COLUMBA DOMINGUEZ: Diosa norteña que llegó un día de la brava
campiña para empezar a construir con su temperamento único, una estela que
habría de ir después por el mundo dejando en el firmamento de todos los
continentes su nombre consagrado ya como gran actriz cinematográfica, viene
hasta nosotros para mostrarnos ahora, una nueva faceta de su talento artístico
y a dejamos saber que la canción mexicana, la auténtica, la campirana, lejos de
ser el grito abierto y el desgarramiento, es la dulzura, la ternura, el llanto
(acaso) volcado en la cadencia de la voz quebrada.,.
COLUMBA DOMINGUEZ: Diosa norteña, orgullo nuestro que se logró
íntegramente en nuestros estudios cinematográficos y que es de las pocas
estrellas nacionales que hicieron de su mexicanidad auténtica una bandera, entrega
hoy a sus admiradores y a través do la RCA VICTOR MEXICANA, un pedazo más de su
corazón tan puro, cantando para ellos en un disco de larga duración, melodías
que vinieron de allá de los anos dejando en todos los ánimos recuerdos imperecederos.
..
De esta manera: "La Barca de Guaymas". "La
Pajarera", “Xochimilco" y otras tan bellas como estas, en arreglos
especiales y diferentes escritos por el gran músico mexicano Chucho Ferrar,
serán un auténtico tesoro para todos aquellos amantes de la música que no muere
nunca.
COLUMBA DOMINGUEZ. Chucho Ferrar. Mario Ruiz Armengol y
RCA VICTOR MEXICANA, ofrecen a usted este extraordinario y gran disco grabado y
logrado totalmente con el corazón en la mano.
Nuevamente, en esta serie discográfica ya plenamente
consagrada como una auténtica antología de curiosidades tanguistas, rescatamos
viejos temas y antiguas grabaciones por eminentes figuras de la canción de
Buenos Aires.
El principio es un homenaje a Maruja Pacheco Huergo con
la más popular de sus composiciones. La autora de "Melodía de
Arrabal", falleció en Buenos Aires, hace pocos meses. Fue una de las
figuras cumbres del género. En su juventud fue cantante también de temas
infantiles. Magaldi fue su más rendido admirador y para él hizo temas
maravillosos. Pero ninguno sobrepasó los triunfos de ese 'Adiós" que nos
sirve para decírselo hoy y que nos llega en la voz de Roberto Maida, en
aquellos días de sus triunfos con Canaro.
Dos de les más grandes cancionistas de todos los tiempos,
Ada Falcon y Mercedes Simone, se hacen presentes con dos creaciones
impresionantes, destacándose además que la primera es también compositora del
tango 'Pecado Mortal".
Vienen algunas rarezas inconcebibles de Francisco Canaro,
con cantores que tuvieron figuración efímera en su orquesta pero que fueron
auténticas figuras del tango, como Luis Scalón y Félix Gutiérrez. Uno de los
temas más buscados de la Orquesta de Sánchez Gorio, el apasionante 'Oriente"
de su inspiración. El único disco de Jorge Ortiz con el bandoneonista y
director Ricardo Pedevilla.
Ese popularísimo "Sorbos Amargos" en una muy
curiosa y sensacional versión de Fernando Díaz con Lomuto, auténtico hito de
colección. Volvemos a regodearnos con la voz de uno de los mejores vocalistas
del tango en todos los tiempos, Ángel Vargas, y con un tango que no ha merecido
hasta el momento los honores del microsurco, en esta interesante versión. Y las
dos orquestas más populares de los últimos tiempos en Colombia, y dentro del
género argentino, las de Angelis y Rodríguez, también nos brinda interesantes
realizaciones con sus vocalistas más notables: el inolvidable dúo de Dante y
Martel y ese cantante que enloquece a los colombianos desde hace años, Armando
Moreno. Junto a ellos, otro gran conjunto favorito de estos pagos, el de D'Aríenzo,
acompañando nada menos que Héctor Mauré.
