Junio 4 de 1963.
Muere el Papa Juan XXIII.
LADO A
ACTO 1
(1) (a) Preludio
(b) Deila Mía Bella
(2)(a) Pari siamo !
(b) Figlia !...Mio Padre!
(c) Deh non parlare al misero
(3)(a) E'll sol dell' anima
(b) Gualtier Malde!
(c) Caro nom
LADO B
ACTO 1
(1)-Zitti, Zitti
ACTO 2
(2) (a) Povero Rigoletto
(b) Cortigiani
(3) (a) futte le leste
(b) Solo per me
(c) Si Vendetta
ACTO 3
(4) La Donna e mobile
(5) Bella Figlia dell' amore
Melodramma in 3 atti
di F. M. PIAVE
Música del maestro
GIUSEPPE VERDI
il duca - Alfredo KRAUS
rigoletto -Ettore BASTIANINI
gilda - Renata SCOTTO
sparafucile - Ivo VINCO
maddalena - Fiorenza COSSOTTO
giovanna - Clara FOTI
a contessa di ceprano - Clara FOTI
il conte di monterone - Silvio MAIONICA
il cavaliere marullo - Virgilo CARBONARI
matteo borsa - Enzo GUAGNI
un usciere di corte - Enzo GUAGNI
il conte di ceprano - Giuseppe MORRESI
un paggio della duchessa - NN
Orchestra e coro del maggio musicale fiorentino maestro concertatore e direttore d'orchestra
GIANANDREA GAVAZZENI
Direttore del coro: andrea morosini
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LA DONNA E MOBILE
TUTTE LE FESTE (Renata Scotto)
CARO NOME
Rigoletto
Ópera de Giuseppe Verdi con libreto de Francesco Maria Piave fue estrenada en Venecia en 1851.
Rigoletto es junto a La Traviata y el Trovatore una de las que forman la llamada trilogía popular de Verdi.
Rigoletto narra la tragedia de un bufón de la corte de Mantua, jorobado y servil, que ve como su propia hija será víctima del libertino de su patrón el Duque de Mantua.
Originariamente se basa en la obra de Victor Hugo “Le roi s’amuse”, pero la censura italiana no permitió a Verdi que el protagonista que encarnaba lo peor, fuera un rey, así que la acción se trasladó a Mantua y el rey se convirtió en un Duque sin demasiada importancia.
Verdi se arriesgó a dar el papel principal a un personaje marginal, como es un bufón, al que le permite mostrar su cara más miserable y a la vez su faceta más humana como padre doliente.
El papel de Rigoletto es para barítono, muy codiciado por todos los cantantes que poseen esa tesitura. Requiere un buen nivel actoral.
Gilda es un papel pàra soprano ligera o lírica.
El papel de Duque es para tenor lírico. Sparafucile, es un papel para bajo y Maddalena para mezzosoprano.
Rigoletto, la maldición o la gran pasión de Verdi por un personaje
Resulta bastante clara la intuición dramática de Verdi. Desde que conoce "El Rey se divierte" de Víctor Hugo, trabaja por lograr que sea una de sus óperas. Aunque la censura proporcionará problemas al compositor, la pasión del músico por el personaje "Rigoletto" es demasiado fuerte para admitir los primeros cambios que le aconsejan para su desarrollo. Verdi ya tenía compuesta la música para cada personaje y las situaciones no podrían cambiarse sin el riesgo de que resultaran menos fuertes que las que habían inspirado al músico para componer una de sus partituras mejor tratadas con respecto a los personajes inspiradores.
Desde que conoció "Le Roi s'amuse" quiso ponerle música. Ya en 1849 intentó que fuese una nueva ópera para Nápoles, como sugirió a Cammarano, aunque el asunto no fue adelante. Al año siguiente La Fenice de Venecia pidió una nueva ópera a Verdi para la temporada 1850-51. Verdi propuso, esta vez a Piave, el drama de Víctor Hugo. La ópera se terminó en unos 40 días pero el 10 de noviembre la censura pidió el libreto y el primer día de diciembre el gobernador militar le puso el veto deplorando la "tremenda inmoralidad y obscena trivialidad" del libreto, entonces titulado "La maldición". Se crea uno nuevo con el título de "El Duque de Vendóme" pero el músico lo rechaza por la falta de carácter de sus personajes. La música compuesta estaba estrechamente ligada a la personalidad de los principales caracteres intervinientes, lo mismo que a las situaciones.
