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sábado, 4 de febrero de 2012

HOMENAJE A FRANCISCO CANARO -Aquellas Canciones

Tranvía. Medellín.

Está prohibido a los pasajeros:

Tocar instrumentos, cantar o hacer ruidos que molesten a los demás pasajeros.

LADO 1
1- TE QUIERO  F. Canaro TRIO ARGENTINO  Irusta . Fugazet - Damara Cantan: Irusta - Fugazot  Piano: L. Damara
2- SENTIMIENTO GAUCHO  F. Canaro  JUAN CANARO y su Orquesta Típica Canta: Roberto Arriata
3- LA TABLADA  F. Canaro  EDGARDO DONATO y sus Muchacho»
4- TANGO BRUJO  F. Canaro  HUGO DEL CARRIL con Guitarras
5- YO NACI PARA QUERER  F. Canaro  FRANCISCO LOMUTO y su Orquesta Típica Canta: Jorga Ornar
6- TIEMPOS VIEJOS  F. Canaro - M. Romaro  ARMANDO PONTIER y mi Orquesta Típica  Canta: Julio Sota


LADO 2
1-MADRESELVA F. Canaro - L. C. Amador - CARLOS GARDEL con Orquesta
2-DESTELLOS F. Canaro – Caruso  ANGEL D'AGOSTINO r su Orquesta Tiplea Canta: Ángel Vargas
3-LA ÚLTIMA COPA F. Canaro - Caruso   RICARDO TANTURI y su Orquesta Típica "Los Indios" Canta: Alberto Castillo
4-ADIOS PAMPA MIA F. Canaro • M. Moras  JUAN D'ARIENZO y su Orquesta Típica Cantan: Jorge Valdes y Horacio Palma
5-LA BRISA J y F. Canaro  JUAN-CANARO y su Quinteto Típico Canta: Andrés Falgas
6 - SOÑAR Y NADA MAS  I. Palay - F. Canaro   LIBERTAD LAMARQUE con Orquesta Dirigida por Mario Maurano.

TE QUIERO


SOÑAR Y NADA MAS


ADIOS PAMPA MIA


Francisco Canaro murió el lunes 14 de diciembre de 1964 a las tres de la tarde, en las oficinas de COMAR, entidad que él mismo había fundado para cobrar los derechos de intérprete a cantantes, directores de orquesta y solistas. Tenía 76 años de edad. Había nacido en San José de Mayo (República Oriental del Uruguay), el 26 de noviembre de 1888.

Su historia se identifica con la historia del tango argentino.

Sus comienzos artísticos fueron en aquellas antiguas cantinas del barrio La Boca, en donde también fue fraguándose la vida de triunfos y de reveses de la canción bonaerense.

La prehistoria se confunde con afirmaciones y contradicciones nunca comprobadas del todo. Hay quienes sintonizan los primeros tangos, elementales y burdos, en Montevideo, por 1866 o 67. Otros en Palermo o en La Boca. Pero en todo caso fue de la cuenca del Rio de la Plata de donde surgió este ritmo extraño y sensual, tan vinculado al sentimiento de las gentes la-tinas. Y fue por allá por el año 80 cuando comenzó a hacerse parte de los arrabales porteños.

Vecino de dos de las figuras fabulosas de la canción argentina, los hermanos Vicente y Angel Greco, y amigo íntimo del primero de ellos, autor de "Rodríguez Peña" entre otras piezas famosas, Canaro lo siguió a sol y a sombra soñando con emularlo en la interpretación de esa música que lo apasionaba.

Procedía "Pirincho", bautizado así por la partera a causa de un mechón rebelde, ensortijado y duro que le caía sobre la frente, de una familia paupérrima.

El conventillo humildísimo y el "levante" de la vida vendiendo diarios en la esquina de San Juan y Entre Rios. Su breve paso por El Congreso, pero como pintor de brocha gorda, con Augusto P. Berto, famoso músico también, autor de "La Payanca" y de "Dónde estás Corazón". La negra tarea de lustrar botines en la esquina de Bodeo, Montevideo, 641, que fue también el sitio donde murió pero ya millonario  dueño de un escritorio y de una oficina de gerente, fueron los recuerdos de su infancia lejana que transcurrió sin juguetes, ayudando al mantenimiento de su padre y de sus 9 hermanos.

Es famoso el hecho de que el primer violín que tuvo y que tocó, Francisco Canaro, fue construido por él mismo con una lata de aceite que convirtió en caja sonora: un mango que formaba el diapasón, cuatro clavijas, un cordal, un puente; y haciendo agujeritos con un clavo formó las orejas. De sus ahorros de jornalero sacó años más tarde lo necesario - ocho pesos -para comprar su primer violín de verdad.

