Páginas

miércoles, 19 de enero de 2011

RIOS Y MACIAS - Del llano a la cordillera

Carrera Palacé en el Parque Berrío en 1916. Medellin.

Anotación en el reverso de la foto:
1. Casa de los señores Lalinde
2. Banco de sucre
3. Catedral
4. Hotel Lusitania
5. Hotel América (detrás de los arboles)

Fotógrafo: Benjamín de la Calle

Fotografía del Patrimonio de imágenes de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín


EL TRAPICHE
ANTIOQUEÑITA
GALERON LLANERO
FLORES NEGRAS
TIPLECITO DE MI VIDA
EL PESCADOR

ASOMATE A LA VENTANA
GUABINA CHIQUINQUIREÑA
EL GUATECANO
SERENATA DEL CAMPO
LAS ACACIAS
LAS MIRLAS





ANTIOQUEÑITA


TIPLECITO DE MI VIDA


ASOMATE A LA VENTANA



Las canciones incluidas en el presente Disco ZEIDA de Larga Duración, son la auténtica representación musical del pueblo colombiano. Los orígenes del Bambuco, nuestro aire típico nacional, se remontan a la época de la Colonización. Algunos cronistas sostienen que los indígenas del Nuevo Reino de Granada eran muy amantes de la música y tenían diversos cantos: tristes, religiosos, guerreros, fúnebres, etc. Al iniciarse la Conquista, en 1.499 los españoles trajeron la bandurria, primer instrumento musical que conocieron los nativos.

Jorge Añez, «el artista mejor titulado para contar a Colombia lo que hemos sido», dice que España “nos proporcionó, a más del instrumento con que se produjo nuestra canción popular (el bambuco), el "rasgueo" (como entonces se tocaba la guitarra de cuatro cuerdas y como vino a tocarse el tiple), en tanto que nuestro pueblo aportó el ritmo y la melodía. Y al operarse esta fusión, en la cual se conjugan dos opuestos sentimientos, como son los cantos tristes de nuestros indígenas, con el festivo rasgueo de la guitarra, de ese extraño diálogo, de esa disímil amalgama, la indo-española, nace, entre otros, el bellísimo y original «bambuco», que, al decir de algunos, hizo su aparición por primera vez en la capital del Nuevo Reino de Granada, en 1.633. Las crónicas de autorizados historiadores desvirtúan la afirmación de que el bambuco pudiese tener origen africano.

No menos auténticas son las cartas de nacionalidad del Galerón, ritmo de los Llanos Orientales de Colombia: el Torbellino, cuya expresión vocal se hace por medio de coplas alegres, si podría tener abolengo africano, porque su animación supera la angustia y amargura de las notas del Bambuco, pero esa adopción fue hecha tres siglos atrás, lo que indica que ya es legítima su nacionalidad. La Guabina es aire típico de los Departamentos del Tolima, Santander del Sur y Boyacá; el Pasillo, tan divulgado y cultivado como el Bambuco por los más importantes artistas y compositores, es auténticamente nuestro, aunque regiones del Sur del (Continente, lo hayan, también, adoptado.

El carácter de Antología que ZEIDA da a la selección de canciones de este Álbum, queda ampliamente justificado por la esmerada escogencia de títulos y autores que precedió a la grabación de «DEL LLANO A LA CORDILLERA».

«El Trapicheo y «El Guatecano», de Emilio Morillo, son muestra fehaciente de la maestría del autor. «El Trapiche» adquirió fama mundial cuando el célebre (Conjunto Coral Los Cosacos del Don lo incorporó a su repertorio. «Antioqueñita», de Pelón Santamaría, es página de perdurable valor, considerada en Antioquia como especie de segundo himno nacional.


Figuran también, en este Álbum, La Guabina Chiquinquireña, de Alberto Urdaneta, características del Departamento de Boyacá, a cuya patrona espiritual, la Virgen de Chiquinquirá, están dedicadas algunas estrofas de la alegre canción campesina. El Llano de Colombia está representado por el ya clásico «Galerón Llanero», de Alejandro Wills.

Otros autores de las regiones colombianas situadas en las cordilleras son: Julio Flórez, poeta popular, autor de la letra del pasillo «Flores Negras», Luis Romero, creador del bambuco «Asómate a la ventana», y Federico Buitrago, Régulo Giraldo, Cesáreo Rocha y Patrocinio Ortiz, compositores de vasto renombre en nuestra patria. Una Antología de canciones colombianas no será completa si en ella faltan «Las Acacias» y «Las Mirlas», pasillo y bambuco, respectivamente, qué constituyen algo así como la tarjeta de identidad de nuestras canciones tradicionales.

Al grabar el presente disco L. P., ZEIDA de CODISCOS seleccionó, como ya dijimos, las páginas más representativas de Colombia, y contrató a los intérpretes de más prestigio. Estos son: RIOS Y MACIAS, dueto favorito de los colombianos en la difusión de los aires típicos del país. Igualmente, acertó en la escogencia de un conjunto de músicos expertos en la ejecución de los distintos ritmos de las ciudades situadas en las cordilleras y en las regiones llaneras. Lo dirige Jesús Zapata:

El oyente encontrará en «DEL LLANO A LA CORDILLERA», melodías muy nuestras, con esa alegría triste y esa tristeza alegre de que hablaba José Caicedo Rojas para referirse a las canciones colombianas. Este disco ZEIDA es una invitación musical a un grato recorrido por la quebrada geografía colombiana, de inmensos llanos e imponentes cordilleras.

NOTAS DE EFRAIN ARCE ARAGON

No hay comentarios:

Publicar un comentario