Queremos hacer especial hincapié en las grabaciones de
Roberto Rufina y Roberto Quiroga, voces cumbres del cancionero argentino. Se
trata de discos que nunca circularon en Buenos Aires y que sin embargo merecen
figurar en los mejores discos tanguísticos.
El de Rufino fue hecho en Santiago de Chile, durante la
larga residencia en ese país del músico argentino Gabriel Clauti, y fue uno de
los sucesos más importantes de le década del 40, cuando la tritología Canaro,
Mores Palay imponía los éxitos desde los escenarios dé la calle Corrientes y en
triunfales programas de radio. Corría el año 45, se estrenaba a teatro lleno
"El Tango en País", en donde Alberto Arenas hizo su debut como cantor
de Canaro, y se desencadenó una verdadera fiebre por el tengo "Adiós Pampa
mía", 8{, el 45 de Hiroshima, precisamente.
El otro fue uno de esos pocos discos que Roberto Quiroga
hi/ii por aquellos mismos años en Caracas, con el feliz acompañamiento de Di
Maggio, y constituirá de seguro una grata sorpresa para los múltiples
admiradores del aquel gardeliano cantor.
Bueno, magnífico disco de tango que quizá no esté del
todo perfecto en el sonido dada la edad de las grabaciones, pero que en todo
caso constituye un lindo documento y que, eso si, no hubiera sido posible sin
colaboradores tan valiosos como Carlos A. Puente, Alfredo Contartesi, Osvaldo
Castillón, Gastón Martínez, Horacio Parisi, Horacio Loríente y Ricardo Jorge
Suárez Campos, a quienes rendimos homenaje de gratitud.
Edificio Fabricato en 1950, sede de las
oficinas de la empresa textil Fabricato. Localizado en el cruce de la carrera
Junín con la calle Boyacá, en el centro de la ciudad. Fue diseñado por el
arquitecto austriaco Federico Blodek en 1947.
Murió
Jaime Martínez, del dueto Los Hermanos Martínez
El músico, violinista, guitarrista y primera voz de la
agrupación falleció en la Clínica Shaio de Bogotá
Martínez nació en San Gil, el 25 de octubre de 1935
y desde su niñez estuvo vinculado por la
música, por herencia de su padre, Camilo Martínez, músico santandereano muy
respetado.
Hace 52 años, conformó el dueto de Los Hermanos Martínez,
junto con su hermano Mario, un año menor, que toca el tiple y hacía la segunda
voz.
La época dorada del dueto fue en los años 60 y 70, a la
par con otros conjuntos musicales de música colombiana del interior como Silva
y Villalba, y entre sus interpretaciones, una de las más destacadas fue la
canción Almirante.
Los Hermanos Martínez llegaron a grabar más de 30 discos
de Larga Duración y seguían en los escenarios, incluso este año. Entre los
múltiples homenajes recibidos, cabe destacar que el festival de duetos que se
celebra en Floridablanca (Santander) lleva, desde hace más de 10 años, el
nombre de Festival de Duetos Hermanos Martínez.
Tanto Jaime Martínez, como su hermano Mario comenzaron en
la música mucho antes de la creación del dueto. Comenzaron integrando la
agrupación Nocturnal Colombiano, dirigida por el maestro Oriol Rangel; después
integraron Los Maestros, en la que estaba también el organista Jaime Llano
González, con quien alternaron toda la vida, incluso en actuaciones recientes.
"El dueto de los Hermanos Martínez es toda una
institución en la música colombiana -afirma Carlos Gómez, periodista de radio
que durante muchos años trabajó con ellos en Radio Santa Fe, en programas
dedicados a la difusión de la música del interior-. Llegaron a Bogotá, siendo
desconocidos. Sus primeros maestros fueron sus padres y tíos. Ellos tenían un
tío sacerdote con gran oído musical que solía corregirlos mucho y les andaba
durísimo.
De hecho, su padre era un maestro de la música
santandereana".
