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LADO 1
MARIA ANTONIA - Bambuco
SEÑORA BUCARAMANGA - Bambuco
RECUERDOS VIEJOS - Pasillo
BAMBUQUITO DE MI TIERRA - Bambuco
EL DELANTAL DE LA CHINA - Bambuco
MI PERDICION - Pasillo Autor: José A. Morales
LADO 2
PUEBLITO VIEJO -Vals
CAMPESINA SANTANDEREANA - Bambuco
PERDON Y OLVIDO - Bambuco
DOÑA ROSARIO - Pasillo
LOS ARBOLES - Bambuco
CAMINO VIEJO - Pasillo Autor: José A. Morales
MARIA ANTONIA
CAMINO VIEJO
PUEBLITO VIEJO
Ahí está con su altivez inmaculada. Y la serenidad que deja el canto. Con las manos tranquilas después de haber dejado inquieto el aire, luego de haberlo llenado de trinos y emociones.
Con su ancho corazón comunero, yacente, detenido, como un tremendo volcán apagado. Lo ha dejado todo aquí sin escrituras, salido de sus insondables alforjas musicales, para nuestro constante patrimonio. Con su humilde soberbia nos convoca: para que repitamos su fe, para que lo acompañemos en este duro compromiso de amar a Colombia campesina, de mantenerla intacta y diáfana como sus bambucos solitarios.
No fue un accidente su cantar: tras de él venía en aluvión entre pentagramas y batallas la voz total de un pueblo. Una comunidad de pífanos y caracoles y tambores que despertó las serranías en la infancia indígena, un tropel de cuerdas de guitarra que se vino en el océano en carabelas a parir leyendas y caminos. Y un mestizo indomable que convirtió en tiple la tristeza de su esclavitud y el campanazo de su rebeldía.
Aquí sí que queda historia, la simple y casta historia de las quebradas y las chozas, sin condecoraciones ni medallas, la garganta de los arreboles, y la luz adormecida de los amaneceres. No le viene a mancillar en el momento póstumo la mano impura de quienes traicionaron la guabina y pretenden convertir su pecho en dividendos.
Porque esté entre un cerco de amigos que seguiremos tarareando sus canciones. Y que vinimos a acompañarlo cuando se ha callado para agrandar en coro sus palabras.
Cuando nos indaguen nuestros hijos este dolor que traemos, como una copla sangrada, entre los ojos, por la muerte de este inmenso trovador les diremos: nos duele su ausencia porque su mano de comunero ya no volverá a consentir la patria revendida.
Porque con él parece que enterráramos los tiples y la honestidad. Porque devolvemos a la tierra los bambucos para que nuestras eras se llenen de guitarras eléctricas y alaridos.
Parque fue nuestro hermano en la crianza de los sueños y de las quijotadas. Le devolvemos puro al infinito. . . Entre el llanto de las montañas y los hombres. En medio de su funeral de luceros. Con el luto apretado de los campesinos que frente a este féretro ven apagados sus fogones. Con su gigantesca lección de patriotismo que desde su reingreso a las entrañas de la tierra colombiana, va a convertirse en credo y en leyenda.
Hasta luego, jijuepuerca.
Discurso pronunciado por el Dr. Humberto Martínez Salcedo, durante el sepelio del Maestro José A. Morales, el día 23 de Septiembre de 1978.