lunes, 2 de marzo de 2015

BRICEÑO Y AÑES -Las Voces Legendarias Vol.2


Desfile por la Avenida Junín, 1947. Aun no se iniciaba la construcción del edificio Fabricato -Junin con Boyacá.

Fotógrafo: Gabriel Carvajal Pérez


© Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina

1.- PALIDAS MANOS. – Bambuco  -Chino Trespalacios
2.- MADRECITA YO ME MUERO.-Tango  -Luis Teisseire  -ALCIDES BRICEÑO, solo
3.- ESPERANDO.-Pasillo  -R. Blacio Flor.- Cristóbal Ojeda
4.- LA CURUBERA. Torbellino  -Cantares Populares  -Eduardo Añez
5.- ULTIMOS RECUERDOS. – Pasillo  -Augusto César Saltos. J. C. Cañar
6.- CORAZONCITO MIO.- Bambuco  -Guillermo Quevedo Zornoza
7.- TE AMO. Bolero  -Jorge Añez  -TITO GUIZAR Y JORGE ANEZ

1.-OJOS VERDES.-Pasillo Amado Nervo. José I. Canelos
2.- MOCOSITA.- Tango  -Víctor Soliño G. H. Matos Rodríguez  -ALCIDES BRICEÑO
3.- LA MARGARITA.-Bambuco  -R. Darío.- Pedro León Franco
4.-CENIZAS DEL CORAZON. • Pasillo Carlos A. Flores.- F. Paredes Herrera
5.-ULTIMO CANTO OE UN SUICIDA.- Pasillo Dominio Público GUTY CARDENAS Y JORGE AÑEZ
6.-ALEJANDOSE.- Pasillo  -A. L. Araujo. Cristóbal Ojeda Dávila
7.-POBRECITA MIA.-Bambuco -Chino Traspalacios



MOCOSITA


OJOS VERDES


ESPERANDO



Pasan los días, los meses y los años, y se va acentuando en el corazón popular, más y más, el cariño por ese dueto legendario que integraron Alcides Briceño y Jorge Añez con fundamentales escisiones en la interpretación de la música popular colombiana. A ellos, a Briceño y Añez, les tocó afrontar el momento culminante de la fonografía. Cuando se pasó del sistema acústico al eléctrico, la música grabada comenzó a escucharse en forma distinta, y el intérprete tuvo que hacer mayores esfuerzos para la cuidadosa interpretación que exigía la posibilidad de una mayor fidelidad.

El repertorio nuestro había comenzado a llegar al surco mágico casi desde sus insipiencias. En 1908, y en México, Pelón y Marín grababan los primeros bambucos, pasillos y danzas de origen colombiano. Los Hermanos Uribe, con Emilio Murillo lo harían al año siguiente en Nueva York, en donde en 1910, la Lira Antioqueña con sus cantantes, Eusebio Ochoa, Cabecitas y Leonel Calle, registraron también, casi un centenar de aires criollos. Conformarían ellos, si se quiere, y con quienes se vincularon al disco en aquella visita que hizo a Bogotá la grabadora portátil de la Víctor, y desde luego con la serie de 1918/19 realizada en Nueva York por el Trío Colombiano - Wills, Escobar y Bocanegra - y de la cual se borró misteriosamente la palabra "bambuco", lo que podría ser la "prehistoria" de nuestro cancionero en su relación con la fonografía. En ella cabrían también, los discos de Romero y Baquero, casi extinguidos completamente, y aun los que el mismo Añez grabó a dúo con Víctor J. Rosales, en su primera salida, por el año de 1917, cuando visitó a México y recorrió ese país en compañía del poeta Porfirio Barba Jacob en históricos "espectáculos" que promovían la imagen colombiana y que no tuvieron el debido eco en nuestra patria.


La "historia" propiamente se inicia con Briceño y Añez cuando en 1925, finales, aproximadamente, firman contrato con la más importante empresa de discos de entonces y se incorporan al más fabuloso elenco de intérpretes internacionales de la música grabada. Los cantos colombianos, entonces, son acompañados por orquestas completísimas, sometidos a cuidadosos "arreglos" y presentados al mundo con ropa de gala.
Briceño y Añez también actúan con los grandes créditos internacionales del momento. Graban las canciones mexicanas de los años de la revolución; tangos, los tangos que Gardel "promocionaba" en Buenos Aires, y muchísimos pasillos ecuatorianos, de los mismos que en 1930 llevaron a Nueva York Ibañez y Safadi y que, aunque actualmente son recordados algo despectivamente por los comentaristas e historiadores del hermano país, debieron recibir buena acogida cuando repetidamente los colombianos eran requeridos para interpretarlos.

