jueves, 22 de enero de 2015

ALFREDO KRAUS -Romanza de Zarzuela


 Calle Boyacá 194… Ente Junín y Palace. Edificio Fabricato en construcción


 CARA 1
ÉL HUESPED DEL SEVILLANO.   Guerrero
EL GUITARRICO               Pérez Soriano
LOS PICAROS ESTUDIANTES     Mediavilla
EL TRUST DE LOS TENORIOS     Serrano
EL CASERIO                                     Guridi
LA PICARA MOLINERA....          Luna

CARA 2,
LUISA FERNANDA..       Moreno Torroba
MIGUELON                        Luna
LA VILLANA                      Vives
SANGRE DE REYES.        Balaguer y Luna
LA PICARONA                    Alonso
LA DOLORES                       Bretón




ALFREDO KRAUS

ROMANZAS DE ZARZUELA
ORQUESTA SINFONICA DE MADRID
Director: JOSE OLMEDO







EL GUITARRICO


LA DOLORES


EL HUESPED DEL SEVILLANO


La Zarzuela, cuyo nombre se debe al Real Sitio donde el divertimento teatral utilizara por vez primera el maridaje del verso con la música, tiene una ascendencia de incontrovertible nobleza: «La Tonadilla», de profunda y añeja raigambre española y la docta experiencia del gran teatro lírico italiano.

Y lo mismo que un hijo acusa, en una sola fisonomía, los rasgos de sus dos progenitores, la Zarzuela española hace posible la emisión de la belleza pura de la música vocal, emitida por cantantes que poseen conjuntamente la voz, el garbo, el desgaire o el sentido dramáticamente popular que —más de una vez— se escapa de las normas del «bel canto».

En más de una ocasión, el gran público ha aceptado como perfectas, musicalmente hablando, interpretaciones en las que el cantante ponía a concurso su voz y su pasión dramática; supliendo con esta pasión —en muchas ocasiones— no deficiencias, pero si imperfecciones vocales en las que una escucha musicalmente objetiva habría quedado insatisfecha.

Una selección subjetiva de trozos de Zarzuela, se presenta en este «Álbum» en el que se repite una circunstancia original, que es la de ser interpretado por un cantante nacido en las mismas matrices que la Zarzuela española: Tonadilla y Escuela, que es lo mismo que decir temperamento e inteligencia.

Un hombre meridional, cuyo apellido paterno enlaza el calor tropical con las melodías enfebrecidas de Schumann, de Beethoven o de Wagner, viene a decirnos cómo, desde una unidad más entrañable que geográfica, se puede venir a fundir, de una manera terminante e indiscutible, lo más bello de una escuela con lo más ardiente de una raza; cómo la objetividad de un personaje, puede ser arrollada por la subjetividad de una cálida calidad.

ALFREDO KRAUS, presta en esta ocasión, un doble servicio, que espiritualmente se centuplica y es el de demostrar que la inspiración musical española, tantas y en tan diversas ocasiones expuesta en tantos y tan encontrados cancioneros, puede presentar al mundo —con más ánimo de competición que de competencia— las manifestaciones que la belleza melódica puede aportar al servicio, no siempre bien comprendido, del arte dramático español.

Conseguir estas interpretaciones de tal cantante, nos hace pensar que, más que un éxito personal del propio artista, es un gran triunfo del Género Lírico español.


Salvador Ruiz de Luna

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