Carrera Junín desde la Av. La Playa
hacia el sur en la segunda mitad de la década de 1940. A la derecha esquina Junín con Boyacá.
Fotógrafo: Gabriel Carvajal Pérez
© Biblioteca Pública Piloto de Medellín
para América Latina.
CAMPANITAS DE CRISTAL - HERMANITAS PÉREZ
- BOLERO. ( 2:42)
CARRO VIEJO - JULIO MARTEL - TANGO. (
2:41)
DESDE EL ALMA - JULIO JARAMILLO - VALS.
( 2:29)
GOTA DE LLUVIA - AGUSTIN IRUSTA - VALS.
( 2:45)
HONDO PESIMISMO - DUETO HORIZONTE -
PASILLO. ( 2:36)
LAURA - PINEDA Y PÉREZ - PASILLO. ( 3:
2)
LEJOS DE TI MI VIDA - CASTAÑEDA Y
ÁLVAREZ - PASILLO. ( 2:34)
PADRE NUESTRO - MERCEDES SIMONE - TANGO.
( 2:20)
PERDONARTE JAMÁS - LOS CAMINANTES -
BOLERO. ( 3:15)
SED DE ORO - TONY DEL MAR - BOLERO. (
2:58)
SIN RETORNO - LOS TROVADORES DEL
RECUERDO - PASILLO. ( 2:45)
TU DUDA Y LA MIA - OLIMPO CÁRDENAS -
BOLERO. ( 2:38)
LAURA
CARRO VIEJO
LEJOS DE TI MI VIDA
VIRGILIO
PINEDA
"Se van las ilusiones con el olvido
y quedan en pedazos los corazones..."
Cantante, músico, guitarrista, compositor y luthier,
nacido en El Líbano, Tolima, el 4 de septiembre de 1930, y residente en
Medellín de la edad de 23 años, en donde conformó diversas agrupaciones de gran
calidad de las cuales las de mayor permanencia fueron su dueto “Pineda y Pérez”
en compañía del excelente cantante de Santa Rita de Ituango, Antioquia, Alfredo
Pérez, y el “Trío Emilio Murillo” conformado adicionalmente por Francisco
"Pacho" Bedoya y José "El Oso" Cárdenas. En sus inicios
tuvo oportunidad de hacer dueto con su gran "ídolo" y maestro, el profesor
Jorge Añez, persona por quien Virgilio profesa la más profunda admiración.
Retirado del trajín del canto y las serenatas decidió
crear una academia para la enseñanza de canto e interpretación de instrumentos
de cuerda en la ciudad de Medellín, academia que durante sus treinta años de
existencia forjó grandes talentos de nuestra música entre los que vale la pena
citar, por ejemplo, al maestro John Castaño, uno de los más importantes músicos
e instrumentistas de cuerda de la actualidad en el país.
Posteriormente, y para poder realizar uno de sus sueños y
aficiones de siempre, el construir instrumentos de cuerda, decide montar su
taller de luthier. Viaja a España donde hace estudios en la mundialmente famosa
“Casa Ramírez” para regresar a Medellín en donde es fabricante de instrumentos
de altísima calidad, de prestigio bien reconocido por los ejecutantes
colombianos. Cuenta Alfonso de la Espriella en su libro “Historia de la música
en Colombia a través de nuestro bolero” que “…escuché hace unos meses una
guitarra con un precioso sonido que me llamó la atención. Inicialmente pensé
que debía ser una Ramírez española o una Giannini brasilera, pero al mirar su
identificación leí con satisfacción y orgullo la etiqueta que decía “Fábrica de
Guitarras e Instrumentos Virgilio Pineda e hijos - Medellín”.
La obra de Virgilio Pineda como compositor contiene una
amplia gama de modalidades: música romántica, andina, conciertos, etc…De su
autoría son temas bellísimos como los bambucos “Olvido”, “Magnolias”,
"Ibagereñita", “Capricho tolimense”; los boleros “Creyendo que me
amabas”, “Un verano sin ti”, “Más amor”, “Mi pecado”, “Te fuiste”, y otros más.
Es coautor, con Rafael Roncallo, de “Corazón”, uno de los más bellos boleros
colombianos de todos los tiempos.