Gómez agrega que el dueto siempre tuvo una predilección
por las canciones de José A. Morales (como Collar de canciones), aunque también
interpretaron muchas composiciones de Jorge Villamil (como La vieja hacienda El
Cedral) Arnulfo Briceño, Adriano Salas, Carlos Vieco y Carlos Martínez. Durante
años fueron el conjunto de planta en Radio Santa Fe y alcanzaron a trabajar
también en Radio Nueva Granada.
Aléjate, despídete y olvídame (Federico
Méndez) (02:52)
...Y Tu no estábas (J Bautista - B
Cepero) (02:06)
Caballo viejo (Simón Díaz) (02:49)
Una semana de tu vida (Rubén Fuentes)
(02:30)
Los Abedules (Herrero - Armenteros)
(02:28)
Pero hombre amigo (Pascual Barraza)
(02:26)
Despedida (Simón Díaz) (02:27)
GRITENME PIEDRAS DEL CAMPO
DE PARTE DE QUIEN
CABALLO VIEJO
Lucha
Villa, una diva entre nosotros
Alejada
de los escenarios, la mujer que tantas alegrías regaló a los mexicanos vive su
retiro involuntario en esta ciudad desde hace 17 años. A veces se deja ver en
algún cine o restaurante, entonces nos obsequia lecciones de entereza y el
anhelo de escucharla otra vez.
SLP DOM 30 NOVIEMBRE 2014 3:00
J. Carlos Gutiérrez / Pulso
Mientras las nubes galopan en su prado azulado, ella se
entera de las últimas noticias del mundo: eternas luchas de poder, matanzas,
corrupción. Entonces hojea otra sección del diario de hoy y busca “Eufemios”
que compongan el motor del cine en los encabezados de la prensa de espectáculos
o “Caponeras” que pongan la piel chinita con su canto alegre en programas de
TV.
En ese firmamento artístico donde se brilla desigual,
Lucha Villa encuentra destellos de talento, pero ninguno se asemeja al suyo.
Hace tiempo que dejó de preocuparle su regreso, pero eso no significa que no
exija calidad en el arte.
A las afueras de la capital, una casa de campo rodeada de
árboles y arbustos bien podados, con chimenea y muros de piedra, la resguarda.
Es un buen lugar para ser y estar. En las paredes y rincones de la casa hay suvenires
de su primavera: óleos, esculturas, discos de vinilo, cosas que recuerdan que
todo arte que se hace en la vida debe ser precioso, pues el mundo está loco y
olvida fácilmente, y lo único cuerdo y perenne está en el arte. Ella misma es
arte. Ella puso el ejemplo.
Hace tiempo que su nombre dejó de lucir en marquesinas de
teatros, cines y palenques, pero Lucha Villa aún es lucero del alba y es parte
de nosotros, los potosinos novedosos que ni siquiera conocemos nuestras propias
canciones y de aquellos que la vieron entregar su alma en cada escenario. No
vive absorta de lo que nos rodea, de los baches de la ciudad, de la cartelera
del cine, de la comida de hoy. Solo que su mundo es más íntimo.
Un giro en su impecable carrera artística la hizo
alejarse de esa vida de viajes, actuaciones y entrevistas, pero ahora, Lucha
Villa disfruta a su familia, que sacrificó tantas veces para enarbolar la
cultura nacional con su voz ronca y sensual. Ella posee el inconseguible don de
revertir las trampas del destino.
DE SAN MIGUEL TOPILEJO A SAN LUIS
El sol de otoño apenas se cuela por el ventanal,
iluminando tímidamente el interior de su habitación. Sobre una mesita
flanqueada de sillas de madera fina hay portarretratos de plata con rostros de
infantes. Las paredes son de un verde pistache que contrasta con la madera
tallada de la recámara king size que la arrulla cada noche. En la pared
principal hay tres cuadros con fotografías que Gabriel Figueroa le obsequió. En
una de esas fotos están los ojos enamorados de María Félix, que parecen cuidar
a la Diva.
