ALFREDO SADEL -Sadel en el Tiempo - Vol.3/15 -Arpa, Cuatro y Maracas

Tranvía en la carretera de El Poblado frente a la Finca San Fernando en 194... Tranvía eléctrico que comunica a Medellín con El Poblado, llega al sector en el año 1925 y al Club Campestre en 1927.

Autor: Jorge Obando C.
Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina

A toda persona que se le compruebe haber depositado alguna moneda falsa, se le obligará a reemplazarla por una moneda legítima. Cuando este caso se repita con un mismo individuo, el motorista no podrá admitirlo en el carro.

Anda quiéreme

Ansiedad

Bajo el cielo cubano

Canta arpa

Cuenta mi alma

Di

El beso que te di

He de triunfar

La garza y yo

María Laya

Muchacha mirandina 

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CUENTA MI ALMA


DI


EL BESO QUE TE DI

Veinte años sin Alfredo Sadel

Ofelia Peláez            

Publicado el 30 de junio de 2009

¿Por qué escuchar a Alfredo Sadel? ¿Por qué ha significado tanto? ¿Por qué no dejarlo caer en el olvido? Porque Alfredo Sadel representó para la música del mundo, especialmente de Latinoamérica, un auténtico abanderado. Una lectora nos comparte su homenaje a este gran artista, a los 20 años de su fallecimiento.

El 28 de junio de 1989 se apagó la hermosa voz de Alfredo Sadel, llamado El tenor favorito de Venezuela; uno de los más reconocidos cantantes de todos los tiempos y un personaje muy querido por los colombianos, especialmente por los antioqueños. Ese sentimiento fue correspondido por Sadel y lo decía siempre en sus presentaciones. Su primera actuación en Colombia fue en Medellín -en 1959-; ciudad que siguió visitando en sus frecuentes viajes a Colombia y que escogió para descansar, visitar a sus amigos (muchos, por cierto), y escuchar música de sus ídolos Gardel, Néstor Chayres y Tito Schipa en casas de coleccionistas. Anhelaba vivir en Medellín y hacía planes para realizar ese sueño.

Alfredo Sadel fue un hombre disciplinado y enamorado de su profesión, consagrado en el campo lírico, graduado como director de orquesta, lo que demostró en 1981 cuando dirigió la Sinfónica de Antioquia, compuso 80 obras y antes que nada, fue un ser humano de calidad excepcional. Intervino en diez películas, seis de ellas en México, cantó en varios idiomas y en los más importantes escenarios de América y de Europa. Interpretó boleros, tangos, pasodobles y aires de su tierra. Amó la música colombiana entrañablemente y dejó grabadas diez canciones andinas, entre ellas una interpretación profunda del pasillo Lágrimas, de Álvaro Dalmar.

Dentro de sus composiciones tiene dos que son como un himno para nuestros pueblos: Canta arpa y Caminos de mi tierra. Estas dos obras son una semblanza de lo que siente el latinoamericano y un reflejo de su idiosincrasia. Estas canciones nacieron de su inmenso amor por la gente, de su ambición de unir a los pueblos, de quitar las fronteras. Según sus palabras, quería echarse al hombro una ruana y una guitarra y con un grupo de amigos irse por los caminos cantando y propugnando por la unión de todos.

Alfredo Sadel con su voz, su disciplina, su inspiración y su manera de transmitir, sentó precedentes, creó una escuela del buen canto y del buen comportamiento, dejó un ejemplo de cómo debe ser un artista íntegro, dedicado a su profesión y a sus admiradores. Por si fuera poco, enseñó cómo ser un insuperable amigo, pues siempre supo rendirle tributo sincero y verdadero a la amistad. Alfredo Sadel es escuchado permanentemente por sus fanáticos seguidores y es muy grato ver cómo después de varios años no lo olvidan, sino que por el contrario, está presente en sus corazones, en los momentos dedicados a escuchar melodías inolvidables, canciones para el recuerdo y la añoranza.

Las nuevas generaciones tienen en Alfredo Sadel a un artista que deben escuchar y conocer para aprender de él, de su cariño por la tierra, por los valores y por los demás seres humanos, pues es un ejemplo de vida, del tesón para alcanzar los ideales propuestos, del bien vocalizar, del saber transmitir lo que cada compositor ha querido plasmar en su obra, y más que nada, fue (y sigue siendo en el recuerdo), un ser lleno de amor por todo y por todos.

El Colombiano.com