Por fortuna el libreto primitivo fue después tomado por Carlo Martello, un gran verdiano y propuso el cambio de título, del lugar y de los nombres de los personajes, cosa que fue aceptada de buen grado por Verdi ya que quedaban intactas las escenas del drama. Así se aprobó y por fin se estrenó el 11 de marzo con el barítono Varesi, la soprano Brambilla y el tenor Mirate.
El cambio de título no evitó que la ópera girase en torno a la maldición cuyo tema está ya claramente expuesto en el breve preludio inicial. El protagonista por el que Verdi sentía una pasión especial seguía siendo un bufón deforme, amargo y mordaz, en cuya alma brilla sublime el más tierno amor de padre, como comenta Gino Roncaglia. El Duque seguía siendo un cínico libertino.
La pasión del músico se refleja en momentos tan perfectos y bellos como el monólogo "Parisiamo", la escena del bufón y los cortesanos, también en el singular cuarteto en el que se exponen cuatro expresiones diferentes: de amor y dolor, piedad, frivolidad y rencor mortal. Verdi encontraba un nuevo camino a la vez que el melodrama italiano. Y fue precisamente este cuarteto el que hizo exclamar a Víctor Hugo: "Ojalá yo también pudiera hacer hablar simultáneamente a cuatro personajes para que el público pudiera percibir las distintas palabras y los distintos sentimientos y conseguir un efecto parecido a éste".
"Rigoletto" establece una dramaturgia verdiana severa, rigurosa, esencialidad que perdurará ya en el futuro Verdi operista. Señala el inicio de su periodo intermedio, si es que nos atenemos a la no del todo convincente división en tres etapas de la progresión del compositor.
La música que, en algún momento, no tiene nada de extraordinario, lo es como valor dramático. Un ejemplo lo tenemos en la, a veces, muy criticada melodía del Duque de Mantua "La donna é mobile", retrato del licencioso personaje que al final adquiere una cualidad dramática extraordinaria, fruto del talento teatral del músico, cuando vuelve a escucharse en el momento en el que Rigoletto está a punto de arrojar al río Mincio el saco con su macabro contenido. La infidelidad supuesta a las mujeres adquiere tintes trágicos en el momento en que está a punto de morir por salvarle aquella que él ha deshonrado y traicionado. Otros momentos como el dúo de violonchelo con sordina y contrabajo en la sombría escena entre Sparafucile y Rigoletto o el mencionado cuarteto, señalan a ésta como una de las partituras dramáticas mejor tratadas por Verdi.
Como acertadamente señala Toye, "Rigoletto" posee todos los méritos y muy pocos de los defectos que caracterizan a la ópera italiana convencional. Parece bastante claro que Verdi progresó considerablemente en materia puramente técnica, especialmente instrumental. Posiblemente nunca consiguió en otras partituras igualar a ésta en lo que se refiere a reflejo fiel de su personalidad y en el ajuste al asunto dramático tratado en términos musicales por el compositor.
Aunque el estreno veneciano fue un éxito, no toda la crítica se entusiasmó con la nueva ópera. "La Gazzeta di Venezia" señalaba: "se aparta del estilo utilizado hasta ahora, porque carece de grandiosas piezas de conjunto".
En "Italia musical" pudo leerse: "hay en ésta ópera defectos capitales, el primero de los cuales es el canto reducido a las condiciones más míseras y desesperadas...(las voces) ninguna de ellas tiene siquiera la elegancia que tanta belleza dan al canto italiano". Otras como "Gazzeta Musicale" destacaban "un progreso inmenso en las maneras de Verdi". Pero acaso una de las críticas más pintorescas fue aquella que dijo que era una ópera perteneciente a "esa escuela satánica que tan lamentablemente está poniéndose en boga en la actualidad". Y no deja de ser particularmente notable que el propio Víctor Hugo, al principio remiso a que se convirtiese en ópera su tragedia, más tarde admitió que en algunos aspectos la versión lírica superaba el drama original.
Finalmente puede merecer la pena recordar algunas frases del propio Verdi sobre su ópera: "hubiera podido escribir un segundo Otello pero jamás hubiese podido repetir Rigoletto". O cuando en contestación a las imposiciones de la censura escribió al director de La Fenice: "precisamente encuentro hermoso representar a ésta figura deforme y ridícula y sin embargo apasionada y cariñosa". Sin duda el bufón fue uno de los personajes que mayor entusiasmo levantó en la vida del genio lírico de Roncole.