Mientras pinta en óleo, Lucha ve a través del ventanal a
los jardineros dándole otra tonalidad al césped, al viejo labrador que la
cuidaba en sus noches sin sueño y que ahora solo roba calor al piso; presta
atención a la suave caída de las primeras víctimas de otoño -que no superan la
cantidad de canciones que grabó a largo de 37 años de carrera en la música
vernácula- y se acuerda de los árboles que le daban sombra cuando cantaba de
niña en el pueblo de Santa Rosalía, municipio de Ciudad Camargo, Chihuahua.
Su residencia, en San Miguel Topilejo también tenía árboles
y una hilera de cipreses que rompían el viento que le llegaba a la fachada.
Desde ese ambiente provinciano en los linderos del Distrito Federal podía verse
la Vía Láctea, plateada y chispeante. La casona entera era de adobe, con techos
soportados por vigas de madera. El color de los bloques de adobe contrastaba
con el azul índigo de los marcos de las ventanas y como las haciendas de
antaño, la residencia de Lucha tenía un patio central colmado de helechos y
palmillas protegidas por un domo de cristal.
Aún sin su dueña habitándola, sus hijos mantuvieron la
casa durante 15 años mientras buscaban fórmulas que devolvieran a Lucha al
firmamento, donde resplandecía con intensidad de Venus, pero no hubo pista de
despegue para semejante astro.
Hace dos años, Rosy y sus hermanos fueron a la casa de su
madre y desmontaron los cuadros, los muebles, sus galácticos vestidos que aún
estaban perfumados desde la última vez que los usó y que parecían aguardar su
retorno.
Sus Arieles, Heraldos y sus Diosas de Plata, su fina
vajilla y sus doce Discos de Oro, los álbumes de fotos con personajes como Cuco
Sánchez, Lola Beltrán, Pedro Vargas y otros tan resplandecientes como ella
fueron puestos en cajas y traídos a San Luis Potosí, y las encapsularon en una
bodega de la casa de campo donde ahora vive. Aún con la certeza de que Lucha
está a gusto en la casa de su hija, bajo su cuidado, fue difícil para sus hijos
entregar las llaves del inmueble a su nuevo propietario, quien conservó el
mural de la sala que tanto le gustaba a la artista.
De esa casa salió una mañana de agosto del 97. Un vuelo
con destino a Monterrey, Nuevo León esperaba a Lucha, que en su andar por el
aeropuerto Internacional de la Ciudad de México saludaba y obsequiaba
autógrafos a viajeros y viajeras que le conocían por las canciones que José
Alfredo o Juan Gabriel le escribieron especialmente para ella, o por su
actuación en películas como “El lugar sin límites”, “Lagunilla, mi barrio” y
“Lolo”, que son ya clásicos del cine mexicano.
En los foros de una televisora le aguardaba una
telenovela, pero una liposucción mal practicada, principalmente en la
anestesia, la puso en coma temporal causándole varias alteraciones
psicomotrices y la voz de Lucha -que erizó la piel del mismo Gabriel García
Márquez- fue eclipsada por ese dictador benevolente llamado destino.
Entonces otro avión despegó a Cuba. El gobierno de Fidel
Castro -a cuya isla habían llegado sus películas y sus canciones- la atendió en
el mejor de sus hospitales, el Centro Internacional de Restauración
Neurológica, donde Lucha recuperó una buena parte de sus funciones motrices y
neurológicas.
Nada hizo más elegante que levantarse de sus caídas y
estaba segura que podría recuperarse de ésta. Era fuerte, poseía el espíritu
incansable de la gente del norte, donde la tierra exige y no da frutos
silvestres, pero esta vez era diferente, y su recuperación se ha llevado más de
diecisiete años.