El maestro Pineda reside en Medellín dedicado a su
fábrica de guitarras, y de manera muy especial durante los últimos años, a la
composición de nuevas obras que habrá de seguir enriqueciendo el archivo
musical colombiano.
oocities.org
Dos
corazones laten en el maestro
Publicado 15/09/2014
José Manuel Jaramillo A.
Pude enterarme en estos días por un programa nacional de
la radio, que uno de los mejores compositores colombianos ya octogenario, aún
se encuentra con vida y en normal uso de sus facultades físicas y mentales.
Hablo del tolimense “antioqueñizado” Virgilio Pineda, poco afamado por estas
tierras cafeteras. Tuve el gusto de conocerlo en mi plena savia adolescente,
cuando con mi añorada prima Edith fuimos a visitarlo en aquel entonces a su
academia de guitarra y taller de luthier ubicados en el centro de Medellín, sin
haber aprovechado las clases para aprender siquiera a acariciar el ancestral instrumento.
No solo me sorprendió su destreza y don de gentes, sino también su atractiva
vocación por el arte y la técnica que lleva en las venas. Fue una gran
frustración que en algo pude suavizar cuando decidí un día incursionar en el
canto y la composición. Espléndida tarea que no se puede cumplir si no se tiene
esa bella mezcla entre lo espiritual y lo académico.
Virgilio Pineda, gran ejemplo de esfuerzo y
perseverancia, es cantante, músico, guitarrista, compositor y luthier. En sus
inicios tuvo oportunidad de hacer dueto con su gran "ídolo" y
maestro, el profesor Jorge Añez, persona por quien Virgilio profesa la más
grata admiración. Sus agrupaciones de mayor permanencia fueron el dueto “Pineda
y Pérez” y el “Trío Emilio Murillo” conformado adicionalmente por Francisco
"Pacho" Bedoya y José "El Oso" Cárdenas.
Muy joven viaja a España donde hace estudios en la
mundialmente famosa “Casa Ramírez”. Dice Alfonso de la Espriella en uno de sus
libros que “…escuché hace unos meses una guitarra con un precioso sonido que me
llamó la atención. Inicialmente pensé que debía ser una Ramírez española o una
Giannini brasilera, pero al mirar su identificación leí con satisfacción y
orgullo la etiqueta que decía “Fábrica de Guitarras e Instrumentos Virgilio
Pineda e hijos - Medellín”. Su bambuco “Dos Corazones”, el mejor conquistado,
fue esculpido en los acetatos de larga duración por Víctor Hugo Ayala y algunas versiones de igual calidad.
Este gran baluarte de nuestro folclor andino, muy
esporádicamente asistía a las tertulias musicales que en mi casa, mejor dicho,
en la casa de José J. Jaramillo (José Kent) se hacían cada vez que un personaje
de estos quilates tomaba presencia en Pereira. Yo apenas si me entrenaba
escuchando “Doña Rosario” en la radiola Nivico que mi padre había traído de San
Andrés, de donde se traían también los televisores y grabadoras de distintas
marcas, luego de disfrutar un placentero descanso en las hermosas playas
caribeñas.
Pero mi tema va más allá, pues repasando algunos viejos
casetes de archivo, encuentro ¡oh sorpresa! entre remiendos técnicos de
grabación, la fina voz del maestro interpretando con su guitarra el bambuco
“Dos Corazones: /”Se van las ilusiones con el olvido y quedan en pedazos los
corazones/” esperando que vuelvan hasta sus nidos/ aquellas ilusiones que no se
han ido/” ¡Quedé sobrecogido!
“…..Canta, si olvidar quieres tu dolor” reza un bello
tema que si mal no recuerdo es de origen boricua, llegándonos como anillo al dedo,
hoy que la ciencia descubrió los poderes terapéuticos y sanadores de la
música hasta con antecedentes
mozartianos.
Trataré entonces de comunicarme en cualquier momento con
este músico de idílica voz, para saludarlo y hablarle sobre el sobresalto que
tengo con “Dos Corazones”, y porque su cajuche del alma admite que sean tres
los que representan su guitarra, su voz y su inolvidable inspiración. Desde ya
es eterno, igual que nuestro Luis Carlos González Mejía.
Directivo de la Sociedad de Escritores de Risaralda,
Soer.
El diario del Otun
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