En 1906 era ya director de un conjunto. Lo integraban, además del fundador y ejecutante de violín, Martín Arrevillaga, mandolín, y Rodolfo Duelos, guitarra. Y se fueron a deambular por las provincias.

En el barrio La Boca, en la esquina de Suarez y Necochea, debutó a fines de 1908 con su grupo "típico", que integraban, además de él, director y violinista, el pianista Samuel Castriota, figura de carácter histórico por cuanto es el autor de música de "Mi Noche Triste", y el bandoneonista Vicente Losuca.

Su nombre y su apelativo, "Pirincho", se enredan con los de aquellos seres legendarios que vagan por las calles funambulescas del barrio bohemio, dominio de esa música prohibida que es el tango. Son los años de las casas de Laura La Vasca, con interesantes atracciones femeninas. Los del negro Rosendo Mendizábal. Los de Villoldo, el del Café Concert. Los del "taño" Genaro y Roberto Firpo. Los de las "camareras" vestidas de negro y delantalito blanco que servían “café a la turca" y menjurjes exóticos y excitantes. Noches semi-iluminadas que nacían con romances y besos y se entregaban a la aurora entre puñaladas, rencores y pasiones fenecidas. Tiempos del Café Royal, en donde el trío de Canaro actuaría hasta que se fundió con la orquesta de Berto y se fueron a trabajar a un bar localizado en la esquina de Corrientes y Medrano.

Tras las huellas del tango se fue Francisco Canaro hacia el centro de Buenos Aires. A la calle Corrientes misma, como integrante de la orquesta de los hermanos Greco.

Firpo había roto el fuego poco antes. Había saltado la barrera que hacía del tango un pecado inconfesable. Los esguinces de aquellos sones de La Boca inspiran tremendas noches de lujuria y sus títulos que evocan plantas arrabaleras florecidas en noches de copas donjuanescas, atormentan los castos oídos de las niñas casaderas y hacen fruncir el ceño a las matronas serias, recelosas de que sus picaros esposos gozaran por allá, en las calles bohemias, en misteriosas escapadas del hogar.

Pero Firpo está demostrando lo contrario con sus actuaciones en el Bar Iglesias de Corrientes, a donde va mucha gente de teatro. Y tras Firpo, Juan Maglio (Pacho), en el Gariboto, de Pueyrredón con San Luis; los Greco, en El Estribo, de Entre Rios con Independencia, en cuyo sótano hay una peña de payadores en donde algunas noches se confundieron las voces de Betinotti, Gardel y Razzano; y otros.

Comienza su era de compositor y lanza primero, "La Barra Fuerte", que estrena en una de sus noches del Royal. Luego. "Vamos a Ver", inspirado en una sección de la revista "Mundo Argentino", "Oro Viejo" y "La Flor del Pago", para alcanzar en 1912 su primer gran ' hit", palabra que no se usaba entonces, con el tango ' Pinta Brava".

En 1914 decide independizarse, definitivamente. Comenzó con la organización de una gran orquesta destinada a animar los "Bailes del Internado", organizados por los internos de los hospitales. Eran animados los bailecitos. Iban deliciosas muchachas casaderas. Pero a los pichones de médicos se les fue la mano en las bromas. Llegaban a robar miembros a los cadáveres de los anfiteatros para realizarlas. Y eso ya era el colmo... Las autoridades los prohibieron poco tiempo después.

Y siguió con su afán de buscar nuevos recursos, y vestidos de fiesta para el tango.

Su idea era la de limar al tango las asperezas que pudieran impedir su entrada plena a la sociedad. Y tomar por asalto los establecimientos aristocráticos y turísticos, las calles del centro, las fiestas de rumbo, con esa música que señalaban las gentes como pecaminosa e indiscreta.

Dentro de esa tónica, inventa cosas. Y crea recursos. Llevó el contrabajo a las orquestas típicas e incorporó un cantor para que dijera las letras de los estribillos y que solía cantar con megáfono para que la voz pudiera sobresalir adecuadamente del conjunto orquestal. Posteriormente fue también quien colocó dos cantores en vez de uno. para que actuaran por su lado o en dueto, según las circunstancias.