Cuando no es el verdugo llamado tiempo, que nos quitó
entonces a Tom Jobim, a Mercedes Sosa, a José Alfredo y tantos genios de los que
andamos justos, es el infortunio el que pone a otros genios como Gustavo Cerati
a dormir en sueño etéreo, el que le arrebata la voz a Saúl Hernández y la
gloria artística a Lucha Villa.
Edificio Fabricato en 1952, sede de las
oficinas de la empresa textil Fabricato. Localizado en el cruce de la carrera
Junín con la calle Boyacá, en el centro de la ciudad . Fue diseñado por el
arquitecto austriaco Federico Blodek en 1947.
.*** Un apreciado
amigo con alma de suburbio y corazón tanguero, me pide que hable un poco de
Pepe Aguirre, uno de los ídolos musicales, quien habría cumplido cien años el
pasado 9 de septiembre. Nacido y bautizado José Gastón Aguirre Aguirre en La
Serena (Chile), según divulgó él mismo, “en el mismo lugar donde nació la
gloriosa Gabriela Mistral”,
Aguirre llegó a Buenos Aires en 1933. Allí conoció
a Gardel y a José Razzano, y pudo haber descubierto que su destino, como el del
Zorzal, sería también la noche, la noche arrabalera alumbrada apenas por el
farolillo vagabundo de la esquina. Volvió a Buenos Aires cinco años después, en
1938, pero, al parecer, sus más sonados discos los grabó en y para la Odeón
chilena. Tangos, valses, milongas, cuecas, zambas. Su voz le daba para todo.
Clara, suave, tierna, bella. Valses y tangos, especialmente, lo hicieron famoso
en la América meridional.
Un
tango-protesta o de denuncia social
exaltó con su música lenta el alma atribulada de todos los sindicalistas:
Jornalero, a juzgar por lo que he visto a juzgar por lo que he oído la verdad
voy a decir: es muy amargo cuando dice un
holgazán: “Si te gusta bien, y si no, te vas…”.Cantos de... (Jornalero)
Otro tango enterneció el corazón de muchos jóvenes bohemios: Linda colegiala de
los ojos negros, mujer de mañana, ven, te digo yo: loco, me decían mis amigos
porque te quiero de veras…(La colegiala)
Y otro más, melodía amarga y versos de
una tristeza emasculada: Naufragio, fue la voz de angustias a bordo, en una
noche de niebla, al hundirse en alta mar. Mi barco también está naufragando porque
sabe que no tiene ya más remedio ni mal…(Naufragio)
Fueron sus valses, sin
embargo, los de mayor difusión, los de más amplia acogida entre enamorados,
despechados y bohemios: Hojas de calendario que van como los años cayendo en el
vacío de la desilusión…(Hojas de calendario)
Como un árbol, sin hoja he quedado:
me hace falta el calor de tu amor. Ven corriendo, amor mío, te pido, que me
muero de tanto esperar…(Porqué te fuiste)
Aún hoy, avanzando la segunda década del siglo XXI, se escucha en las
cantinas zarrapastrosas y hasta en las tabernas presumidas, una de sus
canciones más perdurables: No bebas más, amigo mío, te lo pido; deja esa copa,
olvida pronto a esa mujer…(Frivolidad)
Pepe Aguirre murió en Medellín en un
accidente de tránsito, en la medianoche del 31 de diciembre de 1988. Dicen los
que saben que fue el único, el verdadero rey del “valsecito criollo y
pasional”.
Izquierda: Edificio La Bastilla,
ubicado en La Playa con carrera Junín. Obra de los arquitectos arquitectos,
Ignacio Vieira y Federico Vásquez. Derecha: Edificio Uribe Navarro (Parisina),
localizado en la carrera Junín entre Boyacá y La Playa. Obra de la Casa
Constructora de H. M. Rodríguez e hijos./ Edificio Fabricato, localizado en la
carrera Junín con Boyacá. Obra de los arquitectos Tulio Ospina y Cía., Alberto
Mesa Jaramillo, Antonio y Gonzalo Restrepo.
