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martes, 2 de junio de 2015

ALBERTO CASTILLO -Alma de Tango


Incendio del Edificio Gutiérrez en el costado norte del Parque de Berrío en 1959

Autor: Gabriel Carvajal Pérez.

© Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina.


LADO 1
1) AL COMPAS DE UN TANGO - tango (Suárez Villanueva - Oscar Rubens)
2) LA VIEJA SERENATA - vals - Sandalio Gómez - Teófilo Ibáñez)
3) TODAVIA HAY OTARIOS - tango -(Manuel Pizarro y N. N.)
4) CANDOMBEANDO - milonga candombe (R. Carambola)
5) NINGUNA - tango - (Homero Manzi-Siro)
6) EL BESO - paso doble (A. Ortega -F. Mor aleda i

LADO 2
1) SE ACABO TU CUARTO DE HORA tango - (Carlos A- Petit - R. Sciamarella)
2) NUBES DE HUMO - tango - (Manuel Romero - Joves)
3) MUCHACHOS ESCUCHEN • tango -(Vicente Salerno - C. Lucero - Alberto De Luca)
4) ALMA DE MORENO-candombe-(Batle)
5) LA QUE MURIO EN PARIS - tango -(Blomberg • Maciel)

6) POR. CUATRO DIAS LOCOS - marcha -(Rodolfo Sciamarella)




LA VIEJA SERENATA


EL BESO


MUCHACHOS ESCUCHEN


El cancionero popular argentino cuenta con numerosos jóvenes intérpretes de hondo arraigo popular. Uno de estos figuras, de significativo relieve, es, justamente, quien motivo el comentario paro lo presentación de una selección de su repertorio bailable. Su nombre artístico, ampliamente conocido: ALBERTO CASTILLO.

Haciendo referencia a su trayectoria como vocalista del tango, es interesante conformar unas breves etapas, para ir ubicando al lector en el primer punto, desde donde arranco su labor. Por ejemplo, comencemos recordando un barrio de tradición porteño: Mataderos. Fue en alguna esquina de esa vieja barriada, donde Alberto, apenas un niño, hacía las delicias de los mayores, cantando con simpático gracejo. Acaso despuntaba en él un intérprete con destino de tango. Y en esto se afirma el recuerdo si tenemos en cuenta que, tras su adolescencia, continúa alternando sus estudios con el canto, hasta ingresar a la Facultad de Medicina, donde al cabo del curso recibe el título de doctor. Pese al título, no claudica su amor al cancionero popular y lo vemos alegrar los ruedas cordiales de sus colegas, practicantes de los hospitales, estudiantes, jóvenes profesionales y una ya pequeña legión de admiradores que conforma el pueblo, tal como lo estimulaba la barra de su barrio porteño.

EL DOCTOR DE LUCCA: ALBERTO CASTILLO

Aquel muchacho practicante del hospital Alvear, un día incursiona seriamente por los ambientes del tango. Acaso no pensara el doctor Alberto Salvador De Lucca, que llegara al corazón de las masas populares, cantando al compás de una orquesta típica. Pero es digno de destacar el hecho, por cuanto su debut se produce en una de las más importantes emisoras de Buenos Aires, en L.R.1 Radio El Mundo, integrando el elenco corno cantor de la orquesta de Ricardo Tanturi. Rápidamente la popularidad del médico-cantor se extiende de tal modo, que el doctor De Lucca debe dejar paso a Alberto Costillo, el cantor Ídolo de los barrios porteños. Continúa una etapa de superación y son muchas los páginas musicales que crea con estiló personal, como es sabido.

En el año 1945 se desvincula del conjunto mencionado y forma el suyo, con un renovado repertorio, en el que incluye el clásico "candombe", que se consagra con las festejadas intervenciones de morenos auténticos, danzando al compás de sus tamboriles, en tanto Castillo canta los versos al rítmico acento.

Pero no sólo la radiotelefonía y los bailes ocupan su tiempo, sino que es requerido para las grabaciones de sus éxitos y el cine argentino también solicita su intervención, siendo numerosas las películas en las que interviene como galán-cantor. Si agregamos que Castillo ha realizado numerosos giras por el interior del país y por el extranjero, culminando en Madrid, tendremos el panorama completo sobre las dimensiones de su justificado éxito. Sus discos recorren todos los caminos del mundo, destacándose los títulos de las obras por su modalidad inconfundible. Oigamos, pues, esta interesante.

LITO BAYARDO

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