LORENZO BARCELATA - La música Inmortal

Carrera Palacé con la calle Colombia en el Parque de Berrío en 1912.

Las campanas del templo de La Candelaria se llaman ''Las Pascasias'' porque fueron donadas por don Pascasio Uribe.

Gracias por el dato a las tías Uribes, ellas dos, a sus casi noventa años, son toda una crónica viviente de esta joven villa...!

                             Otro aporte de mi amigo vecino. Caratula Referencial.

LORENZO BARCELATA SU VOZ Y SUS INTERPRETES.

LA PRESENTE ANTOLOGIA ES UNA REALIZACION DE HERNAN RESTREPO DUQUE CON FONOGRAMAS FIJADOS POR PRIMERA VEZ ENTRE 1928 A 1940

REALIZADO POR “DISCOS PRELUDIO” (1989)

        LADO 1

1-       COCONITO   Lorenzo Barcelata y Guty Cárdenas.

2-       COMO GOTA DE AGUA Los Trovadores Tamaulpecos.

3-       KERMESSE  Trió Tamaulipas.

4-       MARIA ELENA  Juan Arvizu con guitarras.

5-       POR TI APRENDI A QUERER Los Trovadores Tamaulpecos

6-       EL CABALLO PALOMO Lorenzo Barcelata – Ernesto Cortázar.

7-       SHUNKA  Luis G Roldan y la Orquesta de Guillermo Posadas.

8-       ERRANTE  Emilio Tuero y la Orquesta del maestro Esparz

   LADO 2

9-       ESPEJITO  Lupita Palomera

10-   LA PALOMITA  Lorenzo Barcelata

11-   JALISCO NUNCA PIERDE Lorenzo Barcelata y su Trío Calaveras

12-   TU YA NO SOPLAS  Lorenzo Barcelata

13-   PRESUMIDA  Lucha Reyes

14-   MI GUITARRA CANTA Lorenzo Barcelata

15-   EL ARREO  Trío Calaveras

16-   ARREBOLES Lorenzo Barcelata

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JALISCO NUNCA PIERDE


COMO GOTA DE AGUA


COCONITO


LA PALOMITA

Hace 45 años que Lorenzo Barcelata nos dijo adiós. Pero tuvo a bien legarnos un acervo extraordinario de canciones que han podido identificarse en todas las épocas subsecuentes.

Barcelata es importante a nivel continental. Cuando la industria fonográfica, el cine y la radio comercial se iniciaban en México, su música representó el balance entre el mexicanismo que traían los blues y foxtrots.

Cuando el cine mexicano “arrancó” con “Allá en el Rancho Grande”, en toda América el bolero fue opacado por la canción de tipo huapango y por los corridos, gracias a las películas que inspiró Barcelata. Temas para provocar flujo turístico hacia México y borrar el tremendo impacto de la Revolución, Jalisco llegó a ser “todo” el continente americano, por cuanto las canciones de Barcelata infiltraron en todos los países  y en todos los ámbitos sociales.

El tiempo ha pasado y el natural olvido que este lleva, no han podido borrar la huella musical de Barcelata. Sus canciones se siguen escuchando aquí y allá. Por esto las hemos publicado en sus VERSIONES ORIGINALES con la voz inolvidable de Lorenzo, su guitarra y sus mejores intérpretes rescatados de viejos registros que por sus características suenan a moderno, a lo que no puede pasar de moda.

Hernán Restrepo Duque- Pablo Dueñas Herrera

LORENZO BARCELATA

Una gloria nacional. Cuando hace 2 años fundamos nuestra asociación tuvimos siempre en mente dedicar un volumen al compositor que iniciara la corriente de “música ranchera” mexicana a nivel comercial en toda América. Ahora, gracias a las gentilezas de destacados colaboradores nuestros, como los coleccionistas Zachary A. Salem, Pablo Gastelum, Hernán Restrepo Duque y Jorge Miranda, hemos logrado cosechar un cúmulo de material valiosísimo e inédito para la selección del presente álbum. Y sobre todo el incondicional apoyo  de María Teresa Barcelata la que fuera compañera de nuestro homenajeado y quien se ha dedicado incansablemente a promover su música con mucho cariño y por todo el mundo.

Y es que Lorenzo Barcelata convirtió el mexicanismo en una expresión musical que no conoció fronteras. Tuvo la fortuna de darse a conocer en una etapa crucial de nuestra historia cuando finalizaba la contienda postrevolucionaria y el país buscaba un símbolo de unión e identidad. Al mismo tiempo. La radio empezaba a distinguirse como medio masivo de comunicación y el cinematógrafo, al volverse sonoro en 1931, acariciaba sueños e ilusiones. La aislada provincia mexicana trataba de hacerse notar con el ya creciente urbanismo capitalino y éste a su vez de distinguirse como “modelo de vida”.