La cruz de mi condena (Jesús Nápoles
Galindo) (01:47)
ME MUERO EN LA RAYA
AMOR CHIQUITO
PERDON
El
privilegio de volver a ver a Míriam Núñez, una gran hija de Tizimín
Roberto Mac-Swiney
Del Rincón Trovero
En mi vida son muy frecuentes las “casualidades” (siempre
afirmo que no creo en ellas como algo mágico, y prefiero creer que se trata del
encuentro de personas, en un determinado lugar y a una hora precisa y con un
fin preestablecido) como la que me ocurrió el pasado lunes, cuando al ir a
bajarme de un camión público vi a Lina Núñez Medina, mi amiga de muchos años y
hermana de Miriam y Nelly Núñez, las inolvidables “Hermanitas Núñez”, uno de
los mejores duetos que tuvo la canción mexicana en los años sesenta, cuando
habían duetos extraordinarios de hermanas como los de las Hermanas Águila, las
Hermanas Huerta, las Hermanas Padilla, las Hermanas Landín, las Hermanas
Espejo, Sonia y Miriam, las Hermanas Hernández, y el de Lena y Lola, entre
otros) y sin duda el mejor de Yucatán de todos los tiempos.
Al ver a Lina y luego de saludarla, la pregunta obligada
era cómo estaban sus hermanas Miriam y Nelly, y ahí vino la sorpresa, cuando me
dijo: “Don Roberto, Nelly sigue en los Estados Unidos, en Indianápolis y ocasionalmente
viene a México, y Miriam llega mañana a Mérida”. De inmediato le hice el
encargo de decirle que me gustaría mucho tenerla en la radio en el programa
“Imágenes Musicales” que tengo los miércoles de cuatro a cinco de la tarde
(también lo tengo los lunes y los viernes) en la emisora “Yucatán FM 92.9” del
Instituto Mexicano de la Radio. Y al día siguiente recibí con mucha alegría una
llamada de Miriam para decirme que sí vendría a la radio para lanzar en Yucatán
su más reciente disco como solista. El dueto de las Hermanitas Núñez comenzó su
vida artística en 1954 aquí en Mérida bailando jarana y cantando en el “Teatro Fantasía”
con la Compañía Artística de Daniel “El Chino” Herrera y se disolvió años
después, luego de una carrera verdaderamente triunfal (Tizimín les debe un
homenaje verdaderamente grande a estas dos hijas suyas y el retrato del dueto
debiera estar en el Museo de la Canción Yucateca).
En cuanto quedó confirmado que Miriam sí vendría a la
radio, le llamé a Izamal al coleccionista Marco Antonio Santos Cortés, quien
tiene la mayoría de los discos grabados por el dueto y de los que ha hecho
Miriam como solista con su “Requinto de Oro” así como una impresionante
cantidad de la información referente a las Hermanas Núñez publicada en periódicos
y revistas, para que platicara con ella en el programa. Igual invitación le
hice a la señora ecuatoriana Gloria Ruiz Castañeda (está de visita en Mérida
para ver a una hija suya y a dos nietos que viven aquí en Mérida desde hace 11
años) y quien es en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil la Presidenta del Grupo
Impulsor de los Vínculos Culturales de México con Ecuador, porque yo sabía que
las Hermanitas Núñez habían actuado en Ecuador, donde todavía son recordadas.
Otro invitado fue el camarógrafo Ariel López Tejero (originario de Colonia
Yucatán) para que platicara con Miriam de cuando la familia Núñez Medina
(fueron nueve hermanos: cinco mujeres y cuatro varones) iban con sus padres a
vacacionar a la Colonia Yucatán (la legendaria factoría maderera que fundara en
1941 el ingeniero yucateco Alfredo Medina Vidiella).
