Edificio Mariscal Sucre, en el cruce de la Carrera Palacé
con la Calle Boyacá, en el Parque de Berrío, 13 de mayo de 1966
Autor: Gabriel Carvajal Pérez
© Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América
Latina
Arbolito sos testigo ( 3:26)
Casas viejas ( 4: 8)
El lírico ( 3:20)
Filosofia ( 2:56)
Lamparilla ( 3:35)
Llamarada ( 3:50)
Los libros ( 3:29)
Mama Vieja ( 3:26)
No me Olvides ( 3:31)
Ocúltame esos ojos ( 3:31)
Penas amargas ( 3:21)
Tan mia y tan ajena ( 3:18)
PENAS AMARGAS
LOS LIBROS
OCULTAME ESOS OJOS
LOS
AYER S, 30 AÑOS DE CANCIONES Y ANÉCDOTAS
Una hielera mezclada con pedazos de carne le lanzó a
Leoncio Echeverri una mujer ebria, por no complacerla con La flor de la canela.
Una hielera mezclada con pedazos de carne le lanzó a
Leoncio Echeverri una mujer ebria, por no complacerla con La flor de la canela.
Cuando retiraron a la mujer del restaurante Tequendama,
en Miami (Estados Unidos), Leoncio, nostálgico, interpretó Lamparilla. Esa
canción que dice: ...qué ingrato es llorar cuando afligida el alma... .
En medio de la canción se le salieron las lágrimas y el
público, para resarcir el agravio, le lanzó a la tarima "una lluvia de
dólares de todas las denominaciones".
Así recuerda Leoncio uno de los tantos momentos gratos e
ingratos vividos a lo largo de 30 años de carrera artística de Los Ayer s, los
cuales están celebrando por estos días.
El origen de la legendaria agrupación se remonta a 1972,
cuando Leoncio conformó el conjunto para montar canciones de música vieja y
tocar en las fiestas.
Eran canciones como La nieve de los años, Tan mía y tan
ajena y Adoración.
Con estas canciones se dieron a conocer el Día de las
Madres de 1972 en el Club Unión. La sola idea de continuar sin nombre nos
obligó a bautizar el grupo Los Ayer s. Por qué? Por interpretar canciones del
ayer y de hoy, pero con instrumentos eléctricos, cuenta Leoncio.
Como la moda en ese entonces era ponerse nombres
extranjeros y para no desentonar con los grupos de la época como Los Black Star
s, Ten Yea rs, Los Dancer s y Los Rocket s, ese toque se lo dieron con el
apóstrofe al final.
Creímos que impactaríamos solo a los adultos, pero sin
esperarlo calamos más en la jóvenes, pues cierto sector de la gente de edad
criticó que a un bambuco le mezcláramos sonidos eléctricos, dice.
Así fue como se convirtieron en uno de los primeros
grupos de Medellín en incursionar en la onda de los covers, o sea, en
reencauchar canciones que ya habían tenido éxito.
Hoy, con 30 años y 25 discos larga duración de pasillos,
bambucos, tangos, corridos, boleros, vals, fox y zambas, tienen un Disco de Oro
gracias a más de 100 mil copias vendidas en 1974.
Publicacióneltiempo.com
Fecha de publicación29 de julio de 2002
Autor PAULO CEPEDA
Especial para EL TIEMPO
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