Argumento
Acto I
Se alza el telón y aparece el palacio del duque de Mantua mientras se escucha una música festiva. El Duque muestra su carácter frívolo y libertino cuando canta Questa o quella. Conversa con Borsa sobre una muchacha desconocida de la que se ha encaprichado. Marullo comunica a los cortesanos que el bufón Rigoletto oculta a una amante. Rigoletto se mofa de varios personajes cuyas mujeres o hermanas han sido cortejadas por el Duque. Uno de esos personajes burlados es Monterone a quien el Duque manda arrestar. Monterone sale de la escena maldiciendo a Rigoletto. Es la famosa maledizione que traerá la perdición de Rigoletto.
Hay un cambio de escena. Rigoletto vuelve a casa preocupado por la maldición. Aparece el personaje de Sparafucile, un asesino profesional que ofrece sus servicios a Rigoletto. Éste va expresando sus sentimientos y su condición de vida. Entra en la casa y allí encuentra a su hija (a quien los cortesanos habían tomado como amante). Se llama Gilda y vive escondida y resguardada por su padre. Los dos personajes mantienen una conversación y Rigoletto insiste mucho en que Gilda no salga más que a misa y que la acompañe el ama Giovanna..
El duque llega a la casa y se entera de que Gilda es en realidad la hija de Rigoletto. Soborna a Giovanna y se oculta en el jardín. Gilda confiesa al ama que está enamorada de un joven que ha visto en la iglesia, que no es otro que el Duque. En ese momento aparece y le declara su amor. Juntos cantan E il sol dell’anima. El Duque cuenta a Gilda que es un estudiante y que se llama Gualtier Maldé. Afuera se oyen las voces de Ceprano y Borda que planean el rapto de la supuesta amante de Rigoletto, que en realidad es su hija. El Duque se marcha. Cuando Gilda se queda sola repite el nombre de su enamorado, cantando el Caro nome.
A continuación tiene lugar una escena de enredo y confusión entre los cortesanos y Rigoletto, que es burlado y engañado por éstos, que consiguen entrar en el jardín y raptar a Gilda. Cuando Rigoletto se da cuenta ya es demasiado tarde. Lleno de angustia recuerda y canta Ah, la maledizione!
Acto II
La escena es en el palacio del Duque que está desesperado porque al volver a la casa de Rigoletto no ha encontrado a Gilda. Canta Parmi vedar le lacrime. Entran los cortesanos y cuentan que han raptado a la amante de Rigoletto. El Duque se da cuenta de que se trata de Gilda y va en su busca. Entra en escena Rigoletto vestido de bufón y muy angustiado y les dice a todos Tendré a mi hija y luego, Cortigiani, vil razza. Entra en escena Gilda que cuenta a su padre lo que le viene pasando desde hace algún tiempo, Todos los días festivos, en la iglesia. Rigoletto planea vengarse del Duque, mientras su hija pide que le perdone. Rigoletto canta Si, vendetta.
Acto III
Transcurre en una posada donde se encuentran Rigoletto, Gilda, el Duque, el malvado Sparafucile y su hermana Magdalena. Rigoletto quiere demostrar a su hija cómo es de licencioso el Duque. Es cuando este último canta La donna e mobile y luego corteja a Magdalena. Rigoletto planea el asesinato del Duque junto con Sparafucile y después manda a Gilda que se vaya a casa, se ponga ropa de hombre y se marche a Verona. La muchacha obedece. El asesino y él deciden que tras la muerte, el cuerpo debe ser metido en un saco y arrojado al río.
Se desencadena una tormenta y el Duque decide pasar la noche en la posada. Magdalena trata de convencer a su hermano de que no asesine al Duque sino al bufón. Sparafucile se escandaliza porque no puede asesinar a un cliente, pero promete cambiarlo por el primer hombre que se presente en la taberna. Aparece Gilda (desobedeciendo las órdenes de su padre), vestida de hombre y el espectador tiene que imaginarse lo que está apunto de ocurrir.
Ya no hay tormenta. Rigoletto entra en escena y Sparafucile le entrega el saco. Cuando se dispone a arrojarlo al río oye la voz del Duque desde el interior de la posada, cantando La donna e mobile. Horrorizado, abre el saco y ve a su hija agonizante aún. Gilda y su padre se arrepienten de lo ocurrido y se piden mutuamente perdón. La escena termina con un lamento de Rigoletto en que recuerda la maledizione de Monterone.
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