Al ver llegar a Miriam a la emisora (acompañada de sus
hermanas Lina y Guadalupe) con esa sonrisa suya que es un tesoro, surgieron de
inmediato los recuerdos de cómo la conocí en la Ciudad de México cuando allá
por 1985 el gran historiador y promotor de la canción yucateca Miguel Civeira
Taboada y yo organizábamos programas de trova yucateca en el “Teatro Reforma”
del IMSS, los que frecuentemente se engalanaban con la regia presencia de esta
gran tizimineña que suele lucir espléndidamente el terno yucateco de lujo y los
sombreros campechanos de palma fina de Becal. También recordamos algunas de mis
visitas a su casa para vivir unas hermosas noches bohemias que ahí se hacían (y
que se siguen haciendo, sobre todo cuando su hermana Nelly viene a México y
momentáneamente vuelven a cantar juntas, haciendo que las lágrimas lleguen a
los ojos de muchas de la personas oyentes).
La señora ecuatoriana Gloria Ruiz Castañeda se emocionó
mucho cuando Miriam le fue presentada, y más cuando le oyó decir que cuando el
dueto de las Hermanas Núñez actuó en Ecuador, una pareja de amantes se suicidó
escuchando un disco donde estaba la canción “Cumpliremos el pacto”, canción que
fue, junto con “Reconciliación, uno de sus mayores éxitos. También le emocionó
a la Sra. Ruiz Castañeda saber que las Hermanas Núñez grabaron hace muchos años
el famoso pasillo ecuatoriano-mexicano “Sombras” que tiene como letra un poema
de la poetisa meridana Rosario Sansores y la música del ecuatoriano Carlos
Brito Benavides. Para el coleccionista izamaleño Marco Antonio Santos Cortés
platicar con Miriam y mostrarle todos los discos que tiene de ella fue una
verdadera fiesta. Ariel López Tejero le platicó de lo que ahora hace aquí en
Mérida y en Cancún una asociación civil integrada por personas nacidas en
Colonia Yucatán y de lo bonito que sería una futura visita de Miriam al lugar
de sus vacaciones infantiles.
Miriam Núñez es una gran artista y antes con su hermana
Nelly y desde años como cantante solista ha prestigiado mucho a Yucatán y a su
tierra natal Tizimín y es merecedora de toda nuestra admiración y de los
homenajes que pudieran hacérsele (de ser posible, junto con su hermanita
Nelly). En marzo del año 2005 el Ayuntamiento de Mérida le otorgó la Medalla
“Chan Cil” que se le da a trovadores con más de 40 años de ejemplar vida
artística, pero ella merece mucho más. Para mí, volver a verla fue un gusto muy
grande y la admiración que le tengo creció mucho durante su permanencia en mi
programa de radio “Imágenes musicales” del pasado miércoles 8 de los
corrientes.
Carrera Junín
con Av. La Playa circa 1960, a la izquierda el Edificio La Bastilla diseñado
por los arquitectos Vieira, Vásquez, Dothee, a la derecha el Edificio Uribe
Navarro y el Edificio Fabricato (Junin con Boyaca)
Las
imperfecciones técnicas de estas grabaciones no inciden en su aguja ni en su
moderno aparato estereofónico. Son consecuencia de la técnica elemental con que
fueron realizadas y al estado no siempre ideal de las antiguas matrices de
donde fueron reproducidas y cuyo registro se hizo entre los años de 1923 a
1930. Su gran valor histórico y su calidad artística compensan esas situaciones
negativas. Se trata de discos de edición limitada únicamente PARA COLECCIONISTAS.
DONDE ESTAS CORAZON
SABE DIOS SI VOLVERE
CORAZON
En la página
178 de la linda edición que hizo de su autobiografía la Editorial Planeta, en
el año de 1973, Marcos Redondo comenta su actuación en el Liceo de Barcelona en
el primer acto de "El Barbero de Sevilla" de Rossini y hace el
siguiente recuento:
'Tuve la
suerte de conocer a tres tenores que se hicieron famosos cantando la ópera
rossiniana: el extremeño José Moriche, el italiano Niño Ederlé y el baturro
Juan García. Moriche la interpretó en el Real de Madrid en 1920 con el gran
Tito Ruffo. Aquel mismo año hicimos juntos la temporada de La Habana y Méjico
pero en ninguna partitura lucía tanto su voz como en la del conde de
Almaviva... De ninguno de los tres he vuelto a saber nada. Cuando volví de
Méjico, Moriche, según recordará el lector, se fue a Nueva York..."