No fue muy larga la trayectoria artística de Briceño y Añez. Quizás seis o siete años solamente. Y como hemos dicho varias veces, nunca actuaron personalmente en Colombia como dúo aunque Añez si lo hizo como solista y en compañía de otros artistas, antes y después de su actuación con Briceño.

Individualmente puede sintetizarse así la biografía de cada uno de ellos.
Jorge Añez nace en Bogotá el 23 de abril de 1892 y muere ‘allí; en la ciudad que adoró, el 22 de julio de 1952. Según él mismo lo cuenta en su famoso libro "Canciones y Recuerdos" participó del ambiente bohemio del centenario y salió del país por primera vez, en 1917, haciendo dueto con Víctor J. Rosales, con quien grabó discos. Se retiró unos años de las actividades artísticas y se unió a un cuarteto, 'The South American Trobadours", junto al bogotano Carlos Molina, luego célebre director de orquesta, el mexicano Manuel A. Valdespino y el panameño Alcides Briceño, el cual dio origen al dueto. Ocasionalmente hizo discos y dúo, con Margarita Cueto, Pilar Arcos, Guty Cárdenas y Tito Guizar, estos dos últimos figures estelares del cancionero de América. De esas grabaciones algunas han sido rescatadas en la serie PRELUDIO. En 1933, estimulado por Olaya Herrera quien le facilitó la posibilidad de una emisora. "Ecos del Tequendama" -origen de la gloriosa HJCK- regresó al país.

Tomó parte en funciones teatrales con Proto Ramírez con el estelar Carlos Julio Ramírez y luego hizo una pequeña gira al Ecuador cantando a dúo con Estanislao Ferro. Y se dedicó a recordar y a investigar sobre la música popular colombiana.

Poco, supo de las andanzas posteriores de Alcides Briceño su compañero a quien tangencialmente se refiere en su libro de recuerdos. Briceño había nacido en Panamá, cuando ese país era una provincia colombiana. Un poco mayor que Añez, ya estaba consagrado cuando éste llegó a los Estados Unidos. Fue Briceño uno de los primeros intérpretes de la música "caliente", "tropical" o "costeña" colombiana, como vocalista de la agrupación que comandó Ángel María Camacho y Cano, la primera que interpretó los aires de la costa Atlántica en discos. Cantó a dúo con F. Aguirre del Pino, Antonio Utrera, Héctor de Lara, Ladizlao Orozco, y con algunas voces femeninas de quienes poco se sabe, como María Teresa Villatino y Anita Villate Quevedo, y con la celebérrima Perla Violeta Amado y con Pilar Arcos. Usó El seudónimo de Gastón Flores.

En 1950, cuando lo entrevistamos, Jorge Añez Suponía" a Briceño de regreso en Panamá en donde posiblemente falleció, antes o después de ese año.
Es lamentable el olvido total que Panamá manifiesta con respecto a ese artista que fue quien primero grabó en discos su "Himno Nacional'.

Esta es la segunda aparición de Briceño y Añez como estrellas totales en la serie PRELUDIO. El éxito de su primera grabación (007) nos animó a rescatar otras de sus joyas grabadas. Bambucos que les llegaban de Medellín y Bogotá, como los dos del Chino Trespalacios, uno de los cuales, "Pobrecita Mía", ha sido objeto de polémicas, puesto que José González, otro popular autor, quiso apropiárselo -la duda, en nuestro concepto, favorece al primero— y el 'Corazoncito Mío" de Quevedo y el célebre torbellino que su hermano Eduardo hizo sobre coplas populares, "La Curubera"; y uno del inmortal Pelón Santamarta con letra que el disco original acredita a Rubén Darío pero que algunos autores señalan como de Carlos Villafañe. Inolvidables, históricos pasillos ecuatorianos, que se identifican con el dúo Briceño y Añez, insistentemente perseguidos por los coleccionistas. Un bolero, posiblemente el primero de los "boleros" colombianos, cantado a dúo por Añez con Tito Guizar, y otro pasillo en donde su voz se une a la de Guty y que ofrece el mismo motivo de un célebre canto de Muñoz Londoño “La última Carta". Y dos tangos cantados en solitario por Briceño quien junto a Pulido, Moriche y Bonanova, entre otros, fue de los primeros promotores de ese música entre nosotros.

Un disco antológico, inolvidable. Una verdadera sensación histórica que enorgullece a PRELUDIO y para la cual contó con la asesoría, en la programación, regodeándose el hombre al esculcar en los más oscuros rincones de nuestra discoteca, de Guillermo León Hernández. Y en la técnica, de Mario Escobar Vélez, una oreja mágica para estas cosas quien colaboró eficientemente con Jorge Eliecer Cifuentes.

HERNAN RESTREPO DUQUE
Reconstrucción Técnica 1985:
Mario Escobar Vélez y Jorge E. Cifuentes
Fonogramas 1928 -1933

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