Se advierte que nadie debe atravesar por el frente del carro; la Empresa no asume responsabilidad alguna por los perjuicios que se sigan de la inobservancia de lo anterior.
SOY COLOMBIANO
CUATRO PREGUNTAS
CAMPANITAS
Seguimos con estas voces, las más firmes, ya indelebles de la nación, escribiendo. Colombia! Continuamos así, con estos coros, con esta su ya eternizada vivencia vocal, redactando el definitivo códice de la patria canción, su omnicolor nomenclatura. Vamos en esta enamorada forma, con esta punzante vehemencia, legajando en la estría milagrosa la sangre y su pergamino de nuestros aires musicales, en latentes ínfulas de indeclinable vigencia. Protagonizamos por tercera vez en SONOLUX estas ediciones del cantar colectivo de nuestro pueblo, impresos sobre la pasta oscura del disco, con la dorada letra del bambuco, la celeste aristocracia montañera de nuestro pasillo y la democrática y calenturienta púrpura del bunde…
Son estos y son así los cantares de Colombia…las múltiples voces afinan y atavían el huso de la copla, que va devanando unas veces la cristalina alegría y, ellas mismas, una oleosa melancolía, el recuerdo de la incinerada pasión, tejidas siempre a la nunca renegada perspectiva geográfica en la que el colombiano nace y quiere morir…
Con una que solo puede ser dignidad colombiana, el medio centenar de voces que son el más alto paraninfo de la copla telúrica, aquí regresan respondiendo plena y exultantemente a los deslumbrantes arreglos y erudita dirección de tres grandes músicos, autores y recalcitrantes colombianos: Luis Uribe Bueno, Rafael Ortiz e Iván Uribe, hábiles desveladores siempre en el amoroso menester de vestir de novia y con su propia música, a la canción nacional.
Y abre este vivo capitulo, hechizado pues nuevo es y lo será siempre en un amalgamiento de eternidades, con la casi obvia notificación en bambuco , -es decir, doblemente nacionalista de “Soy Colombiano”, en cuya letra va floreciendo al confiado orgullo que tiene sus hondas raíces en el propio patio y va siendo eyectado , sonriente, a través de la letra aligera, rebosante, optimista…Hay fulgores de “Serenata del Campo” en este pasaje musical de la patria, que sesta también adornado con la nostalgia vespertina de los “Sauces” , sembrados por ese viejo inmenso de Joaquín Arias en todos los solares del alma. Y perpetuán nuestros cantares de Colombia el momento feliz en que el maestro Fulgencio García esbozó , -capital del corazón desde la capital del país, esos alternantes “Requiebros”, alegres y a la vez henchidos de caudales como las “Campanitas” de pueblo colombiano , de pueblo que no ha sentido su espíritu urbanizado, que Luis Uribe Bueno mece para hacer despertar dormidos recuerdos. Con su gentileza vivaz, la “Ibaguereña” de Eduardo López y Jorge Añez, tan nuestra, también, y “Mi morena” van del brazo del bambuco y el bunde, tras el florecimiento en domingo y luto de “Los Arrayanes”, cuya afilada tenue sombra y pena se diluyen con el “Sonríeme Morena” de Trespalacios y Bernal.
Luego, cerrando los dorados capítulos, final de este itinerario por la propia alma musical con las arterias como naturales cayados, el bambuco de Eduardo López y Pedro Morales Pino. “Cuatro Preguntas”, matriz de nuestra canción, fuente del bambuco, veta y vena, canción de la canción misma…
Nota: Gabriel Cuartas Franco.