Su primer cantor fue Roberto Díaz. Luego vino quien habría de conseguir popularidad estelar en muy breve plazo, Carlos Pérez de la Riestra más conocido como Charlo. En 1927 se vinculó Agustín Irusta, y luego Roberto Fugazot. Ambos, a insinuación de Canaro, en París, y junto al pianista Lucio Demare, constituyeron el Trío Argentino, para hacer toda una época del tango en España y en Europa. Siguió Roberto Ray, por muy breve tiempo, y a continuación quien seria señalado por Canaro como el mejor de todos sus "estribillistas", Ernesto Famá. Y tras él: Roberto Maida. Francisco Amor, Carlos Galán, Eduardo Adrián, Domingo Conté, Ricardo Ruiz, Alberto Arenas, Roberto Arrieta. Guillermo Rico, conocido como Guillermo Coral, Carlos Dante, con quien se presentó en Europa, Enrique Lucero, hermano de quien fuera su pianista y colaborador, Mariano Mores; Mario Alonso, Juan Carlos Rolón; Ernesto Herrera e Isabel de Grana,
Con quienes fue al lejano oriente en una temporada inolvidable y también las cancioneras Ada Falcon y Nelly Omar.

Salió del "quinteto" elemental, para ofrecer la "Orquesta Espectáculo" que llegó a ser de 32 elementos, como en aquellos carnavales de Rosario en donde se unió a su rival de todos los tiempos, Roberto Firpo. En 1928 buscó nuevos arpegios para luchar contra la "moda", con nombre propio, el trascendental Julio de Caro. Saltó de los salones de baile a los escenarios consagratorios de ese Broadway suramericano que es la calle Corrientes, para hacer revista musical. Y la hizo en distintas épocas y temporadas, desde "La Muchacha del Centro", con Ivo Pelay en 1932 hasta las presentaciones con Jorge Vidal, cuando revivieron muchos de sus éxitos anteriores, en los teatros Nacional, Sarmiento y Maipo. Le metió el hombro, y la orquesta, a las primeras películas sonoras realizadas en la Argentina, con un gran fiasco económico.

Lanzó dos ritmos "revolucionarios", inspirados ambos en el tango, "El Tangón" y el "Tango Danzón" para lograr en el crepúsculo de su vida la inmensa honra de que un teatro fuera bautizado con su nombre.

Fue como nadie "Emperador" de sus ritmos nativos, por cuanto con su orquesta conquistó mundos tan diferentes como la Nueva York del charlestón, cuando su primer viaje a los Estados Unidos; el París bohemio de los años veinte; y el milenario Japón de las "geishas", posterior a los desastres atómicos. Hizo giras en diligencia, en automóvil, en aviones a hélice y en jets.

Se hizo millonario, pero a fuerza de trabajo, entusiasmo y fe en sí mismo. Por eso desató envidias y formalizó oposiciones. El antiguo lustrabotas, pintor raso y canillita, contaba más de una decena de dólares cuando falleció prácticamente en brazos de dos de sus más cercanos colaboradores: Mario Canaro, hermano suyo además, y Humberto Ranieri, Gerente General de Comar y su secretario privado. Un síncope cardíaco acabó con la tesonera vida de quien hiciera una época del cancionero popular.

Ahí quedan sus tangos y sus valses, para animar su recuerdo.

La melancólica historia de aquel hombre que en el viejo paseo Colón contaba sobre la traición absurda que lo llevó a estados de miseria, en "Sentimiento Gaucho". "La Ultima Copa" que nos ha acompañado en muchas últimas copas de noches de juerga desesperadas y locas. La íntima y blanca tragedia de "Madreselva", que eterniza los lejanos días del primer amor aferrado a los muros de una vida imperiosa y malvada. La afirmación enloquecida de "Te quiero, como no te quiso nadie, como nadie te querrá". La amorosa evocación de los "Tiempos Viejos", cuando los muchachos no usaban gomina. Y de las "Casas Viejas" y sus patios y ventanas, testigos cordiales de los romances fenecidos. Y de las serenatas adolecentes que fueron a las ventanitas cerradas a entonar aquello de "Soñar y nada Más", para despertar a las novias queridas. La queja impresionante de "Quisiera amarte menos" cuando enciende otra vez aquella "Primavera de mis veinte años..."

Canciones que son la música de los ayeres ingratos que retrataron tos años mejores de muchas vidas anónimas.

En este homenaje a Francisco Canaro, hemos hecho presentes muchas de las voces que identificaron sus canciones. No todas por supuesto, que fueron muchas más que doce. Y muchísimas las orquestas que interpretaron sus sones. Pero sin que faltaran, ni riesgos, la de Carlos Gardel a quien él mismo acompañó en "Madreselva", ni la de Agustín Irusta, quien con Fugazot y Demare interpreta "Te Quiero", en la mejor versión del famoso tango conocida hasta el momento.

Así es como en este disco para COLECCIONISTAS hallarán versiones que desde hace años son de imposible adquisición en el mercado discográfico y el espíritu de la música de Francisco Canaro y el de su época de mayor auge.

Selección y Notas: HERNAN RESTREPO D

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