Y entre todo aquello provincia y capital encontraron en la música de Barcelata un lazo de unión que gentilmente brindaban la radio y cine, aun no viciados por corruptelas de años posteriores y que desde la primera emisión de la XEW en 1930 y la tercera cinta cinematográfica sonora, el público mexicano supo conocer, gozar y aplaudir.

En 1898, el 30 de Julio, Lorenzo Barcelata nació  en Tlalixcoyan,  siendo hijo único de Rodrigo Barballilata (italiano o de ascendencia italiana) y Tomasa Castro. Su niñez, más musical que académica (la única maestra de su pueblo se fugó con un oficial) le brindó una sed infinita por componer y tocar un instrumento. A los 15 años hizo “Arroyito” su primera canción y poco después “Como gota de agua”. Esta misma sed lo llevo a radicar a Tampico y en los ratos libres que le dejaba su trabajo formar un grupo que llamó “Cuarteto Regional”.

En 1926 nacieron los Trovadores Tamaulipecos, cuando Lorenzo, en unión de Ernesto Cortázar, Andrés Cortes Castillo, Antonio García Planas y Alberto Caballero formó un grupo llamado “Trovadores Tampiqueños”. Tan buenos eran que el entonces gobernador de Tamaulipas Emilio Portes Gil, los tomó a su padrinazgo y les puso “Tamaulipecos”, Con ese nombre viajaron por el interior de la Republica, llegando a Yucatán y finalmente a Cuba.

En Yucatán causaron sensación, por vestir con trajes típicos (que no se estilaba entonces) y asimilar tan fácilmente la música trova yucateca. Durante esta temporada -1927- Barcelata compuso su bambuco “Lirio Azul” con letras de Luis Rosado Vega, el gran vate peninsular. Gracias también a Porte Gil, el grupo viajo a los Estados Unidos, en donde su representante artístico tuvo la “genial idea” de vestirlos con traje gaucho y sombrero español, y hacerlos tocar tambora, timbales y balalaikas (folclorismo muy a lo yanqui). Ellos decidieron abandonarlo y seguir por su cuenta pero la noche del 24 de Diciembre de 1927, cuando se dirigían a Boston a cumplir un contrato sufrieron un accidente donde García Planas y Caballero perdieron la vida. La impresión sufrida les hizo cortar el contrato y volver a Tampico.

Ingresa Agustín Ramírez junto con Carlos Peña al grupo a principios de 1928 y sale de él Cortes Castillo. El ahora cuarteto “Trovadores Tamaulipecos” vuelve a sus giras y regresa a Nueva York. En mayo de 1928.

Lorenzo Barcelata grava por primera vez una canción suya “Coconita”  a dúo con el yucateco Guty Cárdenas, que por esas fechas ya era famoso en todo México. Y el primero de junio de ese año  los “Trovadores Tamaulipecos” inician su larga serie de grabaciones, que salieron a la venta en el antiguo sello “Odeón”.

Portes Gil funda la XEFO, como organismo oficial del PNR y designa a Ernesto Cortázar como director técnico y a Lorenzo Barcelata director artístico. Ahora los Tamaulipecos tienen su propio medio de difusión y dejan por mientras los polvorientos caminos de sus incesantes giras, Lorenzo permaneció en ese puesto hasta 1936, año en que,  a merced de su gran éxito, se vio impedido a atenderlo debidamente.

Nace el cine sonoro con la película “Santa” en 1931 y Lorenzo Barcelata, dada su calidad como compositor es llamado casi al instante para musicalizar y hacer canciones in profeso para los filmes incluso, en la mayoría de ellos figuró como actor. El cine fue para la música de Barcelata un importante canal de difusión, dado que, por la temática campirana de sus películas gozaban estas de la preferencia de la preferencia del público y no pocas veces se aprendían las tonaditas musicales cantadas en ellas. Durante su vida, musicalizó  21 filmes, actuando en 9 de ellos. Después de su muerte se utilizó su música en 25 películas, destacando una biografía fílmica llamada “Por ti aprendí a querer” (1957) que abundó en errores cronológicos y biográficos.

Barcelata fue, para los primeros años del cine sonoro mexicano, el puntual que lo hizo sobresalir con su música, por sobre la industria fílmica de otros países latinoamericanos. Bástenos decir que fue el musicalizador de “Allá en el Rancho Grande”, la película que abrió las fronteras al cine mexicano, convirtiéndolo desde aquel 1936 en un “producto necesario” para el esparcimiento de los públicos hermanos.

María Teresa Carrasco, su compañera y musa inspiradora la conoció en 1936, a causa de que ella buscaba patrocinio en su candidatura como “Musa del Radio”. Pensó que la XEFO podría apoyarla y se entrevistó con Barcelata, quien le dio el patrocinio  y de paso se hizo su novio. María Teresa contaba con 15 años de edad y una gran madurez mental, haciendo que entre ambos naciera un amor muy intenso, porque hablaban el mismo idioma.

