Edificio Coltabaco en construcción,
Parque de Berrío, 8 de noviembre de 1966.
Autor: Gabriel Carvajal Pérez.
© Biblioteca Pública Piloto de
Medellín Para América Latina.
Farolito,
Imposible,
Cisne,
Aquel amor,
Pobre de mí,
Palmera,
La marimba,
Dime si me quieres,
Amor de ayer,
Se me hizo fácil
Contraste,
Otoño
FAROLITO
CONTRASTE
AQUEL AMOR
Ante esta catarata de grupos, surge
una pregunta en la mente de muchos: ¿cómo se iniciaron estos?, ¿siempre han
existido?, ¿por qué su popularidad?. No tenemos todas las respuestas, pero lo
poco que sabemos de la historia por referencias de participantes, registros
programáticos y experiencias personales, lo trataremos de colocar en las líneas
que a continuación siguen.
Serían los años cincuenta, cuando en
la ciudad de México, una familia de apellido Franco buscando un futuro mejor a
su hijo, decidió mandarlo a estudiar a España; y con sacrificios logró este
propósito.
El joven Franco, ya radicado en su
nueva plaza, descubrió que algunos de sus compañeros pertenecían a una
estudiantina, uno de aquellos alegres y especiales grupos que interpretan una
dase muy especial de música, ataviados con una indumentaria muy de estilo
medieval, en la que las capas y las golas, las cintas y las calzas, dan una
peculiar personalidad a los integrantes, quiénes con mandolinas, castañuelas,
panderos, guitarras y cascabeles recorren calles y callejones, en fiestas
locales o familiares, serenatas y rondas nocturnas, cantando y contagiando una
alegría propia entre quienes les escuchan, celebran y aplauden. Amiguero,
alegre y sabiendo tocar la guitarra se afilió a ella, absorbiendo su espíritu.
Al regresar a ésta su patria para
terminar sus estudios, Negó a la UNAM donde se inscribió; en esta institución quiso
continuar la vida musical que había tenido en España formando una estudiantina
entre los compañeros y amigos; lo más que logró reunir fue un grupo de diez o
doce muchachos que sabían tocar la guitarra, pero que de ninguna manera
absorbían la música de las tunas o estudiantinas; para ellos lo romántico y lo
ranchero tenía más raíces y sentimiento; además, estaban en la época de los tríos
que iban tomando cartel y que removían el espíritu romántico de la población.
El grupo formado no tenía nombre, pues
aún la taxonomía musical no podía clasificarlo, pero en las diversas
presentaciones que tenía, arrancaba aplausos y se iba colocando en el gusto de
quienes les escuchaban.
Tomado del libro: “Rondallas Apuntes
para su historia” de Roberto Reyes Garrido.
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