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lunes, 10 de enero de 2011

HELENITA VARGAS - Mis mayores exitos Vol 1

Calle Bolivia desde la carrera Mon y Velarde en 1922. Medellin.
Calle Bolivia, calle 56, se la llamaba la calle de las palmas, vista desde la esquina de Mon y Velarde (carrera 41). Sobre la acera se erige un poste con cableado eléctrico. De derecha a izquierda se ven varias viviendas en distintos estilos arquitectónicos, en tapia y ladrillo. En hileras, frente a cada casa hay palmas sembradas como parte del ornamento urbano,

LADO 1
Cobarde  Celedonio E. Flores - Vicente Spina
Mal hombre  -Lidia Mendoza
Aunque me duela, el alma  -Gastón Guerrero
Borrasca  Fabregat - M. Molina Montes
Castiga tirano  -D. R. de A.

LADO 2

El Cristo del camino  -Jesús Silvestre T.
Es muy tu vida -Ramón Ortega Contreras
Sobras  Rubén Fuentes - H. Galindo
Me estas pisando el alma  -Miguel Ángel Vieyra
Consejos a las mujeres  -Manuel Álvarez - Maciste


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MAL HOMBRE


CONSEJO A LAS MUJERES


UNQUE ME DUELA EL ALMA


COBARDE


Las Grabaciones contenidas en este disco son joyas del extenso archivo de Industria Electro Sonora S. A. "SONOLUX" constantemente solicitadas por los discoyentes de todo el mundo, y seleccionadas por León Cardona Garete.


Helenita Vargas
Helenita Vargas aprendió a cantar antes que a leer, fue mala estudiante y hasta reina de belleza y se quedó con la música porque era el sueño más grande que abrigaba.

A los cuatro años no sabía leer pero sí memorizar letras de canciones. «Es que tengo una memoria que no sé de dónde la saqué», dice y se siente tan orgullosa de su capacidad de retentiva que hasta al neurólogo Jorge pontón, amigo suyo, le ha dicho: «cuando me muera le dejo de regalo mi cerebro para que lo estudie, porque es una machera».

En su niñez se la pasaba en el barrio Santa Rosa, le gusta el tango y los bambucos, su finca tiene como nombre “Malena” en honor a su gusto por el tango, su gran amor fue su esposo Gonzalo Zafra, quien fue el padre adoptivo de su única hija María del Pilar, su padrino de matrimonio fue el maestro Jaime Llano.

Canta profesionalmente hace más de 35 años pero el gusto por la música fue de siempre desde su niñez.

Algunos de los cantantes que han cantado con ella han sido Fausto, Galy Galeano, Luís Alberto posada, Jaime Echavarría, Margarita Rosa de Francisco… entre otros.

El diablillo de la fama: Helenita cuenta…

Por esos arrebatos de vanidad que asaltan la juventud, se le midió a un reinado de belleza a los 17 años. En 1951, cuando fue coronada Leonor Navia como señorita Colombia, ‘la ronca de oro’ compitió con ella y otras candidatas para representar a Cali en el certamen departamental. Tiene claro ese momento y no la mortifica recordarlo. «Me sirvió para darme cuenta de que tenía mucho carisma y de que le gusto mucho al pueblo. Lo sentía cada vez que me regalaba sus aplausos».

En efecto, a Helenita, la mujer siempre bien puesta, maquillada y arreglada, le gusta ‘untarse’ de pueblo, entra en perfecta sintonía con él y sabe que siempre ha marcado un puntaje alto en sus preferencias. «De no ser por mi gente no vendería tan bien y las casas disqueras no me llamarían para sacar nuevos discos y sobre todo, por dios!, no puedo desconocer que soy arrabalera», dice ella.

Sí, con orgullo se confiesa arrabalera, de vez en cuando suelta sus palabrotas y revela su genio cuando se topa con personas incumplidas o desleales; pero también es una mujer dulce, que se derrite con maría del pilar, su única hija, y sus nietos Helenita y David, que viven en Estados Unidos.

La ronca?

Lázaro Venegas, un periodista del espacio, la llamó por primera vez ‘La ronca’ hace 31 años. Ella, que salta con facilidad de un tema a otro, recuerda que en esa época Yamid Amat, su primer periodista admirador y luego su gran amigo, escribía como Juan Lumumba y lo trae a la conversación porque, dice, por él profesa una amistad de esas de ‘mano apretada’.

Bohemia, confiesa que el trago le ha gustado muchísimo pero lo ha dejado por el trabajo, porque no quiere defraudar al público y perder vigencia. «tomaba antes de subir al escenario, pero no se lo recomiendo a nadie pues se pierden reflejos y no es bueno. No hay como disfrutar del éxito con sobriedad».

Para Helenita las lágrimas son tan necesarias como las notas para una canción. No las esquiva y reconoce que han sido un bálsamo en los momentos difíciles, porque a ella también le ha tocado su tajada de sinsabores, como el fracaso en su primer matrimonio.

buenamusica.com

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