Lorenzo le dedicaba todas las canciones de sus programas “Entre tú y yo”, “Plegaria de mujer”, etcétera, y le llevaba serenata con todo y orquesta, puesto que en un camión cargaba al grupo que dirigía Chucho Martínez Cárdenas, hasta llegar a la ventana de la chica, que vivía en la colonia del valle. El, desde la esquina, cantaba con esa voz fresca e inconfundible, sus canciones favoritas: “Errante” y “Por ti aprendí a querer”. Cuando se casaron, a los 7 meses de noviazgo, Barcelata acababa de filmar “Allá en el Rancho Grande” y los 3 mil pesos que recibió por su trabajo viajaron con ellos en la luna de miel.

Con “Rancho Grande” consolidó su éxito como compositor, ya que empezaron a solicitar su presencia en muchas partes y en muchas películas. Los recién casados no sabían otra cosa que vivir en hoteles, empacar y desempacar. No obstante, María Teresa se las ingenió para tener pequeños papeles en algún filme, como actriz. Barcelata fue entonces contratado por la Paramount de Estados Unidos, como director musical, pero la obligación que tenia de estar tras un escritorio y dejar su vida bohemia le hicieron declinar el nombramiento al poco tiempo.

Regresó a México en mayo de 1943 y se dedicó a preparar una serie de programas para la Radio   Mil. Pero su salud ya estaba resentida y por la cronicidad de su mal no la pudo recuperar. Falleció el 13 de julio de 1943 en la ciudad de México.

Al morir, Barcelata dejó inéditas cerca de 40 canciones, Varias de ellas se popularizaron después de su deceso: “Arreboles”, “Toca madera”, “Tuya es mi serenata” y “La Lucha”. Todo parece indicar que “Intima”, a ritmo de bolero, es la última canción que hizo.

Sus grabaciones personales, tan excelentes como escasas, son apenas una muestra ligera de su genio. La sala de grabación no era su fuerte, pero dejó registros muy interesantes los efectuados de julio de 1928 a agosto de 1929 en Nueva York con su grupo “Trovadores Tamaulipecos”. En México vuelve a grabar en julio de 1931 con su grupo y después, aparecen registros aislados  de 1933 a 1939. A partir del “Rancho Grande” de 1936 a 1938, graba a dúo con Ernesto Cortázar: y cuando descubre e impulsa al “Trío Calaveras” aparece con él en varios registros, incluyendo a Carlos López “Chaflán” y Rafael Falcón, que fueron compañeros fílmicos. En 1935-36 aparece acompañado por el “jibarito” Rafael Hernández (que transcribía sus canciones en melodías de corte tropical). Y el 25 de marzo de 1937 efectúa 11 grabaciones en Los Ángeles, al lado de su esposa María Teresa, Chucho Navarro (cuando aun no era de “Los Panchos”), Manuel Apodaca y la Nena Betancourt. Y algunos más que escapan a la memoria.

Su obra musical, muestra de gran versatilidad, se distingue por la belleza de sus armonías, que en ocasiones llega a un punto álgido de romanticismo, aun cuando se trate de un son tropical, ranchera o corrido.

Al repasar su obra, que comprende cerca de 520 canciones, es difícil encontrar alguna de mala calidad, parece que Barcelata era muy cuidadoso en lo que hacía. No se puede hablar de algún ritmo  que haya sido su favorito, a pesar que se le conoce como “El Rey del Huapango”, porque su repertorio en valses, música ranchera y corridos es muy vasto, en menor cantidad los boleros (“Es inútil”, “Mujercita”, “Timidez”, etcétera) y las rumbas (“El pámpano”, “Tierra brava”, “Chinchorro”, etcétera). Hizo también algunas recopilaciones de viejos sones, que arregló bajo los títulos “La reventada”, “La guacamaya”, “La iguana”, etcétera y en algunos casos, empleó párrafos de canciones del dominio público  en títulos como el “Coconito”, que fue su primera canción exitosa.

María Elena y “Por ti aprendí a querer” son sus  principales obras. Por ellas el nombre de Barcelata sigue vigente en el gusto actual . La primera fue estrenada en 1933 por Luis G. Roldan y la segunda hecha para “Allá en el Rancho Grande” e interpretada en el filme por Tito Guizar y el propio Lorenzo. No menos importante “Coconito”. “La presumida”, “Lucha María”, “Jalisco nunca pierde”, “Shunka” y “Espejito”, que, pese a su carácter regional, siguen cantándose tan frecuentemente como hace 50 años en nuestra provincia.

Pablo Dueñas Herrera.