Ni Marcos
Redondo ni nadie.
José Moriche
se convirtió en una especie de mito. Han sido inútiles todos los intentos por
saber cómo terminaron los días, si es que terminaron, de ese tenor que
enloquecía a oyentes de los gramófonos en centenares de discos a 78 RPM desde
los cuales su voz acentuaba la belleza de las más célebres canciones
americanas.
Que
finalmente sentó sus reales en Nueva York y que montó un restaurante en Long
Island, el "Caruso", en donde' solía interpretar romanzas y arias
operáticas y sentidos cantos populares mientras atendía a la clientela, es lo último
que se sabe de su vida. Que aquello ocurría por allá por los años 40 y que,
dicen, lo asegura Perla Violeta Amado, una calle de Long Island se llama
"Calle de Moriche", quizás, pensamos nosotros, porque estuvo allí
ubicado su negocio.
Ninguno de
los compañeros que acompañaron sus grabaciones y alternaron con el famoso tenor
en la deliciosa década de los veintes, puede informar de sus andanzas. Es como
una leyenda, un indescifrable misterio este José Moriche a quien no se puede
tildar como un mediocre, como uno más de los que salieron de España en busca de
fortuna americana por lo que se desprende de la afirmación de Marcos Redondo,
quien en la segunda parte de su obra comenta como Pietro Rosello le contrató en
Agosto de 1920 para hacer parte de una compañía de ópera que, conformada por
españoles e italianos, actuaría en La Habana y en Méjico. En la capital cubana
estuvieron mes y medio en el Payret pero la tremenda situación económica, los
disturbios políticos causados por la elección de Mario García Menocal, el
pánico financiero, la quiebra de bancos, hicieron desastres en la organización.
En la
compañía figuraban también, la soprano Mercedes Capsir, el tenor Mulleras, el
barítono Montanelli y el director era el maestro Anglada. Viajaron a Méjico
para debutar en el teatro Esperanza Iris el 24 de Noviembre. Pese a que las
condiciones económicas no mejoraban insistieron en el Arbeu pero no pudo la
compañía levantar la cabeza y dieron por terminado su contrato. Redondo regresó
a España y la Capsir y Moriche decidieron irse a Nueva York.
En dos o tres
años más Moriche, vinculado a la tropilla hispano parlante que alienta las
grabaciones fonográficas, se convierte en uno de los nombres claves de la
época.
Surgen sus
dúos con Utrera, con Pulido, con Rodolfo Hoyos, con Margarita Cueto y con Pilar
Arcos.
Es el gran
intérprete de bambucos y pasillos célebres. Y quien da forma definitiva a las
canciones de Luis A. Calvo, de Velasco y de Morales Pino.
José Moriche
figuró también en el reparto de la película "El tango en Broadway",
de Gardel.
Tal vez no se
haya enterado nunca de que en Colombia llegó a ser una especie de símbolo, la
encamación de toda una época, de un estilo, de una manera de sentir la música.
Y tal vez no
se supo nunca que aquellos discos afónicos que nos trajeron su voz de cadencias
extrañas que vibraba en los aparatos de cometa y de perrito, siguen siendo
favoritos de un montón de seres románticos que continúan regodeándose con sus
interpretaciones como los clientes de su "Caruso" lejano y fantasmal.
Por eso este
disco realizado con grabaciones que registrara en marcas ya desaparecidas que
negociaron sus patentes y remataron sus matrices, es como una especie de homenaje
a la memoria de un cantor inmemorial y misterioso a quien se tragó la selva de
un Nueva York bohemio que recogió su nombre para definir una calle y un
momento.