 a los 21, compuse letras y música para 8 marchas militares, 8 o 10 pasillos, 4 danzas, 12 mazurcas y 2 polkas. En total, 30 o 40 piezas. . ."
BAJO EL SIGNO DE MACONDO
Cuando cumplí la mayoría de edad empecé a darme cuenta del abandono en que tenían a nuestra música. Vi desguarnecidas las manifestaciones artísticas la costa y sin decirle nada a nadie, me convertí en el abanderado de la música popular. . ."
Ese fue el tercer "nacimiento" de Lucho Bermúdez. Cuando comprendió que el futuro no estaba en pasillos y valses, sino cp los porros y las cumbias. . . "Mis composiciones comenzaron a incluir los sonidos de millos y gaitas, imitados con flautas y clarinetes. . . mi música adquirió personalidad y estilo definidos". En medio de ese proceso de auto-fijación artística, Lucho Bermúdez recibió el impulso definitivo.
"Un cura, el padre Angarita, me invitó para que le conformara una pequeña banda bailable y al mismo tiempo le dirigiera los coros de la iglesia. La cosa no habría tenido mucha importancia, si no fuera porque el pueblo del cura Angarita se llamaba Aracataca. . . o Macondo, como quiera usted llamarlo".
De esta manera, Lucho recibió lo único que le faltaba para que su música tuviera ese toque mágico y misterioso que la identifica en todas partes. El embrujo de Macondo, el calor de Aracataca. . . "Yo recuerdo muy bien ese pueblo... Era la época de los Buendías, cuando la gente bailaba cumbia con billetes de a 500 encendidos en las manos. . . El cura no se llamaba Antonio Isabel de la Santísima Trinidad, ni flotaba a varios centímetros del suelo, pero era un personaje peculiar. Las calles eran largas y llenas de almacenes donde comerciantes turcos vendían esta vida y la otra al mejor postor". Allí, en Macondo, como un "Francisco el dirigía los cantos litúrgicos durante las misas y después en la plaza principal, ensayaba con su banda las guarachas y los porros que habrían de hacerlo famoso.
Y para acabar de completar las cosas, llegó el amor.
EN ARACATACA ME ENAMORE
El amor en la vida de un costeño, ocupa un lugar primordial. Es por eso que la vida romántica de Lucho Bermúdez, es agitada y turbulenta.
"Después de tres matrimonios -dice sonriente— sigo pensando que lo más importante es el amor. . ."
Y lo mismo pensaba a los 21 años, cuando Aracataca conoció a María Luisa Gámez, la primera mujer en su vida.
"El único defecto que ella tenía, era un padre riquísimo. El más lleno de plata de toda la zona bananera. Por lo demás era una mujer encantadora". Para saber cómo se desarrolló el primer romance de Lucho, basta conocer las canciones que le dedicó a María Luisa: "Licha", "Tus recuerdos", "Negra es mi vida", "Amor y llanto", "Y a mí que me importa".
"No todos los amores tienen un final feliz. ...”
Decepcionado, bajo el primer desengaño amoroso, producido más que todo por la falta de capital, Lucho Bermúdez abandonó Aracataca y salió para Chiriguaná, Cesar. Tenía 23 años. "Allí organicé otra banda y terminé de olvidar. . . Chiriguaná guarda un lugar preferencial en mis recuerdos. Es un pueblo maravilloso donde todo el mundo me quiere. . . No le compuse ninguna pieza porque todavía estaba dedicándome a las personas, no a las ciudades... De Chiriguaná, salí para Cartagena. . ."
UN HOMBRE LLAMADO JOSE PIANETTA PITALUA
En la capital de Bolívar, Lucho fue contratado para dirigir la orquesta "A No.1" cuyo propietario era un hombre llamado José Pianetta Pitalúa "Me dediqué a hacer arreglos y dirigir. . .
Vivía en la calle de la Cruz, en el barrio San Diego y todos los días iba a hacer las grabaciones a Emisoras Fuentes, en la calle del Sargento Mayor. . ." Pero el negocio con Pianetta Pitalúa no habría de durar mucho.
"Con ayuda de la casa de José Vicente Mogollón, traje instrumentos y arreglos de música americana. . . Entonces, formé mi propia orquesta".
Se llamaba "Orquesta del Caribe" y en poco tiempo se hizo famosa. "Yo vi por dónde era la cosa y me dediqué a estudiar el folclor costeño, a recorrer los pueblos de mi tierra, callada la boca, sin extraños sonidos africanos a sus precarios instrumentos de percusión. Allí, Lucho tuvo su gran revelación: "Había una morocha que se llamaba María Isabel. Por la noche, dirigía la cumbiamba en la playa, bailando con su pollera de colorines, con los pies desnudos sobre la arena".
Así, bajo el revolotear de la pollera milagrosa de María Isabel, surgió el primer éxito mundial de Lucho. Y al poco tiempo, toda América cantaba: "María Isabel. . . Prende la vela. .. que va a empezar, la cumbia buena . ."